GALERÍA DE GALLEGOS ILUSTRES

Se denominan gallegos (en gallego: galegos) a los habitantes de Galicia, a los naturales de dicho territorio y, en sentido general, a sus descendientes. Al conjunto se le conoce como «pueblo gallego», en un concepto amplio del término. Desde el punto de vista antropológico, diversos estudios genéticos demuestran su origen centroeuropeo, menos influenciado por los pueblos mediterráneos que otras poblaciones ibéricas debido al aislamiento histórico de sus habitantes, fruto de su ubicación geográfica.
Es común encontrar descendientes de gallegos fuera de Galicia, en particular, en muchos países de América tales como Peru, Argentina, Chile, Venezuela, Brasil, Uruguay y Cuba entre otros. Históricamente, la emigración del pueblo gallego se ha debido a factores políticos, económicos y sociales. A raíz de la diáspora gallega del siglo XIX, se estima que actualmente hay 10 millones de personas de ascendencia gallega, dispersas gran parte de ellas, en Europa y América, aglutinados miles de ellos alrededor de decenas de Centros Galegos (sociedades de reunión, muchas de ellas fundadas a finales del siglo XIX).El mayor grupo de personas de ascendencia gallega reside en Argentina, con más de 100.000 gallegos.
Han sido muchos los gallegos que han destacado a lo largo de la historia,  estas son las biografías de algunos de ellos quizás los mas importantes.

Personajes de la antigüedad

Vimara Pérez
(c. La Coruña, España, 820-Guimaraes, Portugal 873), Vimara Peres (en galaico-portugués y portugués moderno), fue un caudillo gallego, señor de la guerra que vivió en la segunda mitad del siglo IX al Noroeste de la Península Ibérica. Vimara procede del germánico Vigmar o Vigmarr, que significa famoso en la batalla (vig = batalla y marr = famoso). Vasallo del Reino de Asturias, fue enviado al sur del Miño por Alfonso III de Asturias, para retomar el valle del Duero de las manos de los musulmanes, ya que así se aseguraba una línea de defensa fundamental para el reino cristiano de Asturias.

Estatua de Vimara Perez en Oporto
Vimara fue uno de los responsables de la repoblación del territorio gallego fronterizo entre los ríos Miño y Duero. Reconquistó la ciudad de Oporto (Portucale) en el año 868 y la repobló.
Vimara Pérez fue también el fundador de un pequeño burgo fortificado en las proximidades de Braga,Vimaranis (derivado de su propio nombre), que con el correr de los tiempos, por evolución fonética, se convirtió en Guimarães,la ciudad enlazada en la mitología nacional portuguesa como «Cuna de Portugal».


Pedro Pardo de Cela Rodríguez de Aguiar e Ribadeneyra
 (¿? - 3 de octubre de 1483). Mariscal gallego del siglo XV, hijo de Xoán Nunes Pardo, señor de la Torre de Cela y de Doña Teresa Rodríguez de Aguiar.
Fue decapitado el 3 de octubre de 1483, junto con su hijo Pedro, delante de la catedral de Mondoñedo por mandato de los Reyes Católicos.
Pedro Pardo de Cela fue un señor feudal. Partidario de la infanta Juana la Beltraneja, al morir su padre, Enrique IV de Castilla, se enfrentó a la política de los nuevos reyes de Castilla, Isabel I y su marido, Fernando II de Aragón.
Estaba casado con la hija del primer conde de Lemos, Isabel Pérez Osorio. Esta última llegó con su tío, Pedro Enríquez, obispo de Mondoñedo, a la ciudad de Mondoñedo, donde Pardo de Cela era merino en representación de la Casa de Lemos. El obispo Pedro Enríquez le entregó como dote de boda en 1441 todas las rentas del obispado, excepción de las que necesitaba para su sustento, compuestos por la mayor parte de los castillos y fortalezas dependientes del obispado, contándose entre ellos el reconstruido Castillo de la Frouxeira. El obispo Pedro Enríquez había sido antes chantre de la Catedral de Orense, y era hijo de Enrique Enríquez, hermano de Fadrique Enríquez de Castilla, duque de Arjona.
Fallecido el obispo en 1445, se traslada a Vivero, donde llega a ser alcalde, obteniendo en 1474 el título de mariscal. Compra la "casa do Carballo de Galdo", cabeza de su morgado. En el año 1476 es destituido de la alcaldía por los Reyes Católicos. En el año 1478 es expulsado de Vivero y los Reyes Católicos escriben a los ayuntamientos de Santa Marta de Ortigueira y Mondoñedo para que no le permitan su entrada. Pide una carta de "seguro y amparo" a los Reyes y se refugia en el Castillo da Frouxeira, donde se hace fuerte con "los otros dos Pedros", Pedro de Bolaño y Pedro de Miranda, y derrota a las tropas castellanas, comandadas por Fernando de Acuña, hijo del Conde de Buendía, y Luis de Mudarra, que llegaran a Galicia en septiembre del año 1480 para "pacificar" el Reino.
Los obispos sucesores de Pedro Enríquez, que siempre reclamaron a Pedro Pardo de Cela la devolución de la dote de su esposa, fueron Pedro Arias Vaamonde, Alfonso de Segura, Alfonso Vázquez de Acuña y Fadrique de Guzmán. En realidad, Pedro Pardo de Cela podía tener algo de razón si los bienes recibidos en dote pertenecían a los Castro desde la época de Pedro Fernández de Castro, y no a la diócesis de Mondoñedo como pretendían los obispos, aunque la donación hecha a su sobrina por Pedro Enríquez fue a título personal y los bienes donados le pertenecían a él por herencia familiar. El asunto es discutible en derecho ya que, como obispo, Pedro Enríquez disponía de dos tipos de bienes: sus propios bienes patrimoniales y, por otra parte los bienes derivados de las rentas del obispado.

Pedro Pardo De Cela
El corregidor de la ciudad falló a favor del obispado de Mondoñedo, y ordenó su devolución, a lo que Pedro Pardo de Cela se negó rotundamente. Por ello, fue juzgado en rebeldía y condenado a muerte. Para prenderlo, Fernando II de Aragón, esposo de la reina Isabel I de Castilla, envió al francés Luis Mudarra, mercenario al servicio del rey Fernando II de Aragón, al frente de unos 300 jinetes.
Sus bienes fueron confiscados, aunque luego los Reyes Católicos, mediante sentencia de la Real Audiencia de Valladolid, le devolvieron parte de ellos a su viuda, aunque no la fortaleza de la Frouxeira, ya que existe un documento donde Munzo ó Mouso Mudarra, capitán del rey Fernando de Aragón, compra la fortaleza.
Su hija Constanza se mantuvo en rebeldía pero fue pronto sometida y, tras serle confiscados sus bienes, se le perdonó la vida. De buen grado o por la fuerza, ingresó en un convento donde murió en olor de santidad. Después, los bienes confiscados le fueron devueltos a su hermana Beatriz.
Muerto el Conde de Lemos en febrero de 1483, los mandatarios reales traman la traición de A Frouxeira, ante la imposibilidad de poder conquistarla. Pardo de Cela fue traicionado por sus 23 criados que defendían la fortaleza. Los "cantares" dicen que el traidor fue Roi Cofano do Valadouro.
Sin la protección de A Frouxeira, donde se hacía fuerte, el 23 de septiembre de 1483, fue detenido en la casa de Fonsa Yáñez en Castrodouro (en el actual ayuntamiento de Alfoz, Lugo) llevándolo preso a la villa de Mondoñedo, donde diez días más tarde los decapitarían a él y a su hijo Pedro, debido a ser "cruel y poderoso", según los términos de la sentencia, provocando el nacimiento de un mito, es decir, de una figura que sería recordada por poetas y rapsodas. Es enterrado dentro de su Catedral, con el beneplácito el obispo mindoniense; su fortaleza y símbolos de poder, son derruidos y arrasados.
La dura lucha durante tres años en A Frouxeira, la traición de sus criados y su muerte en el cadalso, lo convierten rápidamente en "mito" y empieza ser trovado en Ferias y Mercados.
 La figura del mariscal es una de las más mitificadas de la Historia de Galicia, muchas veces usada como símbolo de resistencia de la nobleza gallega frente a la castellana.
Sin embargo, la leyenda más tradicionalmente asentada en torno a la ejecución del Mariscal, dice que su mujer, Isabel de Castro, llegaba de obtener el perdón real, que traía consigo cuando fue entretenida en un lugar conocido como "puente del pasatiempo" por las gentes del obispo de Mondoñedo, enemigo del Mariscal; mientras, la ejecución se estaría consumando, y la cabeza del mariscal, ya desprendida del cuerpo, estaría rodando por los escalones del cadalso, mientras sus labios aún pronunciaban las palabras "creo, creo, creo".
Actualmente, el puente del pasatiempo es todavía un lugar visitado de Mondoñedo, y la leyenda en torno a la muerte del Mariscal ha hecho correr ríos de tinta, en forma de poemas, canciones, novelas, ensayos histórico-legendarios, y análisis científico-históricos destinados a esclarecer qué parte habría de verdad en una de las leyendas más recordadas de la Historia de Galicia.

Pedro Álvarez de Sotomayor
 apodado Pedro Madruga (Pontevedra, c. 1430 - Alba de Tormes, 16 de octubre de 1486), fue una de las figuras más sobresalientes de Galicia y prototipo del caballero feudal en la baja edad media. Su apodo, según el cronista Vasco de Aponte, vendría de llegar a combatir de madrugada, algo que no era habitual entre los caballeros medievales. Canónigo de Tuy, hizo una importante carrera política y naval en Portugal y Galicia, siendo una de las figuras principales de las batallas "Irmandiñas" y de la lucha sucesoria en el reino de Castilla tras la muerte de Enrique IV. Hijo de Fernán Yáñez de Sotomayor y de Constanza de Zúñiga.
Noble de padre y madre pero de origen bastardo, se erigió contra todo pronóstico al más alto escalafón del linaje de los Sotomayor, la familia más poderosa de Galicia. Fue un acérrimo enemigo de Alonso II de Fonseca y defensor de los derechos sucesorios de Juana la Beltraneja, junto con Diego Pacheco y el Arzobispo Carrillo, entre otros.
Su padre, Fernán Yáñez de Sotomayor, Señor de Sotomayor y Fornelos, lo tuvo a consecuencia de su relación amorosa con Constanza Goncalvez de Zúñiga, emparentada con la condesa de Santa Marta (Ribadavia), familiar de Alvaro de Zúñiga y Guzmán, Duque de Bejar y Grande de España. Como hijo ilegítimo, se le procuró un futuro tranquilo en la carrera eclesiástica, nombrando su padre a Esteban de Soutelo (doctor en teología en el monasterio dominico de Santo Domingo de Tuy) como maestro de su hijo, y alcanzó un destacado puesto en la curia diocesana tudense al ser nombrado canónigo de su catedral. El mismo monarca castellano Enrique IV de Castilla pronunció su nombre para ocupar la mitra de Santiago de Compostela, en manos de los Fonseca, familia que no mantenía buenas relaciones con la Corona. De hecho, el citado monarca consideraba necesarios a los Sotomayor para frenar las ansias del arzobispo de Santiago.
Tras la muerte de Fernán Yáñez en 1440 en Valladolid, le sucede en el patriarcado su legítimo primogénito, Álvaro Páez de Sotomayor, casado con María de Ulloa. Su mandato estuvo lleno de confrontaciones con los Sarmiento, acérrimos enemigos de los Sotomayor. Los intereses de ambas casas chocaban frontalmente por el control del sur de Galicia, sobre todo en la provincia de Pontevedra, tanto por la importancia comercial del río Miño como por ser uno de los pasos mas concurridos entre Castilla y Portugal. No obstante, el matrimonio no tuvo descendencia y el propio Álvaro Páez legitimaría a su medio hermano Pedro en el año 1468, heredando éste los dominios de la casa de Sotomayor con la aprobación de la legítima heredera, su tía Maior de Sotomayor y del rey Enrique IV de Castilla.
Castillo de Sotomayor
Pedro Álvarez de Sotomayor llegó a ser Vizconde de Tuy y mariscal de Baiona en Castilla a lo que agregó el condado a de Camiña en Portugal, título obtenido por los servicios brindados al rey Alfonso V de Portugal, su aliado y protector. Fue llamado Pedro Madruga porque sosteniendo discrepancias de límites con los Sarmientos de Ribadavia, convinieron zanjarlas, haciendo línea de sus territorios en el lugar donde se encontrasen cierto día, saliendo ambos de sus castillos al canto del gallo. Cantó sin duda más temprano el de Sotomayor porque cuando se disponía Sarmiento a salir de su castillo de Ribadavia, se encontró al pie de la muralla a Sotomayor, a quien dirigió el siguiente saludo, que dio origen según la tradición a la alcuña de Don Pedro: "Madruga, Pedro, madruga".
Pedro Madruga en sus estancias en Portugal conoció a los de la Honra y Casa fuerte de Sequeiros, a quienes atrajo a su partido o éstos, en la persona de Don Juan de Sequeiros, motu propio por las añejas relaciones familiares (gallegos y miñotos, son lo mismo) pasaron a Galicia a buscar honras y provechos. Lo cierto es que relacionados ambos personajes y unidos probablemente en las guerras constantes, Sequeiros facilita el 25-11-1476, en Pontevedra cierta cantidad a Don Pedro Madruga, "Conde e Vizconde", como lo demuestra un recibo que se conserva en el Archivo de Santhomé -Vigo y por el que se desprende de este acuerdo que debieron llegar a tener un lazo tan cercano, que el Sequeiros se casó con Doña María Sánchez de Benavides, hija de Don Pedro Madruga, que llevó en su dote el Palacio y Quinta de Bufteo, con torre y anexos (hoy Santhomé, o Pazo de La Pastora, en Vigo).
Otro aliado de Madruga en Portugal fue Pedro Correa, personaje con gran influencia en las cortes de rey Alfonso V. Su relación iba mas allá de los asuntos propios de la política y pasaba a lo familiar (concuño) ya que la hermana de Correa era esposa de Martim de Távora, quien a su vez era hermano de Teresa de Távora, esposa de Pedro Madruga. Es muy probable que ambos personajes conocieran los proyectos navales de descubrimiento Portugués ya que Pedro Correa fue casado con Izeu Perestrello, hija del famoso capitán Bartolomeu Perestrello, involucrado en el descubrimiento y colonización de las islas de Madeira y Porto Santo.
En 1469, después de estancias en las cortes castellana y portuguesa para recabar apoyos, la figura de Pedro Madruga entrará con fuerza en el panorama político y militar de Galicia. La guerra irmandiña (1467-1469) eclosionaba y barría del panorama al poder nobiliar gallego. Mercaderes, artesanos y labradores apoyados por la hidalguía y el clero, se lanzarán contra los abusos de los señores feudales y contra el símbolo de sus desmanes y fortalezas. Desde abril de 1467 la Santa Hermandad de Galicia se alzó en armas buscando un nuevo orden político en nombre del rey Enrique IV de Castilla y organizando el derrocamiento de castillos y fortalezas que habían entronizado a las casas nobiliarias gallegas, entre las que sobresalía la de Sotomayor.
Precisamente su hermanastro, Álvaro Páez, encontraría la muerte en el sitio que los Irmandiños pondrían sobre la ciudad episcopal de Tuy, que dominaba su familia, después de haber expulsado al obispo Luis Pimentel, dentro del juego estratégico de la política castellana de los reinados de Juan II y Enrique IV de Castilla. Antes de morir Álvaro Páez entregaría la ciudad a la Santa Hermandad y dejaría como heredero de la casa de Sotomayor a su hermanastro. Pedro Álvarez dejó Portugal y se ubicó en Pontevedra en abril de 1468 para reclamar como legítimo los juros sobre las alcabalas de la villa herencia de su hermano y la ratificación real de su herencia. En agosto de ese mismo año acudirá con Enrique IV de Castilla para que el monarca autorizase el testamento de su hermano Álvaro Páez realizado en enero de 1468. En ese mismo verano de 1468 debió dirigirse de vuelta a la corte portuguesa con su protector Alfonso V para buscar la ayuda de familiares y del propio monarca en su lucha por recuperar sus estados patrimoniales de la ocupación irmandiña. Fue también la mediación de Alfonso V de Portugal la que le proporcionó su casamiento con la noble Teresa de Távora, hija del caballero Álvaro Pérez de Távora, hidalgo portugués con influencia en la corte portuguesa. Con el apoyo del rey Alfonso V de Portugal, Pedro Álvarez iniciará, al frente de la nobleza gallega, su particular reconquista del territorio, ocupado por los campesinos que se habían amparado en la Santa Hermandad levantada por Enrique IV de Castilla, lo que lo convirtió en un personaje de alto renombre.
Su declive se produjo años después durante la guerra de sucesión en Castilla al ser defensor de Juana la Beltraneja y de su tío y esposo Alfonso V de Portugal, hermano de su madre la reina de Castilla Juana de Portugal esposa del rey Enrique IV de Castilla en la que se erigió como líder de la línea legitimista de la postura de su amigo Alfonso V de Portugal contra el poder cada vez mayor que representaban Isabel de Castilla (hermana de Enrique IV de Castilla) y su consorte Fernando II de Aragón, futuros Reyes Católicos. Una vez finalizada la guerra entre Isabel y Juana, en 1479-1480, al quedar del bando derrotado, Madruga buscó defender sus territorios en Galicia ante la añeja intención usurpadora de sus enemigos sobre los feudos, derechos e iglesias monopolizadas por los Sotomayor en el Miño durante el siglo XV.
Castillo de Sotomayor
El acoso de sus enemigos y del partido Isabelino como el obispo Diego de Muros, los Valladares, Pimentel, Montenegro, Avalle o Sarmiento, obligarían a Sotomayor a un estado permanente de tensión en los años 1478 a 1485, que lo llevaría a tener que capturar al obispo tudense en 1485 en un acto de desesperación por la reclamación económica que Diego de Muros emprendiera en los años anteriores. Esta acción de fuerza por parte de Pedro Madruga obligaría a medidas por parte de los Reyes Católicos, poco pacientes con el que fuera su principal enemigo y que incluirían la pérdida de sus posesiones familiares en Castilla, parte de las cuales fueron devueltas tiempo después en favor de su hijo mayor Álvaro de Sotomayor, con base en la intermediación desesperada de su esposa Teresa de Távora ante Isabel la Católica para evitar la ruina de la casa de Sotomayor.
En estas circunstancias, Pedro Álvarez de Sotomayor se encaminó en enero de 1486 de Portugal a Castilla para pedir el perdón de sus majestades. Parando en Alba de Tormes para entrevistarse con su amigo el Duque de Alba, Garcia Alvarez de Toledo, hallaría la muerte de forma sospechosa sin que quedaran muchas noticias. El cronista Vasco de Aponte relata: ..."unos dixeron que el conde muriera allí de dos carbúnculos, otros dixeron que el alcalde de Proiaño entrara en el monasterio con sus porquerones y que le hechara un garrote en el pescuezo; unos dicen que fue de una manera y otros dicen que fue de otra, quizá fue de entrambas maneras".
Pedro Madruga ha pasado a la historia como un personaje muy controvertido envuelto en mitos y leyendas que perduran hasta hoy en día. Lo cierto es que por su poder, su relación política e influencia en las más nobles familias castellanas y lusitanas del siglo XV, aunado a su ejercicio como eclesiástico, es sin duda uno de los hombres más interesantes de su tiempo.
En las últimas décadas, varios investigadores, en lo que supone una evolución de la tesis sobre el origen español de Cristóbal Colón, iniciadas por García de la Riega a finales del siglo XIX han propuesto a Pedro Madruga como la verdadera identidad del descubridor. Sus principales argumentos son la comparación grafológica de la escritura de ambos personajes; una reinterpretación de la firma del navegante, formada por siglas que coinciden con el árbol genealógico de Pedro Madruga; la instalación de Cristóbal de Sotomayor (hijo portugués de Pedro Madruga) como Gobernador de Puerto Rico por parte de Juan Ponce de León, isla descubierta por Colón para Castilla; y un texto del cronista de la corte castellana Francesillo de Zúñiga, quien a principios del siglo XVI señala con claridad a Diego de Sotomayor (hijo de Pedro Madruga), como hijo de Colón.
Un vínculo descubierto en los últimos años es el hecho de que la tía de Diego Colón Perestrello (hijo de Cristóbal Colón), Izeu Perestrello, era curiosamente concuña de Pedro Madruga. A su vez, la esposa del mismo Diego (hijo de Cristóbal Colón), María Alvarez de Toledo, era nieta del Duque de Alba, García Alvarez de Toledo, amigo de Pedro Madruga. Otro detalle coincidente es que en el periodo que se estima que Colón radica en Portugal se sabe que Pedro Madruga está al servicio del Rey Alfonso V de Portugal.
Entre quienes apoyan esta teoría, cabe destacar a Alfonso Philippot Abeledo, Fernando Alonso Conchouso, Rodrigo Cota González.
En uno de los artículos de Fernando Alonso se hace referencia a "Historia de Córdoba", obra manuscrita e inédita del Dtor Morales y Padilla fechada en 1620 en donde se menciona un dato que salta a la vista, pues al nombrar a los hijos de Cristobal Colón se hace referencia a tres y no a dos. Ese tercer hijo era Cristobal de Sotomayor conocido en Puerto Rico como Cristobal Colón de Sotomayor quien era hijo de Pedro Madruga. Lo cual aporta a la tesis de la doble identidad del navegante.

Literatos

Rosalía de Castro
 (Santiago de Compostela, 24 de febrero de 1837 — Padrón, 15 de julio de 1885) fue una poetisa y novelista española que escribió tanto en lengua gallega como en lengua castellana. Considerada en la actualidad como una escritora indispensable en el panorama literario del siglo XIX, representa junto con Eduardo Pondal y Curros Enríquez una de las figuras emblemáticas del Rexurdimento gallego, no solo por su aportación literaria en general y por el hecho de que sus Cantares Gallegos sean entendidos como la primera gran obra de la literatura gallega contemporánea, sino por el proceso de sacralización al que fue sometida y que acabó por convertirla en encarnación y símbolo del pueblo gallego.Además, es considerada junto con Gustavo Adolfo Bécquer, como la precursora de la poesía española moderna.


Rosalía de Castro
Escribir en gallego en el siglo XIX, es decir, en la época en la que vivió Rosalía, no resultaba nada fácil por un gran número de razones, la mayor parte de ellas ligadas al pensamiento y estructuración de la sociedad del momento. La lengua gallega había quedado reducida a un mero dialecto, tan despreciado como desprestigiado, mostrándose cada vez más distante aquella época en la que había sido el idioma vehicular de la creación de lírica galaicoportuguesa (en forma de galaicoportugués). Toda la tradición escrita había sido perdida, por lo que se hacía necesario comenzar desde cero rompiendo con el sentimiento de desprecio e indiferencia hacia la lengua gallega, pero pocos eran los que se planteaban la tarea, pues esta constituiría un motivo de desprestigio social. En un ambiente en el que el castellano era la lengua de la cultura, al ser la lengua que la clase minoritaria dominante protegía, Rosalía de Castro le otorgó prestigio al gallego al usarlo como vehículo de su obra denominada Cantares Gallegos y afianzando el renacer cultural de la lengua.
Aunque fue una asidua cultivadora de la prosa, donde Rosalía sobresalió fue en el campo de la poesía, a través de la creación de las que pueden ser consideradas sus tres obras clave: Cantares Gallegos, Follas Novas y En las orillas del Sar. La primera de ellas representa un canto colectivo, artísticamente logrado, que sirvió de espejo dignificante a la comunidad gallega al emplearse la lengua de ésta, así como también fue útil para proseguir con la tendencia tímidamente iniciada por el pontevedrés Xoán Manuel Pintos con su obra titulada A Gaita Galega (1853). En la segunda, la escritora dio lugar a una poética de gran profundidad, que emplea el símbolo como método para expresar lo inefable y que revela la plurisignificación propia de la más elevada poesía; junto con las obras Aires da miña terra (Curros Enríquez), Saudades Gallegas (Valentín Lamas Carvajal) y Maxina ou a filla espúrea (Marcial Valladares Núñez) completa el conjunto de obras publicadas en la década de 1880 que hicieron de estos años una etapa clave en el desarrollo de la literatura gallega, si bien la obra de Rosalía siempre mantuvo una posición predominante con respecto al resto. Finalmente, en En las orillas del Sar se manifiesta un tono trágico que encaja con las duras circunstancias que rodearon los últimos años de la vida de Rosalía. Escrito en castellano, la obra ahonda en el lirismo subjetivo propio de Follas Novas al mismo tiempo que se consolidan las formas métricas que allí apuntaban. Inicialmente calificado de precursor y obviado por la crítica de su tiempo, hoy en día existen diferentes estudiosos que lo consideran como la principal creación poética de todo el siglo XIX.
Casa de Rosalía de Castro en Padrón
En la actualidad, la figura de Rosalía de Castro y sus creaciones literarias continúan siendo objeto de una abundante bibliografía y recibiendo una constante atención crítica, tanto en el territorio español como en el extranjero. Es tal la aceptación y el interés que las obras de esta escritora despiertan en el mundo, que en las últimas décadas sus poemas han sido traducidos a idiomas como el francés, el alemán, el ruso y el japonés.
Nació en la madrugada del 24 de febrero de 1837 en una casa localizada en el margen derecho del Camiño Novo, la antigua vía de entrada a la ciudad de Santiago de Compostela para todos aquellos viajeros procedentes de Pontevedra. Hija natural del sacerdote José Martínez Viojo (1798 - 1871) y María Teresa de la Cruz Castro y Abadía (1804 - 1862), una hidalga soltera de escasos recursos económicos, fue bautizada a las pocas horas de su nacimiento en la Capilla del Hospital Real por el presbítero José Vicente Varela y Montero, con los nombres de María Rosalía Rita y figurando como hija de padres desconocidos. Con frecuencia, los biógrafos de la escritora gallega han ocultado la condición eclesiástica de su padre, así como también trataron de obviar el hecho de que fue registrada como hija de padres desconocidos y que se libró de entrar en la Inclusa al hacerse cargo de ella su madrina María Francisca Martínez, fiel sirviente de la madre de la recién nacida.
«En veinte y cuatro de febrero de mil ochocientos treinta y seis, María Francisca Martínez, vecina de San Juan del Campo, fue madrina de una niña que bauticé solemnemente y puse los santos óleos, llamándole María Rosalía Rita, hija de padres incógnitos, cuya niña llevó la madrina, y va sin número por no haber pasado a la Inclusa; y para que así conste, lo firmo.»
Acta del bautizo firmada por el presbítero José Vicente Varela y Montero.
Hasta cumplir los ocho años, Rosalía se encontró bajo la custodia de su tía paterna Teresa Martínez Viojo en la aldea de Castro de Ortoño, perteneciente al municipio coruñés de Ames. Es en esta época cuando la escritora toma conciencia de la dureza de la vida del labriego gallego, así como también será en esta parte de su vida cuando tenga conocimiento y vivencia del mundo rural propio de Galicia: la lengua, las costumbres, las creencias o las cantigas que tanto influyeron en su obra titulada Cantares Gallegos. Si bien no se conoce con exactitud la fecha en que la madre de Rosalía decide hacerse cargo de ella, se sabe que en torno al año 1850 la joven se traslada a la ciudad de Santiago de Compostela donde vivió junto a esta, aunque ya había convivido con anterioridad con ella en Padrón Es en esta localidad gallega donde Rosalía recibió la instrucción que por aquel entonces era la más adecuada para una señorita (nociones básicas de dibujo y música), asistiendo de forma habitual a las actividades culturales promovidas por el Liceo de la Juventud junto con personalidades destacadas de la mocedad intelectual compostelana como Manuel Murguía (se duda si fue en este momento cuando conoce a Murguía o posteriormente, en su traslado a Madrid), Eduardo Pondal y Aurelio Aguirre. Todavía en la actualidad es motivo de discusión entre los diferentes críticos la relación que Rosalía mantuvo con Aurelio Aguirre, puesto que a pesar de que se desconoce si existió una relación sentimental entre ambos, la obra del mencionado sí que dejó huella en ciertos poemas de la escritora.

En abril de 1856, Rosalía se trasladó a Madrid junto con la familia de su parienta María Josefa Carmen García-Lugín y Castro, en cuya compañía habitó la planta baja de la casa número 13 de la calle Ballesta. No se conoce con exactitud cuál fue el motivo que llevó a mudarse a la escritora, aunque Catherine Davis creyó posible que este hecho fuese debido al escándalo desencadenado a raíz del Banquete de Conxo, en el que desenvolvieron un papel relevante varios miembros del Liceo, como fueron Aguirre o Pondal. Un año después de llegar a Madrid, Rosalía publicó un folleto de poesías escrito en lengua castellana que recibió el título de La flor, siendo este acogido con simpatía por parte de Manuel Murguía, quien hizo referencia a él en La Iberia.
Posiblemente fue en Madrid, y no en el Liceo, donde Rosalía conoció a Murguía, con quien contrajo matrimonio el 10 de octubre de 1858 en la iglesia parroquial de San Ildefonso. Fue un amigo común el que posibilitó que ambos entablasen una relación que finalmente acabó en boda. Respecto de la relación que existió entre la pareja la crítica rosaliana sugiere diversas hipótesis, que van desde idílicos cuadros conyugales hasta posturas más que matizadas, que tomando como referencia escritos atribuidos a la poetisa, dibujan la psicología de una mujer solitaria, carente de felicidad y escéptica ante el amor. Sin embargo, Murguía fue la primera de las personas que animó a Rosalía en su quehacer literario, siendo él el responsable de la publicación de Cantares Gallegos. Tampoco le escatimó ni apoyo social ni intelectual en una época en la que la condición femenina era considerada como minusválida. Al año siguiente de casarse, Rosalía dio a luz en Santiago de Compostela a su primera hija, llamada Alejandra. A esta siguieron Aura (1862), que vino al mundo en el mismo año que feneció la madre de Rosalía; los gemelos Gala y Ovidio (1871); Amara (1873); Adriano Honorato (1875), que falleció a los diecinueve meses al precipitarse desde una mesa, y Valentina (1877), que nació muerta. Todos los hijos de Rosalía de Castro nacieron en Galicia, ya fuese en Lestrove, A Coruña o Santiago de Compostela.
El domicilio del matrimonio cambió en múltiples ocasiones, a lo que se añadió una separación del mismo a causa de las actividades profesionales de Murguía y graves problemas económicos derivados tanto de la inestabilidad laboral del mismo como de la parca salud de Rosalía. Todos estos factores configuran un panorama vital que contribuye a explicar la hipersensibilidad y el pesimismo de la escritora. En 1859, el matrimonio estaba residiendo en La Coruña. Luego pasa a Madrid, de donde Rosalía regresa a Santiago (1861) para volver a la capital española. Con posterioridad, existen referencias que permiten afirmar la presencia de la poetisa en Lugo y Santiago, además de algunos viajes que realizó el matrimonio a Extremadura, Andalucía, Castilla La Mancha y Levante. En el mes de septiembre de 1868 se produjo el levantamiento revolucionario español, conocido como La Gloriosa, pasando Murguía de ser secretario de la Junta de Santiago a director del Archivo de Simancas, cargo que ejerció durante dos años. A partir de este momento, la vida de Rosalía se desenvolvió entre Madrid y Simancas, siendo en la ciudad vallisoletana en la que escribió gran parte de las composiciones recogidas en Follas Novas. Es conveniente aclarar que en estos mismos años, es cuando se produjo el encuentro entre Rosalía de Castro y Gustavo Adolfo Bécquer. Desde 1871, Rosalía no sale de Galicia. Vivió a partir de este año en las Torres de Lestrove (donde residían sus parientes los Hermida de Castro), en Dodro (La Coruña), en Santiago de Compostela y Padrón, donde prácticamente se instala en 1875.
Los últimos años de la vida de Rosalía transcurrieron en la comarca de Padrón, lugar en el que se había consumido su infancia, así como buena parte de su juventud. La Casa grande de Arretén, nombre popular con que el que se conocía al pazo en el que había nacido su progenitora, ya no era de la propiedad de la familia, factor que propició que la escritora tuviese que residir en las Torres de Lestrove entre 1879 y 1882 mientras su marido se encargaba de la dirección en Madrid de La Ilustración Gallega y Asturiana. Finalmente, se trasladó junto con su familia a la casa llamada de La Matanza, situada en la parroquia de Iria.
Tumba de Rosalía de Castro,convento de Santo Domingo de Bonaval
Rosalía nunca disfrutó de una buena salud, pareciendo predestinada desde su juventud a una muerte temprana. Como detalle anecdótico señalar que a su médico principal, el catedrático D. Maximino Teijeiro, le dedica un libro poniéndole: "De su eterna enferma". También fue atendida, probablemente a requerimiento del anterior, por el cirujano y también catedrático D. Timoteo Sánchez Freire. De hecho, en las pocas cartas que se conservan y que ésta envió a su marido, con frecuencia se alude a las continuas dolencias que la atenazaban. Poco tiempo antes de fallecer, la escritora decidió pasar una temporada a las orillas del mar y por ello se trasladó a Santiago de Carril. Cierto tiempo después regresó al lugar de La Matanza, donde el cáncer de útero que padecía se fue complicando progresivamente desde 1883, mermando cada vez más a la ya de por sí débil salud de la escritora. Tras tres días de agonía falleció al mediodía del miércoles 15 de julio de 1885, en su casa de La Matanza, a consecuencia de una degeneración cancerosa del útero. El cuerpo inánime recibió sepultura al día siguiente en el cementerio de Adina, localizado en Iria Flavia, que curiosamente había sido cantado en una composición de Rosalía de Castro. No obstante, su cadáver fue exhumado el 15 de mayo de 1891 para ser llevado solemnemente a Santiago de Compostela, donde fue nuevamente sepultado en el mausoleo creado específicamente para la escritora por el escultor Jesús Landeira, situado en la capilla de la Visitación del Convento de Santo Domingo de Bonaval, en el presente Panteón de Galegos Ilustres.
Resultan especialmente ilustrativas las fidedignas líneas escritas por González Besada sobre los últimos momentos de Rosalía: «...recibió con fervor los Santos Sacramentos, recitando en voz baja sus predilectas oraciones. Encargó a sus hijos quemasen los trabajos literarios que, ordenados y reunidos por ella misma, dejaba sin publicar. Dispuso se la enterrara en el cementerio de Adina, y pidiendo un ramo de pensamientos, la flor de su predilección, no bien se lo acercó a los labios sufrió un ahogo que fue comienzo de su agonía. Delirante, y nublada la vista, dijo a su hija Alejandra: "abre esa ventana que quiero ver el mar", y cerrando sus ojos para siempre, expiró...». Sin embargo, desde Padrón es imposible ver el mar. Por ello resultan enigmáticas estas palabras puestas en boca de una persona para quién el mar fue una perenne tentación de suicidio.

Bibliografia
  1. La Flor. Madrid: M. González, 1857. Poesía.
  2. Flavio. Ensayo de novela. Madrid: La Crónica de ambos mundos, 1861. Novela.
  3. A mi madre. Vigo: Juan Compañel, 1863. Poesía.
  4. La hija del mar. Vigo: Juan Compañel, 1863
  5. Cantares Gallegos. Vigo: Juan Compañel, 1863. Poesía.
  6. Ruinas. Vigo: Juan Compañel, 1864
  7. El caballero de las botas azules. Cuento extraño. Lugo: Soto Freire, 1867. Cuento.
  8. Follas novas. Madrid: Aurelio J. Alaria, 1880. Poesía.
  9. El primer loco. Cuento extraño. Madrid: Moya y Plaza, 1881. Cuento.
  10. En las orillas del Sar

Concepción Arenal Ponte
 (Ferrol (La Coruña) 31 de enero de 1820 - Vigo (Pontevedra) 4 de febrero de 1893) fue una importante escritora española realista vinculada al pionero movimiento feminista de finales del siglo XIX.


Concepción Arenal
Nacida en una casa del barrio conocido como Ferrol Vello, su padre, Ángel Arenal Cuesta, fue un eminente militar (sargento mayor, rango equivalente al de Teniente Coronel con funciones mixtas de Intervención e Intendencia) que sufrió muchas veces represión por su ideología liberal y por estar en contra del régimen monárquico absolutista del rey Fernando VII. A consecuencia de sus estancias en prisión, cayó enfermo y murió en 1829, quedando Concepción huérfana de padre a los 9 años. En ese mismo año, marcha con su madre, María Concepción Ponte Mandiá Tenreiro y sus dos hermanas, Luisa y Antonia, a Armaño (Cantabria), a casa de su abuela paterna, donde recibió una férrea formación religiosa. Un año después, fallece su hermana Luisa. En 1834 se trasladan a Madrid,con ayuda de su pariente Antonio Tenreiro, segundo Conde de Vigo, donde Concepción estudia en un colegio para señoritas. Siete años después entra, contra la voluntad de su madre, como oyente en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid, vistiendo ropas masculinas, puesto que en la época la educación universitaria estaba vedada a las mujeres. Vestida también de hombre, Concepción participa en tertulias políticas y literarias, luchando así contra lo establecido en la época para la condición femenina.
Acabada la carrera, se casó en 1848 con el también abogado y escritor Fernando García Carrasco. Años después colaborarían juntos en el periódico liberal La Iberia, hasta que en 1857 Fernando murió de tuberculosis. Concepción viuda y con dos hijos (Fernando, 1850 y Ramón, 1852) se trasladó a Potes (Cantabria) donde conoce a un joven músico Jesús de Monasterio, alumno de Santiago Masarnau, primer presidente de las Conferencias de San Vicente de Paúl, que la invita a fundar en 1859 el grupo femenino de las Conferencias de San Vicente de Paúl para ayuda de los pobres. Para ellas, Concepción escribe en 1860, La beneficencia, la filantropía y la caridad, que dedica a la Condesa de Espoz y Mina, y que presentará al concurso que convoca la Academia de Ciencias Morales y Políticas, bajo el nombre de su hijo Fernando, que tiene entonces 10 años. Después de una serie de conflictos sobre la forma incorrecta de introducir su escrito en el concurso, se le concede el premio y será la primera mujer premiada por la Academia.
En 1863 se convierte también en la primera mujer que recibe el título de Visitadora de Cárceles de Mujeres, cargo que ostentó hasta 1865. Posteriormente publicó libros de poesía y ensayo como Cartas a los delincuentes (1865), Oda a la esclavitud (1866) —que fue premiada por la Sociedad Abolicionista de Madrid—, El reo, el pueblo y el verdugo o La ejecución de la pena de muerte (1867). En 1868, es nombrada Inspectora de Casas de Corrección de Mujeres, y tres años después, en 1871, comienza a colaborar con la revista La Voz de la Caridad, de Madrid, en la que escribe durante catorce años sobre las miserias del mundo que la rodea.
Tumba de Concepción Arenal en Vigo
En 1872 funda la Constructora Benéfica, una sociedad que se dedica a la construcción de casas baratas para obreros. Posteriormente también colabora organizando en España la Cruz Roja del Socorro, para los heridos de las guerras carlistas, poniéndose al frente de un hospital de campaña para los heridos de guerra en Miranda de Ebro. En 1877 publica Estudios Penitenciarios.
Con Concepción Arenal nace el feminismo en España. Como los krausistas otorga a la educación e instrucción de la mujer un papel fundamental, pues Concepción dirá que la mujer no tiene otra carrera que el matrimonio. Pues los hombres aprenden un oficio, las mujeres no. Los oficios que la mujer puede desempeñar serían:relojera, tenedora de libros de comercio, pintora de loza, maestra, farmacéutica, abogada, médica de niños y mujeres y sacerdote (no monja). Nunca se debe dedicar a la política ni a la vida militar. Instrucción que la mujer debe procurar, pues dirá de los hombres que tienen inclinaciones de sultán, reminiscencias de salvaje y pretensiones de sacerdote. Las críticas que dirige al clero serán: En general es muy ignorante, no querer a la mujer instruida, es mejor auxiliar, mantenerla en la ignorancia. Concepción Arenal, una pensadora del catolicismo social, como muestra en La Voz de la caridad, y como tal la reivindica el jesuita J. Alarcón en Razón y Fe, 1900-1902, al ser el ideal de un feminismo aceptable, por ser genuinamente español e íntegramente católico. Concepción Arenal, autora poco leída y citada de forma descontextualizada, fue para la mayoría de los católicos de su época una heterodoxa. Con la creación de la Acción Católica de la Mujer, el feminismo católico y conservador propugnado por el Movimiento católico, realizará una constante labor de hostigamiento al feminismo católico y reformista arenaliano, que a principios del siglo XX representa la Asociación Nacional de Mujeres Españolas.
Concepción Arenal actuó como intermediaria de la Reina María Victoria de España, que desde el exilio, siguió hasta el último instante de su vida mandando muchas ayudas para españoles necesitados, con la exigencia de que los donativos se hicieran anónimamente.
Murió el 4 de febrero de 1893 en Vigo (Pontevedra), donde fue enterrada. Es su epitafio el lema que la acompañó durante toda su vida: A la virtud, a una vida, a la ciencia. Sin embargo, su frase más celebre fue probablemente Odia el delito y compadece al delincuente, que resume su visión de los delincuentes como el producto de una sociedad reprimida y represora.

Emilia Pardo Bazán
 (La Coruña, 16 de septiembre de 1851 - Madrid, 12 de mayo de 1921) fue una novelista, periodista, ensayista y crítica literaria española introductora del naturalismo en España.

Emilia Pardo Bazan
Emilia Pardo Bazán era hija de una familia gallega noble y muy pudiente de España: el conde pontificio de Pardo-Bazán, José María Pardo-Bazán y Mosquera, título que heredó a la muerte de su padre en 1908, y Amalia María de la Rúa-Figueroa y Somoza. Su padre le proporcionó la mejor educación posible, fomentando su amor por la literatura. Además de la residencia de la calle Tabernas, la familia poseía otras dos casas, una cerca de Sangenjo, y la otra en las afueras de La Coruña, el Pazo de Meirás. A la edad de nueve años ya empezaba a mostrar un gran interés por la escritura. En la biblioteca paterna encontró acceso a una gran variedad de lecturas; declaró que sus libros preferidos entonces fueron Don Quijote de la Mancha, la Biblia y la Ilíada. En la casa de La Coruña leyó además La conquista de México de Antonio de Solís y las Vidas paralelas de Plutarco. Los libros sobre la Revolución francesa la fascinaban. Cuando la familia iba a Madrid durante los inviernos, Emilia asistía a un colegio francés protegido por la Real Casa, donde fue introducida en la obra literaria de La Fontaine y Jean Racine —lo que le será muy útil en sus frecuentes viajes a Francia para conectar con la literatura europea y conocer y tratar a muchos autores importantes, como Victor Hugo—. A los doce años la familia decide quedarse en La Coruña durante los inviernos y allí estudia Emilia con instructores privados. Se sale del ritual de la educación femenina al negarse a tocar el piano y a tomar clases de música. Dedica todo el tiempo posible a su verdadera pasión, la lectura.
En 1868, tras contraer matrimonio con José Quiroga Pérez Deza se estableció en Madrid. Los padres de ella se le unieron cuando José Pardo fue nombrado diputado, pero éste se desilusionó pronto de la política y en 1872 toda la familia se marchó a Francia. Viajaron por Europa (Inglaterra, Italia, Alemania) y Emilia aprendió además inglés y alemán. Publica las crónicas de este viaje en el diario El Imparcial —recogidas después en uno de sus libros de viajes, Por la Europa católica (1901)—, y en ellas denuncia la necesidad de la europeización de España y recomienda viajar al menos una vez al año como medio para educarse.
Asidua lectora de los clásicos españoles, se interesó también por las novedades literarias extranjeras y se dio a conocer como escritora con un Estudio crítico de las obras del padre Feijoo (1876), con el que ganó un premio, compitiendo en este certamen con Concepción Arenal. Por aquella época, la autora considera al padre Feijoo su ideal literario, posiblemente por su feminismo avant la lettre.Este mismo año nace su primer hijo, a quien le dedicará un libro de poemas titulado Jaime, publicado por Francisco Giner de los Ríos. En 1879, coincidiendo también con el nacimiento de su primera hija, Blanca, publicó su primera novela, Pascual López, autobiografía ficticia de un estudiante de medicina que se halla influida por la lectura de Pedro Antonio de Alarcón y de Juan Valera, y todavía al margen de la orientación que su narrativa tomaría en la década siguiente. El éxito de la novela le lleva a seguir por ese camino, publicando en 1881 Un viaje de novios, una obra curiosamente híbrida, en la que elementos puramente realistas se mezclan con otros propios de la novela de tesis —en este caso, la imprudencia de un matrimonio de conveniencia y con profusas descripciones de paisajes y personajes, que toma de Balzac y Daudet, y que ya anuncian su próximo interés en el Naturalismo.

 En 1882 comenzó, en la revista La Época, la publicación de una serie de artículos sobre Émile Zola y la novela experimental, reunidos posteriormente en el volumen La cuestión palpitante (1883), que la acreditaron como uno de los principales impulsores del naturalismo en España. El revuelo que provoca es extraordinario y se ataca la obra como manifiesto en favor de la pornografía francesa y la literatura atea, con más gravedad puesto que la autora es una mujer, esposa y madre.Su marido, horrorizado por la situación, le exigió que cesara de escribir y que se retractase públicamente de sus escritos; no lo hizo, sino que decidió separarse de él un año más tarde, en 1884. En este año publicó La dama joven, que trata precisamente sobre crisis matrimoniales. Benito Pérez Galdós, por entonces cercano también al Naturalismo, inicia una relación amorosa con ella que durará más de veinte años. Ella le engaña sin embargo con amoríos fulminantes con jóvenes como Lázaro Galdiano y Narcís Oller, haciéndose perdonar. En cuanto al Naturalismo practicado por Pardo Bazán, como el de Galdós, frente a los principios ideológicos y literarios de Zola, acentuaba la conexión de la escuela francesa con la tradición realista española y europea, lo que le permitía acercarse a un ideario más conservador y católico en lo que respecta a ella, que nunca abandonó el catolicismo, por más que admitiera las bases ideológicas del determinismo social y darwinista. El método naturalista culmina en Los pazos de Ulloa (1886-1887), su obra maestra, patética pintura de la decadencia del mundo rural gallego y de la aristocracia, y su continuación La madre naturaleza (1887), fabulación naturalista que, al contrario que en José María de Pereda, demuestra que los instintos conducen al pecado.
La separación amistosa de su marido le permite a Pardo Bazán seguir con libertad sus intereses literarios e intelectuales sin obstáculos. Se preocupa ya no sólo de polémicas literarias, sino de intervenir en el periodismo político y de luchar incansablemente por la emancipación social e intelectual de la mujer. Publica ensayos como La revolución y la novela en Rusia (1887) o La mujer española (1890) y sus conferencias en instituciones de renombre tienen tanto éxito que es invitada a repetirlas. Tal popularidad le granjea muchas enemistades entre los escritores de su tiempo, que ven invadido un sector tradicionalmente reservado a los hombres por una mujer más competente que muchos de ellos. Esto le lleva a decir: "Si en mi tarjeta pusiera Emilio, en lugar de Emilia, qué distinta habría sido mi vida...".
Monumento a Emilia pardo Bazan
En 1888 visitó en Venecia al pretendiente carlista al trono de España; los artículos que escribió al respecto contribuyen a la escisión del Carlismo.
Coincidiendo con la muerte en 1890 de su padre, su obra evolucionó hacia un mayor simbolismo y espiritualismo, patente en Una cristiana (1890), La prueba (1890), La piedra angular (1891), La quimera (1905), La sirena negra (1908) y Dulce dueño (1911). Esta misma evolución se observa en sus más de ciento setenta cuentos y relatos, recogidos en Cuentos de la tierra (1888), Cuentos escogidos (1891), Cuentos de Marineda (1892), Cuentos sacroprofanos (1899), entre otros. Doña Emilia aprovechó la herencia paterna para crear una revista escrita por ella sola, El Nuevo Teatro Crítico, nombre que recuerda la obra de Benito Jerónimo Feijoo.
En Una Cristiana y La Prueba, de 1890, parece trabar polémica a través de la ficción con algunos de sus detractores morales, como el Padre Coloma, Menéndez Pelayo y Pereda. La diferencia de edad entre enamorados, el cruce de afectos o deberes familiares y el remordimiento religioso prueban en ambas novelas que Doña Emilia tenía más en cuenta la opinión de lo que aparentaba. Adán y Eva, que agrupa las novelas Doña Milagros (1894) y Memorias de un solterón (1896), parece la justificación del romance con Galdós. Pero en La Quimera (1895) vuelve al aguafuerte para retratar el Madrid polvoriento y bizcochable.

Funda y dirige en 1892 la publicación La Biblioteca de la mujer. Asiste a congresos como el Congreso Pedagógico, en donde denuncia la desigualdad educativa entre el hombre y la mujer. Aún consciente del sexismo dentro de los círculos intelectuales, propone a Concepción Arenal a la Real Academia de la Lengua, pero es rechazada; tampoco aceptaría ésta a Gertrudis Gómez de Avellaneda ni a ella (fue rechazada tres veces, en 1889, en 1892 y en 1912), por más que en 1906 llegó a ser la primera mujer en presidir la Sección de literatura del Ateneo de Madrid y la primera en ocupar una cátedra de literaturas neolatinas en la Universidad Central de Madrid, aunque solo asistió un estudiante a clase.
La rica obra de Emilia Pardo Bazán incluye también los libros de viajes (Por Francia y por Alemania, 1889; Por la España pintoresca, 1895) y las biografías (San Francisco de Asís, 1882; Hernán Cortés, 1914). El erudito Varela Jácome ha descubierto una novela inédita: Selva
En el año 2012, se publica por primera vez en España su primera novela, escrita con 13 años de edad, Aficiones peligrosas'.
Sus extensísimas Obras completas se imprimieron ya en vida (Obras Completas, Madrid: Imprenta A. Pérez Dubrull, 1891, 43 vols.), por lo que parece la más completa la póstuma de 1924 (Obras Completas, Valladolid: Imprenta Colegio de Santiago, S. A., 1924). Federico Carlos Sainz de Robles hizo otra edición con estudio y notas, pero limitada a su narrativa (Obras Completas (Novelas y Cuentos), Estudio preliminar, notas e prólogo de Federico Carlos Sainz de Robles. Madrid: Aguilar, 1947, 2 vols.) y la misma editorial imprimió una selección con ese título en 1973 encomendada a un hispanista especializado (Obras Completas, introducción bibliográfica, selección de material crítico, prólogo, clasificación de cuentos, notas y apéndices de Harry Kirby. Madrid: Aguilar, 1973 3 vols.) La Biblioteca Antonio de Castro asumió desde 1999 la publicación entera de sus Obras Completas (Madrid: Fundación José Antonio de Castro, 1999-...) por parte del especialista Darío Villanueva.

Alfonso Daniel Manuel Rodríguez Castelao
Daniel Castelao

 (Rianjo, La Coruña, España, 1886 – Buenos Aires, Argentina, 1950) fue un político, escritor, pintor, médico y dibujante español, así como uno de los padres del nacionalismo gallego.
Estudió medicina aunque afirmaba: Fíxenme médico por amor a meu pai; non exerzo a profesión por amor á humanidade («Me hice médico por amor a mi padre; no ejerzo la profesión por amor a la humanidad»).
Nació el 30 de enero de 1886. Era el primer hijo de Manuel Rodríguez Dios, un marinero que se dedicaba a hacer velas para barcos, y de Joaquina Castelao Genme. El mismo día de su nacimiento fue bautizado en la iglesia de Santa Comba, siendo sus padrinos Pilara y Francisco Castelao, hermanos de su madre. Manuel emigró a Argentina a los tres meses del nacimiento de Daniel, que fue criado especialmente por sus abuelos maternos Teresa y José Ramón, carpintero de profesión y conocido por el sobrenombre de Pepe de Castelao. En el transcurso de 1895 Joaquina emigró también, llevando al pequeño Daniel, para ir a vivir con su marido en Bernasconi, en La Pampa (Argentina). Allí residió hasta 1900, y según contó el propio Castelao descubrió el valor de la caricatura leyendo el semanario Caras y Caretas. En ese año habían decidido volver para que Castelao estudiase medicina en la Universidad de Santiago de Compostela. Durante sus años en la universidad brota su interés por el dibujo y la pintura y en especial por la caricatura. En 1908 expuso sus dibujos en Madrid y comenzó a colaborar con la revista Vida Gallega.
Entre 1909 y 1910 hace un curso de doctorado en Madrid y participa en la III Exposición Nacional de Humoristas y colabora como ilustrador con El Cuento Semanal. En 1910 se especializa en Santiago en obstetricia y al terminar se instala en su Rianjo natal. Durante este período colaboró en la fundación del semanario El Barbero Municipal (1910–1914), en el que escribió atacando el régimen caciquil gallego, ingresando en la vida política local dentro del Partido Conservador local en una línea maurista
Da su primera conferencia en marzo de 1911, en Vigo, hablando sobre la caricatura y a lo largo de los años siguientes realiza exposiciones de sus caricaturas en diversas ciudades gallegas. En 1912 se adhirió al movimiento Acción Gallega y el 19 de octubre del mismo año se casó con Virxinia Pereira. Durante esta época colaboró en múltiples publicaciones periódicas, como El Liberal, El Gran Bufón, La Ilustración Gallega y Asturiana, Mi Tierra, Suevia, La Voz de Galicia de Buenos Aires, lo que ayudó a popularizar sus caricaturas.
Escudo diseño de Castelao
Un desprendimiento de retina lo deja ciego en 1914, pero una operación le devuelve la vista. En 1915 participó en la Exposición de Bellas Artes de Madrid, en la que obtiene grandes elogios de la crítica. En 1916 obtiene por oposición una plaza en la delegación de Pontevedra del Instituto Geográfico Estadístico y en ese año fue uno de los fundadores de la agrupación local de las Irmandades da Fala. En 1918 comenzó a colaborar con el periódico madrileño El Sol.
A iniciativa de Antón Losada Diéguez, Vicente Risco se encargó de la dirección literaria y propuso a Castelao la dirección artística de la revista Nós (Nosotros), alrededor de la cual brotó la vida política y cultural de Galicia entre 1920 y 1936. En enero de 1921, gracias a una beca de la Junta de Ampliación de Estudios, viajó a Francia, Bélgica y Alemania para estudiar el arte de estos países. Fruto de ese viaje fue el diario que escribió y que publicó parcialmente en la revista Nós y que apareció como libro en 1977 con el título de Diario 1921. En 1926 fue nombrado académico de número de la Real Academia Gallega.
El 3 de enero de 1928 murió su hijo Alfonso de catorce años, y en ese año marchó a Bretaña con su mujer en viaje de estudios para estudiar los cruceros bretones que materializó en el libro As Cruces de Pedra na Bretaña (Las Cruces de Piedra en la Bretaña) en mayo de 1930. También quedó hondamente afectado por la muerte de Antón Losada Diéguez el 15 de octubre de 1929. En 1931 resultó elegido diputado como galleguista independiente para las Cortes Constituyentes de la Segunda República y participó en la constitución del Partido Galeguista
Miembro de la Real Academia Gallega desde 1933, fue confinado en Badajoz en noviembre de 1934. Durante su estancia en Extremadura escribió para A Nosa Terra una serie de artículos con el título de Verbas de chumbo (Palabras de plomo) que posteriormente integraría en Sempre en Galiza. El 6 de septiembre de 1935 se puso fin al destierro tras las gestiones del nuevo ministro de la Gobernación, Manuel Portela Valladares. En 1936 fue escogido de nuevo diputado en la candidatura del Frente Popular. Tomó parte de manera destacada en la campaña por el sí al Estatuto de Autonomía de Galicia, que fue aprobado en plebiscito el 28 de junio de 1936.
La sublevación militar que dio origen a la Guerra Civil le sorprendió en Madrid, instalándose en Valencia a finales de 1936 y posteriormente en Barcelona. En 1938 se exilió en Nueva York y participó en la campaña de las elecciones al Centro Gallego de La Habana. En este periodo, y de manera paralela al compromiso político, continúa con su obra artística. En 1939 trabaja en el álbum Debuxos de Negros una serie de dibujos que muestran escenas de la música y cultura de la gente de color, realizados en Cuba y en Nueva York y que constituyen «sin duda una de las expresiones más verdaderas, y más patéticas de la creatividad del artista» [...] «porque en estas láminas recoge algo que no tiene que ver con la transcripción aséptica de lo que se ve»
Finalmente, en julio de 1940 marchó a Buenos Aires. Fue el máximo impulsor del Consejo de Galicia, creado en 1944 en Montevideo (Uruguay) y que pretendía agrupar a los diputados gallegos en el exilio, constituyéndose en representante de Galicia entre las instituciones republicanas en el exilio. Fue presidente del Consejo hasta su muerte.
Fue ministro sin cartera del gobierno republicano en el exilio presidido por José Giral (1946–1947), estableciéndose en París, ciudad dónde vivió hasta agosto de 1947.
Murió el 7 de enero de 1950 en el sanatorio del Centro Gallego de Buenos Aires, siendo enterrado el 9 de enero en el Cementerio de la Chacarita. La Dirección General de Prensa del Gobierno de España despachó instrucciones a los medios acerca de como tratar la noticia: «Habiendo fallecido en Buenos Aires el político republicano y separatista gallego Alfonso Rodríguez Castelao se advierte lo siguiente: La noticia de su muerte se dará en páginas interiores y a una columna. Caso de insertar fotografía, esta no deberá ser de ningún acto político. Se elogiarán únicamente del fallecido sus características de humorista, literato y caricaturista. Se podrá destacar su personalidad política, siempre y cuando se mencione que aquella fue errada y que se espera de la misericordia de Dios el perdón de sus pecados. De su actividad literaria y artística no se hará mención alguna del libro "Sempre en Galiza" ni de los álbumes de dibujos de la guerra civil. Cualquier omisión de estas instrucciones dará lugar al correspondiente expediente.
Estatua de Castelao en Pontevedra
Sus restos fueron trasladados de nuevo a Galicia en 1984, y ahora descansan en el Panteón de Gallegos Ilustres, en el monasterio de Santo Domingo de Bonaval. La vida de Castelao ha sido retratada por el documentalista argentino Jorge Preloran.
Polifacético novelista, dibujante, caricaturista, pintor, teórico del arte y político, su obra siempre reflejó su compromiso con el galleguismo y con el mundo. Durante el exilio franquista, en 1944 publicó Sempre en Galiza, desde entonces el gran texto del nacionalismo gallego. Sus restos mortales fueron repatriados y llevados al Panteón de Gallegos Ilustres el 28 de junio de 1984 en medio de manifestaciones nacionalistas que reprochaban a las autoridades que «los que le exiliaron ahora le rinden honores».
Sus dibujos, complementados con agudos textos, muestran la Galicia rural, el caciquismo, los pobres, los ciegos, los desamparados, el pueblo que sufre, desde una visión realista, crítica pero humorística. En el álbum Nós (1931) recogió dibujos hechos entre 1916 y 1918. En los últimos álbumes habitan los horrores de la Guerra Civil.
Se inició en la narrativa con la colección de relatos cortos Un ollo de vidro (Un ojo de vidrio) en 1922. En Cousas (Cosas), Retrincos (Pedazos) y Os dous de sempre (Los dos de siempre), establece un conjunto único en la narrativa gallega que culmina con la colección de ensayos Sempre en Galiza, conectando literatura, política y teoría del galleguismo. Su visión literaria tiende a desmitificar los tópicos costumbristas con un humorismo sarcástico y, de vez en cuando, esperpéntico. Castelao es sin duda el gallego más destacado del siglo XX. Se le dedicó el segundo Día de las Letras Gallegas, en 1964.
El 31 de julio de 2008, el Consejo de la Junta de Galici aprobó un convenio entre la Consejería de Cultura y la Fundación Castelao para la catalogación y digitalización de todos los textos, obras, discursos, cartas, fotografías, dibujos y cualquier material atribuido a Castelao disperso en diversos países en hemerotecas, organismos oficiales y colecciones públicas y privadas. La inversión aprobada fue de 300.000 euros y el objetivo es crear un fondo accesible al público en la Ciudad de la Cultura.
Posee una escultura en el Parque Europa de Churdínaga en Bilbao.


Ramón Valle y Peña
Valle-Inclán

 (Villanueva de Arosa, 28 de octubre de 1866 – Santiago de Compostela, 5 de enero de 1936), también conocido como Ramón del Valle-Inclán o Ramón María del Valle-Inclán, fue un dramaturgo, poeta y novelista español, que formó parte de la corriente literaria denominada modernismo en España y se encuentra próximo, en sus últimas obras, a la denominada generación del 98. Se le considera uno de los autores clave de la literatura española del siglo XX.
Respecto a su nombre público y literario, Ramón del Valle-Inclán es el que aparece en la mayoría de las publicaciones de sus obras, así como en los nombramientos y ceses de los cargos administrativos institucionales que tuvo en su vida. El nombre de Ramón José Simón Valle Peña sólo aparece en los documentos de la partida de bautismo y del acta de matrimonio. Como Ramón del Valle de la Peña sólo firma en las primeras colaboraciones que realiza en su tiempo de estudiante universitario en Santiago de Compostela para Café con gotas. Semanario satírico ilustrado. Con el nombre de Ramón María del Valle-Inclán se le encuentra en algunas ediciones de ciertas obras su época modernista, así como en un texto igualmente de su época modernista, que responde a una particular «autobiografía». No sólo él mismo toma a veces este nombre durante esta época literaria, sino que también Rubén Darío igualmente así le declama en la «Balada laudatoria que envía al Autor el Alto Poeta Rubén» (1912). Por otra parte, tanto en la firma ológrafa que aparece en todos sus textos manuscritos, como en el membrete del papel timbrado que utiliza, sólo indica «Valle-Inclán», a secas.
La biografía de Valle-Inclán ha despertado el interés de diversos biógrafos, además de por investigadores o críticos literarios también por mismos escritores y literatos, como Ramón Gómez de la Serna, Melchor Fernández Almagro o Francisco Umbral.
Valle-Inclán nació en una vieja casa denominada «El Cantillo», sita en la calle de «San Mauro», en la localidad de Villanueva de Arosa (pueblo de provincia de Pontevedra) al borde de la Ría y frente a la isla de Arosa, pueblo de pescadores y campesinos. Era el segundo hijo de una familia de raigambre carlista , el marinero y escritor por gusto Ramón del Valle Bermúdez (amigo de Manuel Murguía —esposo de Rosalía de Castro— y Andrés Muruáis) y de Dolores de la Peña y Montenegro, ambos de ascendencia hidalga, poseedores de casas solariegas y viejos fueros, pero venidos a menos. Ramón fue bautizado tres días después de su nacimiento en la iglesia de San Cibrán de Cálago con tres nombres: Ramón José Simón con los apellidos Valle y Peña. Tomó su nombre artístico del apellido de uno de sus antepasados paternos, Francisco del Valle-Inclán. El nombre de Ramón se le puso en honor a su padre, el de José por ser el patrono de la madrina y abuela materna del bautizado y Simón por ser el santo del día en el que nació. No se celebró el bautizo porque el parto fue complejo y la madre quedó muy debilitada. Dos poblaciones se disputan su nacimiento, Villanueva de Arosa y Puebla del Caramiñal. Él afirmaba que nació en un barco que hacía la travesía entre ambas por la ría. La disputa nace de la temporada que pasó su madre (Dolores de la Peña) en agosto en Puebla del Caramiñal, con motivo de las preparaciones previas del parto. Esta estancia de la madre confundió a algunos biógrafos.
La fortuna familiar heredada por el padre fue dilapidándose poco a poco, y esto obligó a la familia a llevar una vida más modesta. Es muy posible que Valle-Inclán y sus hermanos fueran criados como señoritos de pueblo. Dispuso en su infancia de la buena biblioteca paterna y se le asignó como preceptor un clérigo de la Puebla del Deán (de apodo bichuquino y nombre Carlos Pérez Noal) con el que estudió gramática latina. A la edad de nueve años acomete su ingreso en el Instituto de Segunda Enseñanza primero en Santiago y posteriormente en un Instituto de Pontevedra hasta 1885. Durante este periodo el bachillerato fue ejecutado sin el menor interés por su parte. En ese tiempo ejerció una gran influencia sobre él Jesús Muruáis, siendo decisivo en su formación literaria posterior. El 29 de abril de 1885 acaba sus estudios de bachillerato, tiene diecinueve años. Toda la familia se había trasladado unos años antes a la capital de la provincia donde el padre había conseguido que lo nombraran Secretario del Gobierno Civil.
En septiembre de 1885, sin convicciones y siguiendo la imposición directa de su padre, comenzó a estudiar Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela con resultados igualmente irregulares. Valle-Inclán no tiene preferencia por ninguna carrera siéndole todas iguales. Desde los primeros instantes universitarios solicitó examinarse por libre de algunas asignaturas. Disponiendo de poco dinero, impartía clases particulares de latín y frecuentaba más los cafés que las aulas, siendo también asiduo de la biblioteca de la universidad. Pudo vérsele por el Ateneo Compostelano y frecuentando los espacios literarios. En esos años trabó amistad con aquellos que más tarde llegarían a ser figuras relevantes del mundo de la cultura y de la política gallega También trabó amistad con el florentino Attilio Pontanari del que aprendería esgrima y nociones de italiano. En el año 1888 se matriculó en «Dibujo y adorno de figura» en la Escuela de Artes y Oficios. Valle-Inclán se hizo pronto uno de los estudiantes más populares de la Universidad.
En esta época publica sus primeros trabajos literarios en la revista Café con gotas de Santiago de Compostela, y en 1889 su cuento A media noche, en la barcelonesa La Ilustración ibérica; participando activamente, junto a su hermano Carlos, en la vida periodística de la ciudad. La visita de José Zorrilla a Santiago de Compostela para dar una conferencia en la universidad a la que asiste Valle-Inclán, le produce una honda impresión, quedando seducido por la figura del escritor consagrado. Es en estos años en los que comenzó a arraigar en él su vocación literaria.
El 14 de octubre de 1890, con la muerte de su padre en Villanueva, y con la edad de veintidós años es liberado del compromiso paterno, abandonó la carrera de Derecho por la que no sintió ningún interés, y regresó a Pontevedra. Lleva ya cinco años en la universidad compostelana y no ha pasado del tercer año de la carrera de Derecho. Piensa en ir a Madrid y comenzar en esa ciudad una nueva vida. La herencia del padre no ha sido de mucha cuantía y no le da para vivir.
Tras una hipotética estancia en Italia aún por documentar, viaja a Madrid a finales de 1890. La situación política de España es mala y en lugares públicos madrileños se vocifera, se exponen ideas contrapuestas y se solicitan soluciones. La primera estancia en Madrid supone dos años en la vida de Valle-Inclán. En Madrid frecuenta los abundantes cafés de la Puerta del Sol lugar de tertulia habitual, en ellas participa de forma expresiva y se hace conocer (resulta gracioso con su acento y su particular ceceo). Es irreductible en sus opiniones. En estas primeras visitas a los cafés va configurando su personalidad, su mundo, que acabaría haciéndolo famoso en las sociedades y tertulias de Madrid.
Colabora en diarios como El Globo, dirigido por su amigo e importante mentor Alfredo Vicenti que publica algunos de sus artículos y cuentos, y La Ilustración Ibérica, y dedica gran parte de su tiempo libre a asistir a representaciones del género chico. No es todavía considerado públicamente un escritor, las colaboraciones periodísticas que hace son para ganar algo de dinero, considerando poco afán por el oficio periodístico. La asistencia a peñas y tertulias de la época empieza a establecerse, se hace famoso en ellas por su ingenio. A pesar de sus esfuerzos abandona la capital sin lograr un sustento estable, la decisión parece ser tomada de forma inmediata.
En 1892 tras una breve estancia en Pontevedra, Valle-Inclán se embarca el 12 de marzo en su primer viaje a América, concretamente a México. Los periódicos gallegos anuncian un viaje motivado por ser elegido para la dirección de un periódico. El trasatlántico francés en el que realiza el viaje, que se denomina Le Havre, desembarca en Veracruz el 8 de abril y pocos días después ya se encontraba alojado en la capital de México. Durante su estancia mexicana escribió para los periódicos: El Correo Español, El Universal (su serie de artículos denominada cartas galicianas) y El veracruzano Independiente. Su labor pasa por ser mero traductor al castellano de textos italianos y franceses, a pesar de que posee ligeros conocimientos sobre ambos idiomas. Pasa en tierras mexicanas un periodo algo menor de un año, repartido entre las ciudades de Veracruz y Ciudad de México. Durante esa época se encontraba Porfirio Díaz como presidente de México, su poder le impone una severa censura. La vida a partir de ahora en tierras americanas será una aventura para Valle-Inclán, la situación política mexicana lo excita y ello lo lleva a protagonizar ciertos incidentes.
Parece ser que su estancia en tierras americanas no estuvo exenta de problemas, ya que existen datos de que participó en un amago de duelo con el redactor de El Tiempo, y en una sonada pelea en Veracruz. De este primer viaje a México Ramón obtiene las primeras experiencias como escritor. Durante esta época conoce a Sóstenes Rocha, que le desvela los secretos de la política mexicana, Sóstenes es un personaje que resume la situación mexicana de la época. De esta primera estancia en México, Valle-Inclán presiente su destino como escritor, empezará los relatos que posteriormente se agruparán en Femeninas. Finalmente abandona México agotando su estancia de poco menos de un año. De las tierras mexicanas pasa a Cuba donde pasa una estancia de varias semanas, permanece algunos días en el hoy demolido Ingenio (azucarero) Santa Gertrudis, en la provincia de Matanzas hospedado en casa de unos amigos: familia González de Mendoza, propietarios por ese entonces de dicho ingenio. En primavera de 1893 se encuentra de nuevo en España, donde se aloja en Pontevedra. Su aspecto físico está transformado, lleva barba y melenas. Valle volvería a tierras mexicanas en un segundo viaje en 1921.
De regreso a España, en 1893, se instaló en Pontevedra lugar elegido por él con objeto de aliviar su nostalgia. Es en este lugar donde trabó amistad con Jesús Muruáis, bibliógrafo y profesor de latín en el Instituto de la ciudad, en cuya biblioteca pudo leer a los más importantes autores europeos de la época (Biblioteca Muruais: obras francesas e inglesas de literatura y arte del siglo XIX). Es Valle-Inclán un joven escritor recién llegado de América, atendiendo a una imagen de dandi, aparece frecuentemente en el Café Moderno de Pontevedra y exhibe su dialéctica peculiar que luego lo haría famoso. Es durante esta época cuando el poeta italiano Gabriele D'Annunzio ejerce una fuerte influencia sobre él y de él toma la fórmula del decadentismo europeo. Valle-Inclán conoce también durante esta época pontevedresa a René Ghil. Durante su estancia en Pontevedra, que se prolongaría hasta 1896 (cerca de tres años), publicó su primer libro, la colección de relatos de tema amoroso en 1894 titulado Femeninas (Seis historias amorosas). Esta primera obra aparece a la luz con el apoyo del amigo de su padre Manuel Murguía. Valle-Inclán ya se siente escritor, ya sabe a partir de este instante la dedicación futura de su vida.
Es en esta época cuando Valle-Inclán comienza a cultivar su particular indumentaria: capa (al principio un poncho mexicano), chalina, sombrero, polainas blancas, y sobre todo, sus largas y características barbas, las «barbas de chivo» de que habla Rubén Darío en un poema dedicado al autor. Colabora desde Pontevedra en la revista Blanco y Negro. Es en esta etapa pontevedresa en la que ya figura con su nombre Ramón de Valle Inclán, así se nombra a sí mismo en la portada de su primer libro. Concluida esta etapa, poco le queda hacer en provincias, se dirige a Madrid en lo que será su segundo viaje a la capital.
En el año 1895 volvió a instalarse por segunda vez en Madrid, esta vez como funcionario del Estado, en el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, cobrando 2.000 pesetas al año. Según Joaquín María del Valle-Inclán Alsina, este «momio» le dura por lo menos hasta 1899 y ni se molesta en publicar, ya que no tiene necesidad económica alguna de hacerlo. Pronto acude a varias tertulias madrileñas llevando la vida bohemia de la época, en las que conoce a muchas figuras destacadas de la época, como Gómez Carrillo, Pío y Ricardo Baroja, Azorín, Jacinto Benavente, González Blanco, Villaespesa, Mariano Miguel de Val, Alejandro Sawa, entre otros. Asiste a los innumerables cafés madrileños de la época: el de Fornos, el Suizo, el Café del Príncipe, el Café de Madrid, el Café de El Gato Negro, la terraza del Café Gijón, Lhardy en la Carrera de San Jerónimo, y el Café Nuevo de la Montaña, en la Puerta del Sol. Con tertulia propia en la «sala de La Cacharrería» del Ateneo de Madrid, en la Granja El Henar. En ellos con su verbo ceceante, se hace famoso por su capacidad de monopolizar conversaciones, por destruir reputaciones, su falta de paciencia a la hora de soportar interrupciones de oyentes e interlocutores.
Su atuendo se hace peculiar, y la barba se alarga en lo que será su estética habitual. Vive con escaso dinero rozando la penuria y su solitario café en los cenáculos de las tertulias. En esta segunda etapa madrileña se dedica a la vida bohemia en cuerpo y alma, vive la época: la disfruta y la padece. Vive la bohemia literaria modernista con estrecheces económicas que incluso le obligan a pasar hambre. Habita en un patio de viviendas en la calle Calvo Asensio, 4, del barrio de Argüelles, entonces suburbio de Madrid, en una buhardilla alquilada con dos oscuros cuartuchos con una silla, una mesa y una cama como único mobiliario.
De esta época inicial en Madrid se narra una anécdota de Valle-Inclán en el que paseando por la madrileña Carrera de San Jerónimo se encuentra con Miguel de Unamuno y Pío Baroja, los tres hostiles entre sí en lo que se refiere a teorías literarias, no reconociéndose ningún mérito entre ellos. A pesar de presentar Pío Baroja a Valle-Inclán y Miguel de Unamuno, no pasan ni ochenta pasos sin que acabaran insultándose, gritándose y finalmente separándose antes de acabar el paseo por la calle. Los tres eran representantes de la Generación del 98, los tres dejaron impronta de su independencia. En el año 1897 se publica su segundo libro, Epitalamio (Historias de amores), sin demasiado éxito entre los lectores; el libro se vende mal. Durante estos años, participó como actor en obras teatrales como La comedia de las fieras, de Jacinto Benavente, o Los reyes en el destierro, adaptación por Alejandro Sawa de una novela de Alphonse Daudet. Durante la guerra Hispano-Estadounidense las afinidades sentimentales hacen que Valle-Inclán tome partido por las aspiraciones cubanas a la independencia de España.
El 24 de julio de 1899, en una discusión en el Café Nuevo de la Montaña, ubicado en la planta baja del Hotel París, sito en la Puerta del Sol, 2, el periodista Manuel Bueno Bengoechea le causa una herida en un antebrazo que termina gangrenándose y se hace necesaria su amputación. Valle-Inclán y su amigo Manuel Bueno discutían sobre la legalidad de un duelo que iba a celebrarse debido a la minoría de edad uno de los duelistas. Llegaron a agredirse, Valle-Inclán con una botella de cristal y Manuel Bueno con un bastón, con tan mala fortuna en los lances para Valle-Inclan que se le clavó un gemelo en su muñeca izquierda, con resultado de fractura conminuta de los huesos del antebrazo izquierdo. La herida se gangrenó y el 12 de agosto de 1899, el médico y cirujano Manuel Barragán y Bonet le amputó dicho braz Ramón Gómez de la Serna, que no fue testigo de la escena, tiempo después convertiría el episodio en material literario. De manera análoga recogería el suceso Tomas Orts Ramos en una versión más periodística.
Según cuentan la entereza de Valle-Inclán fue tal, que durante la operación del doctor Barragán, estuvo despierto y se desmayó sólo una vez, siendo conocido que casi al final de la operación sugiere a los asistentes deseos de fumar, y durante los últimos instantes se fuma un habano, haciendo ascender al techo grandes volutas de humo. Valle-Inclán tenía entonces treinta y tres años. A partir de ahora la imagen de manco se hace mítica. Algunos amigos deciden organizar un festival y conseguir fondos para comprarle un brazo ortopédico, estrenando en el Teatro Lara, el 19 de diciembre de ese año de 1899 su obra Cenizas: Drama en tres actos, con dirección del propio Valle-Inclán. La siguiente vez que se encuentra con Manuel Bueno le estrecha la mano. Tras el incidente regresa a vociferar a los cafés, al mismo tiempo que la manquedad le hace olvidarse de sus pretensiones de ser actor de teatro.
En el mismo periodo finisecular colabora en diversas revistas literarias, como La vida literaria, dirigida por Benavente, Revista Nueva, dirigida por Luis Ruiz Contreras, Germinal dirigida por Joaquín Dicenta o Vida Nueva dirigida por Eusebio Blasco. El año de su manquedad es el año en el que inicia su amistad con Rubén Darío recién llegado a Madrid y al que conoce cuando asiste a la tertulia literaria del Café de Madrid, que dirigía junto a Jacinto Benavente.
En el año 1900, Valle-Inclán participa en un concurso de cuentos auspiciado por el diario El Liberal. Aunque no consigue ganar el premio (el ganador fue el periodista José Nogales), su relato Satanás fue muy elogiado por Juan Valera, uno de los miembros del jurado, en un artículo de prensa. Parece ser que el jurado no quiso arriesgarse a premiar un relato tan innovador. En los años siguientes, siguió colaborando en varias publicaciones, como La Ilustración Artística, La Ilustración Española e Hispanoamericana o La España Moderna. En Alma Española publicó, en diciembre de 1903, una famosa «autobiografía». En Los Lunes del Imparcial empieza a publicar Sonata de otoño, en que hace por primera vez aparición su personaje el Marqués de Bradomín. Comienza a ser asiduo del Nuevo Café de Levante en el que se concentrará durante un decenio casi toda la vida intelectual de Madrid. Traduce a Eça de Queirós.
Las Sonatas: Memorias del Marqués de Bradomín, que el autor anuncia como fragmentos de las «Memorias amables» autobiográficas de su «noble tío» el Marqués de Bradomín (personaje inspirado en el general carlista Carlos Calderón), constituyen el ejemplo más destacado de prosa modernista en la literatura española. La primera de ellas, Sonata de otoño (1902), la escribió durante los tres meses de convalecencia de un involuntario tiro en un pie con una pistola de su propiedad. A ésta le siguieron Sonata de estío (1903), Sonata de primavera (1904) y Sonata de invierno (1905). En estas narraciones, siendo independientes entre sí, realiza un juego de correspondencias con los títulos del ciclo estacional anual y las sucesivas etapas del ciclo vital del protagonista, presentando a Xavier, el marqués de Bradomín, en cuatro ambientes y lugares distintos, narrando cuatro historias amorosas que corresponden, siguiendo la lógica argumental de la tetralogía -no el orden de escritura y publicación-, a la juventud en Italia -primavera-, a la primera madurez en México -estío-, a la madurez plena en Galicia -otoño-, y a la vejez en Navarra -invierno-. Las cuatro sonatas se empiezan a vender bien y para algunas de ellas hay traducciones en otros idiomas como el francés. En el mismo año de 1905 publica Valle una colección de cuentos con el título de Jardín novelesco; Historias de almas en pena, de duendes y de ladrones. Al año siguiente estrena en el Teatro de la Princesa una adaptación teatral basada en el protagonista de las Sonatas, El marqués de Bradomín: Coloquios románticos. Forma parte del reparto de la obra Josefa María Ángela Blanco Tejerina, a la que meses antes le ha dedicado la Sonata de invierno de esta manera: «...Para unos ojos tristes y aterciopelados...», futura esposa de Valle, con la que posteriormente contraerá matrimonio, aunque, muy probablemente, pudieran haber iniciado la convivencia con anterioridad.
Por esta época algunos miembros de la generación del 98 trabajaban de manera coordinada en diversas actividades creativas, y cada uno de sus componentes se conocen e intercambian ideas en sus reuniones en los diferentes cafés, como el Nuevo Café de Levante; y cafés-conciertos, como la popular sala de music-hall Central Kursaal, sita en la plaza del Carmen. Allí actuaba una jovencita cupletista llamada Anita Delgado, de la que se enamoró el Maharajá de Kapurthala, suceso que se comentó con gran lujo de detalles en cafés y periódicos y semanarios de la época, siendo el propio Valle-Inclán uno de los intermediadores de una historia que acabó en boda.
En 1907 publica varios libros, como Águilas de blasón (estrenada el mismo año en Barcelona), Aromas de leyenda, Versos en loor de un santo ermitaño y El marqués de Bradomín. Coloquios románticos. Por entregas, en el diario El Mundo, publica Romance de Lobos. En 1908 inicia la publicación de su serie de novelas «La guerra carlista»: Los cruzados de la causa, El resplandor de la hoguera y Gerifaltes de antaño. En 1909 escribe Mi hermana Antonia, que narra la venganza del estudiante Máximo Bretal, enamorado de Antonia y rechazado por su madre. Sus simpatías por el carlismo no fueron sólo literarias: en 1910 se presentó a diputado por el Partido Carlista, pero no obtuvo escaño.
El 3 de marzo de 1909 muere en su casa de Madrid el escritor Alejandro Sawa, ciego y en penosas condiciones físicas. Valle-Inclán, que años más tarde, dará vida a su alter ego Max Estrella en la obra Luces de bohemia, lamenta enormemente su pérdida, y así se lo hace saber en una carta a Rubén Darío, la cual ha sido reproducida profusamente desde que se diera a conocer.
Valle-Inclán contrae matrimonio con Josefina Blanco Tejerina en la mañana del 24 de agosto de 1907 en la iglesia madrileña de San Sebastián. Él tiene cuarenta años y ella veintiocho. Tras la boda, ella abandona la profesión teatral, con excepción de una gira por Hispanoamérica. Enseguida nace la primera hija, María de la Concepción (1908), de un total de seis hijos nacidos a lo largo de los quince años siguientes. Valle-Inclán publica Historias perversas; la que será su primera obra de poesía, Aromas de leyenda. Versos en loor de un santo ermitaño (1907); y comienza con la escritura de su serie de obras teatrales de Las farsas.
Su mujer Josefina Blanco se incorpora a las labores como actriz de teatro en 1910 y el matrimonio viaja de gira con la compañía de teatro de Francisco García Ortega. Valle-Inclán acompaña a su mujer en calidad de director artístico y tiene la oportunidad de pronunciar algunas conferencias sobre la literatura española en los países que visitan de gira, Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay y Bolivia. De regreso a España, tras seis meses de gira americana regresa a Madrid, donde los carlistas le ofrecen un almuerzo, y se sienta a la mesa con Vázquez de Mella, Manuel Bofarull, el marqués de Cerralbo, etc. Valle-Inclán sigue estrenando obras de teatro: Voces de gesta, en 1911 (en el teatro Novedades de Barcelona), y La marquesa Rosalinda. Farsa sentimental y grotesca, en 1912. A los estrenos también se suman incidentes; su obra teatral titulada El embrujado fue rechazada por el Teatro Español, que dirigía el escritor Benito Pérez Galdós, y el incidente acaba en un acto tumultuoso que incluye una lectura de la obra en el Ateneo de Madrid. En su empeño de queja no deja de asistir a las tertulias de café. Con el dinero que obtiene de la publicación de sus obras completas por Sociedad General de Libraría, Valle-Inclán inicia con los suyos un viaje a Galicia con el objeto de vivir en su tierra natal junto con sus hijos. Esta estancia en Galicia se ve interrumpida frecuentemente por viajes a Madrid, cediéndole el escultor Sebastián Miranda su casa, donde permanece períodos largos para atender asuntos literarios, como los ensayos y estreno de La marquesa Rosalinda. Farsa sentimental y grotesca (5 de enero de 1912), o el inicio de la publicación de su «Opera Omnia», a cargo de la imprenta Rivadeneyra, que inicia en 1913 con esta obra teatral como tercer volumen, o posteriormente La Lámpara maravillosa. Ejercicios espirituales (1916), que pondrá al frente de su «Opera Omnia» como primer volumen de la misma.
En 1915 escribe al rey solicitando la rehabilitación de los títulos de marquesado del Valle, vizcondado de Vieixin y señorío del Caramiñal. Sus peticiones no son atendidas. Los años que rodean la publicación de la Lámpara maravillosa. Ejercicios espirituales son especialmente duros para Valle-Inclán. Su amigo Rubén Darío realizará en 1914 el que será su viaje de regreso definitivo a Nicaragua, donde muere en 1916. Por otro lado las noticias de la incipiente guerra europea lo van rodeando poco a poco, y la pugna llega a las calles de Madrid dividiendo opiniones. Valle-Inclán toma parte desde el principio por el bando aliado encabezando un «Manifiesto de adhesión a las naciones aliadas» Esta situación hace que durante la I Guerra Mundial, fuera invitado por el gobierno francés a visitar los frentes de guerra en los Vosgos, Alsacia, Flandes y Verdún. Entre el 27 de abril y el 28 de junio de 1916, Valle-Inclán viajó como corresponsal del periódico El Imparcial, redactando también cartas donde daba fe y proporcionaba descripciones de lo que estuvo viendo en esos dos meses. En París se relacionó con autores españoles como Pedro Salinas, Manuel Ciges Aparicio y Corpus Barga. Fruto de su visita al frente fueron los textos publicados en El Imparcial, Visión estelar de la medianoche, entre octubre y diciembre de 1916, y En la luz del día, entre enero y febrero de 1917.
En 1912 se instala en Cambados con su familia, acogidos por doña Lucinda Fernández Soler en el barrio de Fefiñáns, y un verano en la casa de la calle Carreira, de su amigo José González Fraga. Allí nacerá el segundo de sus hijos, Joaquín María Baltasar (mayo de 1914, Cambados - septiembre 1914, Cambados), que fallece trágicamente a los cuatro meses de edad, el 29 de septiembre, a causa de un accidente en la playa de Pombal, en Fefiñáns. Este suceso hace que se traslade en 1916 a la Puebla del Caramiñal y comienza a explotar las tierras del «pazo priorato de la Merced» que ha rentado, con el objetivo de convertirse en un terrateniente de la comarca del Salnés, actividad a la que se dedicó por un tiempo sin obtener buenos resultados. Allí nacerán el tercero y la cuarta de sus hijos, Carlos Luis Baltasar (1917, Puebla del Caramiñal) y María de la Encarnación Beatriz Baltasara 'Mariquiña' (5 de septiembre de 1919, Puebla del Caramiñal). Estas tareas las compatibiliza con su puesto en Madrid, durante dos cursos académicos, en la cátedra de Estética de las Bellas Artes. En 1921, cuando la posesión del pazo se le escapa de las manos, se traslada a Villa Eugenia, ubicada en en núcleo urbano de A Pobra do Caramiñal, residiendo hasta 1925, lugar donde nacerán el quinto y la sexta y última, de sus hijos, Jaime Baltasar Clemente (29 de enero de 1922, Puebla del Caramiñal) y Ana María Antonia Baltasara (agosto de 1924, Puebla del Caramiñal En 1925 regresa con su familia definitivamente a Madrid.
En julio de 1916 se crea la asignatura de Estética de las Bellas Artes en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado con características específicas para el desempeño de dicho puesto docente, para él se le nombra profesor especial de misma, y se le confirma en el cargo un año después como profesor titular numerario de dicha asignatura.
El mismo año de 1916 publica La lámpara maravillosa. Ejercicios espirituales, meditación sobre el hecho literario en la que realiza una síntesis de su ética y su estética, muy influido por los saberes ocultistas, gnósticos y esotéricos, herméticos, alquímicos y teosóficos, y de trasfondo pitagórico y neoplatónico, de autores como Mario Roso de Luna y Helena Blavatsky, dedicándosela a Joaquín Argamasilla de la Cerda y Bayona.
En noviembre de 1919 renuncia a la plaza docente y la cátedra queda amortizada. Empieza a fallarle a Valle-Inclán la salud y a guardar cama con frecuencia. Es habitual el trato de viejos carlistas. En 1920 sufre una intervención quirúrgica con la consiguiente estancia en un sanatorio. En 1920 es la primera vez que Ramón emplea la palabra «esperpento» en relación con su obra: «Esta modalidad consiste en buscar el lado cómico en lo trágico de la vida», expresaría en 1921. Su forma de vestir llama la atención: «fantocheril» a la manera de sus esperpentos, vestido de negro y bien flaco, con barba larga, renegando de todo.
A mediados de septiembre de 1921 realiza un nuevo viaje a México, por invitación personal del presidente de la república, Álvaro Obregón y a través de la mediación del escritor Alfonso Reyes Ochoa, con motivo de la celebración del centenario de su independencia. Su recibimiento fue un acontecimiento con enorme repercusión en el que participa todo el país. Durante su estancia en la capital azteca se establece en el Hotel Regis. Este segundo viaje a México estuvo lleno de actividades culturales. De regreso pasa dos semanas en La Habana y otras dos en Nueva York, llegando a Galicia en los últimos días del año. En 1922 se establece de nuevo en Madrid, participando frenéticamente de nuevo en las tertulias de la capital: en La Granja del Henar, en el Café Regina, en el Café de El Gato Negro.
En 1920 colabora con el Teatro de la Escuela Nueva, dirigido por su amigo Cipriano Rivas Cherif, que intentaría el estreno de la Farsa y licencia de la reina castiza, lo que es impedido por la policía. Ese mismo año Cipriano Rivas Cherif intentará fundar el Teatro de los Amigos de Valle-Inclán, un frustrado proyecto que tenía por objetivo la puesta en escena los dramaturgos europeos considerados más avanzados y de cuya dirección artística debía encargarse el propio escritor. Algunos años después, en 1926, los dos amigos participarán activamente en las sesiones de El Mirlo Blanco, el teatro de cámara que los Baroja tenían en el salón de su casa, en el barrio madrileño de Argüelles, donde se estrenará el prólogo y el epílogo de Los cuernos de don Friolera y Ligazón. Ese mismo año ambos fundarán El Cántaro Roto, con la pretensión de llevar la experiencia privada de El Mirlo Blanco al ámbito comercial, programando en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, obras de Anatole France y Bernard Shaw, entre otros, además de las suyas propias, pero fracasa al poco de ser creado, por el escaso éxito del público y la poca confianza por parte del programador.
A finales de 1926 edita la que algunos consideran su obra maestra narrativa, la novela Tirano Banderas, donde es patente la huella de su todavía reciente viaje al México revolucionario. En 1927 inicia la publicación de un ambicioso proyecto narrativo, El ruedo ibérico, que, de forma semejante a los Episodios nacionales de Benito Pérez Galdós, pretende narrar la historia de España desde el reinado de su detestada Isabel II hasta la época contemporánea al autor hasta el la pérdida colonial con la guerra de Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Únicamente llegó a escribir tres novelas de este proyecto: La corte de los milagros (1927), Viva mi dueño (1928) y Baza de espadas (1932).
Desde 1924 muestra su oposición a la dictadura de Primo de Rivera, vocifera en los cafés y no duda en hacerse oír. En alguna ocasión fue detenido en la vía pública por quejas al régimen. Valle-Inclán era un paisano incómodo, a pesar de ello lucha por mejorar su situación económica y la de su familia. En 1927 participa en la creación de la Alianza Republicana. En 1928 Valle-Inclán consigue el contrato editorial más importante de su vida, con la Compañía Ibero-Americana de Publicaciones (CIAP) que le ofrece una cuantiosa suma a cuenta de la explotación de los derechos literarios, pagadera en mensualidades. Instalado su domicilio familiar en un piso de la calle del General Oraá, 9, empieza a escribir con cierto sosiego. Se aristocratiza y se vuelve más selecto en su entorno cercano de amistades. En 1929 es encerrado quince días en la cárcel Modelo de Madrid, por negarse a pagar una multa impuesta con motivo de unos incidentes ocurridos en el Palacio de la Música en el estreno de El hijo del diablo, una obra de Montaner. La quiebra de la CIAP en 1931 hace que se agote el dinero obtenido y espléndidamente gastado, cuando ya las horas del régimen de Primo de Rivera igualmente dan sus últimas horas. La situación económica hace pensar al matrimonio Valle-Inclán Blanco en la separación matrimonial.
La situación social y política hace que abandone sus quehaceres artísticos y apoye a la república española, incluso se presenta a diputado por La Coruña en las listas del Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux, aunque no sale elegido. Ese mismo año, una semana después de la proclamación de la República y en un intento de atraerle a sus filas, el pretendiente carlista, don Jaime de Borbón y Borbón-Parma (Jaime III), le nombra caballero de la Orden de la Legitimidad Proscrita.
Tumba de Valle-Inclán
Se encuentra a mitad de la sesentena de edad. Conociéndose públicamente su intención de irse a México en busca de mejora para él y su familia, Manuel Azaña, entonces aún ministro de la Guerra, previo sondeo del interesado, hace gestiones ante el Consejo de Ministros para que se le habilite un cargo que le permita subsistir dignamente. El 2 de septiembre de 1931, el gobierno de la República lo nombra Conservador General del Patrimonio Artístico Nacional, seguido cinco meses después de la dirección del Museo de Aranjuez, «encargándole la realización, como Museo, del que fue Real Sitio de Aranjuez», pero unos meses más tarde, en junio de 1932, dimite por los desacuerdos con el director general de Bellas Artes en relación a la gestión del nuevo Museo de Aranjuez y por no haber sido informado de la preparación del proyecto de ley de protección del Patrimonio Artístico.
Ese mismo año de 1932 se presenta al premio Fastenrath correspondiente a 1931, convocado por la Real Academia Española, que termina declarándose desierto. Después de la nula satisfacción con el veredicto, desde el Ateneo de Madrid se lanzaron diatribas contra la Real Academia Española, así como contra todos los académicos que votaron, al interpretarse la decisión en términos políticos y no estrictamente literarios. En compensación por este fallo se realizó un homenaje público de desagravio, en el participó una gran parte de los intelectuales y escritores del momento.
El 30 de mayo de 1932, conocido ya el veredicto del premio Fastenrath 1931, Valle-Inclán es elegido para la presidencia del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid, sucediendo en el cargo a Manuel Azaña y se instala con su familia en el domicilio destinado para tal fin, en la calle de Santa Catalina. El tiempo en que permanecerá en el cargo es de siete meses y medio, siendo relevado del cargo el 14 de diciembre por Augusto Barcía Trelles. Valle-Inclán ya era un destacado tertuliano en la «sala de La Cacharrería», fundando su propia tertulia. En su presidencia introduce cambios notorios, y a iniciativa suya, en 1933 se organiza en su sede el Primer Congreso de la Asociación de Escritores y Artistas Revolucionarios. También es co-fundador, el 11 de febrero de 1933, de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética, acciones desarrolladas en un claro revulsivo a la política gubernamental anti-socialista de la época, que sostenía un tono condenatorio en relación a los relatos sobre las conquistas y los problemas del socialismo en la URSS.
En cuando al ámbito familiar, el mismo año de 1932, su esposa solicita el divorcio del enlace matrimonial iniciándose los trámites por la vía judicial para la obtención de la custodia de los hijos y las reclamaciones compensatorias, consideradas muy elevadas por Valle-Inclán. Al estar ya casada la hija mayor, Valle-Inclán se quedaría al cuidado de los tres hijos intermedios, aún menores de edad, mientras que la hija pequeña la custodiaría su madre.
Liberado de la presidencia ateneísta, y con la labor desplegada en una intensa campaña personal de apoyos, consigue ser nombrado director de la Academia Española de Bellas Artes de Roma el 8 de marzo de 1933 desplazándose a Roma, junto con los tres hijos de los que tenía la custodia legal. Con estancias intermitentes en Roma y largos períodos en Madrid, mantendrá este cargo hasta su muerte, pues aunque por diferencias en cuanto a la administración del centro, con intentos de dimisión por su parte y otros tantos de cese por parte de las autoridades ministeriales, y aún abandonando la institución con su regreso definitivo a España el 3 de noviembre de 1934, su nombramiento era por tres años según el reglamento vigente y munca se llegó a oficializar el cese y el siguiente director se nombró al finalizar el periodo correspondiente de tres años. A su regreso se siente enfermo en medio de una pintoresca falta de los más elementales medios de subsistencia. El 16 de noviembre asiste a la representación de su obra teatral Divinas palabras en el Teatro Español. A comienzos de 1935 se lo vuelve a ver paseando por las calles de Madrid decaído, pero con buen humor y hablando de su proyecto romano. El 7 de marzo de 1935 se retiró a Santiago de Compostela, ingresando en el sanatorio de su amigo doctor Manuel Villar Iglesias donde recibe un tratamiento radioterápico. De vez en cuando se escapa de la clínica y pasea por la ciudad con grupos de jóvenes sentado en el «Café del Derby», en la mayoría galleguistas. Es elegido para formar parte de presidencia del «I Congreso de la Asociación Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura», aunque no podrá asistir al congreso que se celebró en junio de 1935 en París. La situación nacional continúa agravándose, el periódico Ahora de Madrid publica el 2 de octubre de 1935 el que será su último artículo: «Mi rebelión en Barcelona (Nota literaria)» sobre el mismo título de Manuel Azaña.
A iniciativa de Victoriano García Martí, se abre en Galicia una subscripción pública para regalar a Valle-Inclán un pazo en octubre a sus sesenta y nueve años. La idea de tal regalo llega tarde ya que el 5 de enero del año 1936, víspera de la festividad de la Epifanía, tras negarse a recibir auxilio religioso Valle-Inclán muere. El parte a la prensa dice que murió: «a consecuencia de un coma rápido, después de una grave enfermedad de vejiga urinaria complicada con carácter de malignidad». Fue sepultado al día siguiente, en el cementerio de la Boisaca, en una ceremonia civil y en humilde féretro sin esquelas. Tal y como dispuso días antes de su muerte, en el que precisó que: «No quiero a mi lado ni cura discreto, ni fraile humilde, ni jesuita sabiondo». El escultor Francisco Asorey realizó la mascarilla mortuoria de su faz y el pintor Juan Luis le dibujó de cuerpo yacente. Manuel Azaña escribe al día siguiente del entierro: «Él hubiese querido ser, no el hombre de hoy, sino el de pasado mañana». A partir de ese instante comenzaron una innumerable cantidad de eventos póstumos.
A la muerte de Valle-Inclán, la que fue su mujer y madre de sus hijos, que se hallaba viviendo en Barcelona, consigue una pensión compensatoria del Ministerio de Instrucción Pública del Gobierno del Frente Popular, para la educación de sus hijos.

Manuel Curros Enríquez
 (Celanova, Orense; 15 de septiembre de 1851 - La Habana, 7 de marzo de 1908 ) fue un poeta español en lengua gallega representante del periodo histórico-literario denominado Rexurdimento en la literatura gallega. Su obra se caracteriza por su hondo contenido social.
Curros Enriquez

Nacido en la casa número 14 de la calle de San Roque de Celanova, era hijo del escribano Xosé María de Curros Vázquez (de Santiso-Melide) y de Petra Enríquez (de Villanueva de los Infantes). A pesar de que algunos biógrafos han venido hablando acerca de las conflictivas relaciones entre el futuro poeta y su padre —supuestamente debido al carácter brutal de éste y a sus ideales carlistas—, lo cierto es que las últimas investigaciones demuestran que Xosé María de Curros era persona de tendencias progresistas y que actuó políticamente de acuerdo con ellas. En lo referente a las relaciones padre-hijo, si bien hubo conflictos, éstos no parece que hayan llegado nunca a episodios de malos tratos o algo semejante.
Muy joven, Curros se fue a Madrid, a la casa de su hermano Ricardo, donde hizo el Bachillerato y empezó a estudiar Derecho. Ahí Ingresa como escribano en el ayuntamiento de Madrid y visita los círculos literarios con la intención de hacer allí carrera literaria. Participa en la revolución de 1868 (" La Gloriosa"), ya dentro de la masonería, a la cual perteneció desde la logia Auria de Orense donde cultivó una la ideología republicana progresista y que mostró en reiteradas veces en poemas ("Na chegada do tren a Ourense"/"La llegada del tren a Orense") y artículos periodísticos. Se casó en 1873 al mismo tiempo que se proclamaba la República con Modesta Luisa Polonia Vázquez Rodríguez (de Puebla de Sanabria, Zamora).
Entre diciembre de 1875 y febrero de 1876 escribe las Cartas del Norte, crónicas de la Tercera Guerra Carlista publicadas como corresponsal del periódico El Imparcial. Le sucedió en la tarea otro corresponsal, Fauró, al ser herido de bala por un ayudante del brigadier Mariné con quien compartía habitación.
En 1877 gana un certamen poético en Orense con el poema A Virxe do Cristal. Esta victoria lo determinó como poeta gallego laico. Curros se establece en Orense y trabaja en la Intervención de la Administración Económica. En 1880 publica Aires da miña terra. Ese año el obispo de Orense D. Cesáreo Rodrigo Rodríguez denunció al escritor por "herejías y ataque a la religión" y publicó un edicto condenando el libro de Curros por contener proposiciones heréticas, blasfemas y escandalosas. El juzgado ordenó el secuestro de los ejemplares en poder del editor, los moldes fueron destruidos, y Curros fue procesado por delito contra el libre ejercicio de la religión. Fue condenado en Orense a dos años cuatro meses y un día de prisión y absuelto en La Coruña. Su defensa en el recurso de apelación ante la Audiencia de La Coruña la realizó el ilustre jurista y político Luciano Puga Blanco, también natural de Celanova. La vista de apelación se celebró el 4 y 5 de marzo de 1881 y Luciano Puga ganó el recurso, consiguiendo la absolución de Curros, dictándose la sentencia absolutoria por la Audiencia de La Coruña el 11 de marzo. Como consecuencia de esta defensa Curros dedicó a la hija de su abogado María de la Concepción, el poema "Adiós Mariquiña", poema que en realidad se titula "A Mariquiña Puga. Despedida", y que escribió con ocasión de que Mariquiña, se marchase a Cuba. Se trata de la famosísima balada a la que el maestro compostelano José Castro González (Chané) pondría música: "Como ti vas pra lonxe / i eu vou pra vello, / un adiós, Mariquiña, / mandarche quero”.
Perdido el puesto de trabajo orensano, Curros vuelve a Madrid e ingresa en la redacción de El Porvenir, periódico republicano.
En 1894 decide emigrar a América. En La Habana dirige un periódico, La Tierra Gallega, y cuando se suspende su publicación ingresa en la redacción de El diario de las Familias y después en la del Diario de la Marina. Acogido con entusiasmo a su llegada, acabó incomodándose con la mayoría de sus paisanos. En 1904 viaja a La Coruña, donde fue obsequiado por los regionalistas. De vuelta en La Habana, retoma sus actividades en el Diario de la Marina, al tiempo que colabora con la revista Galicia, propiedad de Vicente López Veiga.
Tras su muerte, sus restos fueron embarcados para Galicia donde se le tributaron diversos honores. Actualmente está enterrado en el cementerio de San Amaro, en La Coruña. En 1989 se abrió el primer centro masónico erigido en Galicia con el nombre de "Renacimiento 15 Curros Enríquez".

Eduardo María González-Pondal e Abente
 (Ponteceso, La Coruña, 8 de febrero de 1835 - La Coruña, 1917) fue un poeta regionalista español de Galicia, que escribió tanto en castellano como en gallego.
Las primeras estrofas de su poema "Os pinos" son la letra del himno gallego.
Eduardo Pondal
Fue el último de siete hermanos en una familia de origen hidalgo, enriquecida con la emigración a América. Estudió gramática latina en Nemiña con un pariente clérigo, Cristóbal de Lago. En 1848 se instaló en Santiago de Compostela para cursar el bachillerato en Filosofía y, posteriormente, la carrera de Medicina. Siendo estudiante frecuentó las tertulias del "Liceo San Agustín" y conoció al también poeta Aurelio Aguirre. De esta época data su apasionado interés por la cuestión regionalista. Fue uno de los organizadores, junto con Aguirre, del banquete de Conxo, que unió fraternalmente a obreros y estudiantes en la robleda de Conxo el 2 de marzo de 1856. En esta ocasión, Pondal leyó un poema reivindicativo, en castellano, "Brindis", acerca de la igualdad de los hombres. Este hecho le acarreó serios problemas con las autoridades, que estuvieron a punto de deportarle a las Islas Marianas.
En 1862, tras terminar la carrera, ejerció como médico de la Armada en la base de Ferrol. En 1863 hizo oposiciones en Madrid al cuerpo de Sanidad Militar, pero, aunque obtuvo un trabajo en Asturias, dejó la plaza y abandonó de forma definitiva el ejercicio de la medicina. Se retiró a la casa paterna, desde donde hacía frecuentes viajes a La Coruña. Allí participaba en la tertulia "A Cova Céltica", en la librería de Carré, junto con Martínez Salazar, Manuel Murguía, Florencio Vaamonde, Martelo Paumán, Manuel Lugrís Freire y otros. A través de Murguía, conoció los poemas ossiánicos de James MacPherson. Desde entonces, Pondal asume el papel de bardo de la nación gallega.
Su primer poema en gallego apareció en 1862, en el Álbum de la Caridad editado por el indiano José Pascual López Cortón, recopilando todos los poemas participantes en los primeros Juegos Florales de Galicia. Se titulaba "A Campana de Anllóns (El canto de un Brigante)". En 1877 publica Rumores de los pinos, colección de veintiún poemas (ocho en castellano, once en gallego y dos bilingües) que servirá posteriormente de base a sus Queixumes dos pinos (1886). Queixumes conserva del libro anterior los once poemas en gallego y los dos bilingües, pero se añaden ahora setenta y ocho poemas gallegos nuevos. Además de estas obras, Eduardo Pondal dejó una amplia producción inédita, entre la que se cuenta el poemario "Os Eoas", un canto épico al descubrimiento de América claramente inspirado en "Os Lusiadas" de Luís de Camões. En él también hay referencias a Homero y Tasso, reflejando así la amplitud de su cultura literaria. En Os Eoas trabajó Pondal a lo largo de toda su vida literaria. Sin embargo, ya por causa de una voluntad -realmente patológica- de corrección, ya también por dificultades editoriales, lo cierto es que la obra no fue editada en vida del poeta. Posteriormente, motivaciones de carácter ideológico -el supuesto "españolismo" de los versos en teórica contradicción con el "nacionalismo" del conjunto de su producción- están probablemente en la base de que la versión definitiva del texto no fuese nunca publicada y sí permaneciese desconocida en la sede de la Real Academia Gallega hasta su "reaparición" y posterior publicación y estudio (Manuel Ferreiro, Manuel Forcadela y Xosé Ramón Pena) en el año 2005.
Sin embargo, del análisis llevado adelante por los investigadores citados, se deduce que no existe ninguna contradicción entre esta obra —que Pondal y sus correligionarios consideraron siempre como el texto decisivo del poeta— y las demás que llevó a cabo. Por el contrario, en Os Eoas, Pondal lleva adelante una perfecta simbiosis entre el mundo mítico celta y la voluntad regeneracionista de España. La figura de Colón —a quien Pondal hace gallego, siguiendo las tesis de García de la Riega, Constantino Horta, etc.— como héroe, al tiempo, gallego, español y universal condensa esa voluntad pondaliana: Galicia, cuna de Colón, ha de volver a aparecer en el tiempo presente y futuro como el espacio privilegiado para el renacer de España y de Iberia. Cantando semejante epopeya en lengua gallega, Pondal quería demostrar la validez del idioma para las más difíciles pruebas y empeños tal y como él mismo escribió en el prólogo de su obra. De esta manera se cumplirá el viejo sueño: "La luz vendrá para la caduca Iberia de mano de los hijos de Breogán". Colón, el más preclaro de ellos, es el encargado de llevar la luz redentora del Cristianismo al Nuevo Mundo. El poema concluye indicando que tal hecho, tal destino jamás podrá ya ser borrado de la historia. Como la propia obra, en lengua gallega, que Pondal le dedicó.
En 1890 el músico Pascual Veiga le pedirá una letra para una obra que pretendía presentar a un certamen en La Coruña. Eduardo Pondal compone para la ocasión el poema "Os Pinos", cuyas dos primeras estrofas formarán parte de la letra de la melodía. Aunque la obra no llega a estrenarse el poema aparecerá publicado ese mismo año en un folleto del certamen, así como en varios periódicos gallegos de la emigración cubana. En 1907 la composición de Veiga será estrenada en La Habana y considerada desde entonces Himno de Galicia. En 1981 será legalizada como himno oficial por el Estatuto de Galicia. Desde 1935 (edición de la Real Academia Galega) ese poema se ha integrado, junto con otros inéditos, en las ediciones de "Queixumes dos Pinos".
Pondal es el máximo exponente de la literatura del regionalismo gallego. Idealiza el pasado céltico de Galicia, que él imagina libre e independiente y como apenas quedan vestigios de esta época, se inspira en las fuentes clásicas de la invasión romana, en los poemas ossiánicos de James McPherson, en algunas citas del Leabhar Gabala y en las investigaciones de Manuel Murguía y Benito Vicetto. El simbolismo del celtismo dentro de la poesía de Pondal es claro: así como los celtas combatieron heroicamente la invasión romana, los gallegos deben tomar su ejemplo y combatir igualmente la opresión castellana. Al mismo tiempo su poesía incorpora una tendencia helenista, que entronca con su afán de crear una lírica culta. Los mitos creados por Pondal se basan en dos arquetipos: el Héroe y el Bardo.
También es interesante como poeta lírico. Junto con la naturaleza, y los paisajes de su tierra natal (la comarca de Bergantiños), el amor es otra de las claves de su poesía.
Actualmente la crítica feminista gallega ha cuestionado parte de su obra, por considerarla expresión de la violencia patriarcal contra las mujeres. Una parte de las interpretaciones afirman que Pondal distingue en su obra dos tipos de mujer: un prototipo pasivo próximo al ideal romántico, que sólo sirve como objeto de adoración o de placer, y el prototipo de la "virgen celta", la doncella guerrera capaz de morir heroicamente por su pueblo. No obstante, desde la perspectiva de otros críticos, tan apreciación supone acaso no trazar los límites oportunos entre la voz poética y Pondal como persona civil. En efecto, la voz poética que aparece en los textos pondalianos no tiene, necesariamente, que corresponderse con el propio pensamiento ni con la práctica vital de Eduardo Pondal (en la cual no existen noticias de ninguna actitud especialmente misógina). Por el contrario, las expresiones patriarcales tienen lógica literaria como elementos que contribuyen a la verosimilitud del discurso del Bardo y de ahí que constituyan, más bien, emanaciones del mismo que prejuicios ideológicos por parte del poeta.
Utilizó una lengua aristocratizante, huyendo de la lengua coloquial e incorporando a su léxico y a su sintaxis numerosos cultismos. Para esto se sirvió de sus profundos conocimientos de las lenguas clásicas, remitiéndose también en ocasiones a la lengua portuguesa. Es famosa su frase en el lecho de muerte "déstesme unha lingua de ferro, devólvovos unha lingua de ouro" ("me habíais dado una lengua de hierro, os devuelvo una lengua de oro").
El significado político de la obra de Pondal ha sido objeto de muchas teorías y discusiones. Por una parte es indiscutible que apela a conceptos raciales para devolver el orgullo al pueblo gallego, así como para menospreciar a los castellanos, a los que considera invasores de su país. A pesar de esto su ideario político personal siempre estuvo más próximo a un socialismo emergente, como demuestra su participación en el banquete de Conxo y su compromiso estético con la idea de la libertad del hombre. No hay que olvidar que en el momento histórico en el que se desarrolla su obra, las teorías raciales, no sólo no han sido desacreditadas, sino que son profusamente empleadas por el romanticismo europeo como una expresión más del Volkgeist ("espíritu del pueblo" en alemán), especialmente en aquellos países que vivían un conflicto nacional.
Por otra parte su ideario en relación a la cuestión territorial parecía más próximo a un iberismo federal que a un nacionalismo gallego aún por surgir. Pondal expresa repetidamente su sentimiento de hermandad con el pueblo portugués, y su simpatía por el catalanismo. Por otra parte el poema "Os Eoas" habla de una gesta, el descubrimiento del mundo, que atañe a todos los pueblos ibéricos.
Murió en La Coruña, en el hotel "La Luguesa", en 1917 y está enterrado en el cementerio de San Amaro de esta ciudad.
Diversos músicos y grupos gallegos han usado poemas suyos como letra. Entre ellos el grupo de música folk Na Lúa y el cantante Juan Pardo, que ha puesto música a varios poemas suyos en el disco Galicia miña nai dos dous mares.

Manuel Antonio Martínez Murguía
(Arteijo, La Coruña, 1833-id., 1923) fue un historiador y escritor español. Considerado el más destacado impulsor del Rexurdimento gallego, fue el creador de la Real Academia Gallega.
Manuel Murguia
Manuel Murguía nació el 17 de mayo de 1833 en el lugar de Frojel, en San Tirso de Oseiro, Arteijo, hijo de Concepción Murguía y Juan Martínez, farmacéutico en la calle Garás de La Coruña, el cual muy pronto se establecería en Santiago de Compostela. Sería en este lugar justo donde Manuel presencie los sucesos del 23 de abril de 1846 (un levantamiento liberal en Galicia que termina con el fusilamiento de los denominados Mártires de Carral), que él narrará más tarde en un artículo titulado "La Voz de Galicia" con un enorme sentimiento; es de suponer que este episodio de la historia de Galicia influyó en su ideología romántico-liberal.
Murguía estudió Humanidades y Latín en Santiago de Compostela, obteniendo el grado de bachiller en 1850, y al mismo tiempo farmacia, carrera que inició por deseo de su padre. Sin embargo, Murguía tuvo muy claras sus preferencias, y así, el interés por la literatura y la historia le hicieron abandonar la carrera para dedicarse plenamente a su labor de escritor e investigador. En estos años, la vida cultural de Santiago giraba entorno al "Liceo de la Juventud", donde se daban cita estudiantes e intelectuales como Eduardo Pondal, Aurelio Aguirre y Rosalía de Castro. A los diecisiete años publicó su primera novela, «Desde el cielo».
El 1 de junio de 1854 Murguía publicó su primer texto en gallego, en el álbum de Elena Avendaño, unas seguidillas tituladas «Nena das Soidades». Murguía también colaboraba en periódicos y revistas de la época como La Iberia y Las Novedades, en las que consiguió mucho éxito –lo que le permitió publicar folletines con obras como «Desde el Cielo», «Mientras Duerme», «Mi madre Antonia», «El Ángel de la Muerte» y «Los Lirios Blancos», que lo hicieron aparecer como una de las promesas literarias del momento.
Murguía se relacionó en Madrid, donde se había trasladado para finalizar la carrera, con escritores como los hermanos Valeriano y Gustavo Adolfo Bécquer, y también con Rosalía de Castro. Realizó una crítica de La Flor, el primer poemario de Rosalía de Castro, de forma que la relación entre ambos se fue estrechando hasta el punto de comprometerse y casarse posteriormente (el 10 de octubre de 1858) en la iglesia de San Ildefonso. Es indudable que Murguía fue una pieza de apoyo intelectual y social para Rosalía. Desde el principio, la animó en su carrera literaria y en la publicación de obras como Cantares gallegos, considerada el inicio del Rexurdimento literario gallego, e incluso llegó a publicar alguna obra suya sin su consentimiento.
Manuel Murguía colaboró en el ámbito periodístico de la época, en La Oliva, El Miño y La Patria Gallega, y dirigió El Diario de La Coruña y La Ilustración Gallega y Asturiana. Algo que se debe considerar como el primer puntal del Rexurdimento fue el cambio operado en Murguía cuándo dejó la labor creativa en 1860, tras conseguir un gran éxito, para dedicarse por completo a la investigación histórica y a la divulgación de ésta, así como a difundir el ideario político surgido, principalmente, de sus investigaciones.
Con motivo del nacimiento de su primera hija publicó La Primera Luz, un libro de lecturas escolares estructurado en veinte temas de historia y geografía, que el Ministerio de Fomento recomendó para la enseñanza en las escuelas de Galicia. En 1862 Murguía remató su Diccionario de escritores gallegos y en 1865 marchó a vivir a Lugo, donde editó la Historia de Galicia. En 1870 fue nombrado archivero jefe del Archivo del Reino de Galicia y más tarde, en 1885, Cronista General del Reino. En 1886 (año en que murió Rosalía) publicó Los precursores, obra en la que hace una descripción de varios personajes de la vida cultural gallega. En 1890, Murguía dirigió junto con Alfredo Brañas La Patria Gallega, boletín donde se dieron las primeras claves de lo que iba a ser, con el tiempo, el pensamiento regionalista gallego. También en ese mismo año Murguía publicó durante unos Juegos Florales en Barcelona un discurso que fue muy aplaudido y que hizo que lo nombraran "Maestro en Gay Saber". En este discurso habla del sentimiento histórico y cultural diferenciador de Galicia. Fue nombrado presidente de la Asociación Rexionalista Galega (ARG), la primera organización política de signo decididamente galleguista. En los Juegos Florales de Tuy de 1891, organizados por la ARG, se haría reivindicación del uso público del gallego, lengua en que Murguía pronunciaría el discurso inaugural.
Con 72 años surge en Murguía la idea de crear una Academia Gallega de la Lengua, idea que comunicó a otros escritores que se daban cita en una librería de La Coruña conocida con el nombre de A Cova Céltica. También en Murguía surgió el interés por crear un diccionario de la lengua gallega, porque se sentía falto de vocabulario; tal vez la inexistencia de este diccionario fue determinante para que su obra en gallego fuera tan escasa. Una vez dejado el archivo de la Delegación de Hacienda de La Coruña en 1905, y a instancias de Curros Enríquez y del Centro Gallego de La Habana se dedicó a la tarea de fundar la Real Academia Galega. El 25 de agosto de 1906 se aprobó la creación de la Real Academia Gallega, que presidiría hasta su muerte.
Manuel Murguía falleció el 2 de febrero de 1923, en su casa de la calle de San Agustín de La Coruña. Se le dedicó el Día de las Letras Gallegas del año 2000. La revista de la Asociación Gallega de Historiadores se llama Murguía en su honor.

Camilo José Cela
Camilo José de Cela y Trulock, I marqués de Iria Flavia (Iria Flavia, 11 de mayo de 1916-Madrid, 17 de enero de 2002) fue un escritor español. Autor prolífico (como novelista, periodista, ensayista, editor de revistas literarias, conferenciante...), fue académico de la Real Academia Española durante 45 años y galardonado, entre otros, con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1987, el Premio Nobel de Literatura en 1989 y el Premio Cervantes en 1995. Por sus méritos literarios, en 1996 el rey Juan Carlos I le otorgó el marquesado de Iria Flavia, creado ex profeso.

En 1938, concluyó Pisando la dudosa luz del día, poemario surrealista, cuando la Guerra Civil española ya había estallado y Madrid estaba asediado (el libro sería publicado luego en 1945). En 1942, la Editorial Aldecoa, situada en la calle Diego de Siloe de Burgos, publicó la primera novela del joven escritor gallego.  La familia de Pascual Duarte, novela que se desarrolla en la Extremadura rural de antes de la Guerra Civil y durante ella y en la que su protagonista cuenta la historia de su vida, en la que se presenta la violencia más cruda como única respuesta que conoce a los sinsabores de su existencia. Este libro inauguró un nuevo estilo en la narrativa española, conocido con el término «tremendismo».
A partir de aquí Cela concibió la novelística como un género en libertad: el escritor no debe someterse a ninguna norma, de ahí su voluntad experimental que hace que cada una de sus obras sea diferente y que en cada una ensaye una técnica diferente. Mezclando sabiamente los recursos narrativos de las vanguardias del siglo XX, se convirtió en un artista «rompedor». Descubrió la infalible fórmula literaria que utilizará en adelante: equilibrada aleación de humor, ternura, horror, desenfado verbal y léxico escatológico.Al contrario de otros autores, Cela explica detenidamente o anuncia, en prólogos, paratextos y entrevistas todo lo que escribe y por qué lo hace.
Una de sus obras maestras, La colmena, se editó primeramente en 1951 en Buenos Aires, ya que la censura había prohibido su publicación en España a causa de sus pasajes eróticos. Posteriormente, durante el mismo franquismo, Manuel Fraga, como Ministro del Interior, autorizó personalmente la primera edición española. La novela cuenta retazos de las historias de múltiples personajes que se desarrollan en el Madrid de los primeros años del franquismo. Muchos críticos consideran que esta obra incorpora la literatura española a la novelística moderna. El mismo autor definió esta obra como «esta crónica amarga de un tiempo amargo» en el que el principal protagonista es el «miedo». Está considerada por parte de la crítica especializada como una de las mejores novelas españolas del segundo tercio del siglo XX. Fue llevada al cine bajo la dirección de Mario Camus en 1982, en película donde el propio Cela participó como guionista y actor.
Tenía pactadas con el régimen del dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez, a precio de oro y para los siguientes 10 años, una serie de cinco o seis novelas (Historias de Venezuela) propagandísticas para aquella dictadura. La catira fue la primera, publicada en 1955. Cela quiso refundar literariamente Venezuela; incluso se aplicó para crear una nueva lengua, la llanera, que fue una impostura absoluta. Se parecía al español rústico, una lengua barbárica que cortaba las palabras por el final. Cela cobró por La catira una suma bastante alta para la época: unos tres millones de pesetas, según el testimonio de su hijo en su biografía Cela, mi padre.
El caso de Cela fue especial. Su encargo se insertó en una ofensiva diplomática para promocionar el Perezjimenismo y sus programas de inmigración en el exterior, pero también para vender culturalmente el franquismo. No hay que olvidar que 160.000 españoles se instalaron por entonces en Venezuela. Pero La catira provocó tal escándalo en los círculos culturales del país que la colaboración entre la dictadura del coronel Pérez Jiménez y el escritor gallego quedó liquidada y no hubo más Historias de Venezuela.
«Siempre bajo el título genérico de Historias de Venezuela voy anotando datos y escenas para los siguientes libros, aparte del que hoy me ocupa, claro es [La catira], y que podríamos llamar la novela del llano: La flor del frailejón, novela de los Andes, La cachucha y el pumpá, novela de Caracas, Oro chocano, la novela de Guayana, Las inquietudes de un negrito mundano, novela del Caribe, y una última aún sin título definitivo sobre el mundo del petróleo» (...). «Pienso que, si en un plazo de 10 años, lográsemos tener esa panorámica literaria de nuestro —¿por qué va ser más de usted que mío?— complejo y apasionante país, Venezuela se encontraría a la cabeza de todos los temarios novelísticos de cualquier escritor europeo».
 
San Camilo, 1936 (1969), obra de gran categoría, ambientada, como su título indica («Vísperas, festividad y octava de San Camilo 1936 en Madrid»), en la semana precedente al estallido de la Guerra Civil Española, está escrita en un monólogo interior continuo. Estilo parecido se encuentra en su obra Cristo versus Arizona (1994), una de sus novelas más enigmáticas, basada en los sucesos de 1881 del OK Corral, la cual está escrita en una única y larga oración con el uso de un solo punto (el final). Son narraciones caóticas, con aparición de cientos de personajes y empleo de técnicas cubistas de fragmentación y collage.
Fue un viajero incansable que anduvo con la mochila al hombro por las tierras de España. El escritor manifestó su voluntad de recorrer únicamente tierras españolas, no le interesaba lo exótico, ni lo lejano. Sus libros de viaje, que incluyen Viaje a la Alcarria (1948), el más célebre, y Del Miño al Bidasoa (1952), le dieron cierta fama de hombre andariego, fornicador y tragaldabas.
La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona (1977), no demasiado conocida para el público en general, es, sin duda, una de sus obras más divertidas, destacándose que narra un hecho real. Literariamente pertenece al género epistolar: reúne la delirante correspondencia mantenida entre Cela y su amigo y académico Alfonso Canales. Básicamente se comentaban todo suceso extraordinario y normalmente relacionado con la gente común y sus costumbres y hábitos sexuales o estrambóticos en general. Fue llevada al cine con mucho éxito.
María Sabina. Oratorio dividido en 1 pregón (que se repite) y 5 melopeas. Libreto inspirado en la celebrada mujer de conocimiento mazateca. La primera edición de esta obra fue publicada en la revista Papeles de Son Armadans, en diciembre de 1967. Se estrenó, con música de Leonardo Balada, en el Carnegie Hall de Nueva York, el 17 de abril de 1970. Un mes más tarde, el Teatro de la Zarzuela recibía con manifiesta hostilidad de crítica y público esta ópera inscrita en una línea de ruptura que por aquellos tiempos alcanza otra significativa expresión novelística.
Camilo José Cela fue elegido, en febrero de 1957, miembro de la Real Academia Española, donde ocupó el sillón Q. Su discurso de presentación tuvo lugar el día 27 de mayo del mismo año. En su discurso, al que respondió Gregorio Marañón, trató de la obra literaria del pintor José Gutiérrez Solana (1886–1945)
Tenía grandes dotes de actor, entre ellas una voz poderosa, una excepcional capacidad paródica, sabia dosificación de la expectativa y la sorpresa, empatía con el auditorio y un gran sentido del espectáculo. Cela siempre se mantuvo independiente y a contrapelo de muchas tendencias aun reconociendo una «grave falta de interés por la aventura intelectual». Mantuvo sus ideas políticas derechistas, y el hecho de haber combatido y trabajado a favor del campo nacionalista, le granjearon la enemistad del establishment literario "progresista" y la de los gobiernos socialistas de la época. A ello contestaba Cela con su humor dedicando algunos de sus libros «a mis enemigos que tanto me han ayudado en mi carrera».
Considerado como «gran farsante», por la constante antinomia que mantuvo durante su vida entre lo que decía y lo que hacía, Cela propició una especie de relaciones públicas al revés. Era pronto para la imprecación y el exabrupto.
En octubre de 1989 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura según la propia Academia sueca: «...por la riqueza e intensidad de su prosa, que con refrenada compasión encarna una visión provocadora del desamparo de todo ser humano».
En 1994 recibió el Premio Planeta. La obra premiada de Cela, La Cruz de San Andrés, dio origen a un juicio por supuesto plagio que ha sido reabierto, al haber sido denunciado por una de las participantes que enviaron manuscritos al citado certamen, si bien los peritos judiciales que intervinieron descartaron la existencia de plagio.
En 1995 recibió el Premio Cervantes, el más prestigioso galardón literario de los países de lengua española.
Murió el 17 de enero de 2002 a los 85 años. Sus últimas palabras fueron: ¡Viva Iria Flavia!.
Otros destacados literatos gallegos son:
Gonzalo Torrente Ballester,Álvaro Cunqueiro,Ramón Otero Pedrayo,Wenceslao Fernández Flórez,Camilo José Cela,Manuel Rivas,Suso de Toro,Salvador de Madariaga,Salvador Freixedo,Alfredo Conde,Ramón Menéndez Pidal,Manuel Curros Enríquez,Celso Emilio Ferreiro,Julio Camba,Eduardo Blanco Amor,Manuel María,Francisco Añón,Vicente Risco,Antonio Losada,Xosé Luís Méndez Ferrín,Carlos Casares,Bernardino Graña,Xosé Neira Vilas,Rafael Dieste,Ánxel Fole,Manuel Lugrís Freire,Ramón Cabanillas,José María Castroviejo,Aquilino Iglesia Alvariño,Ramón Piñeiro,Antón Vilar Ponte,Fermín Bouza-Brey,Xosé María Álvarez Blázquez,Florentino López Cuevillas,Antonio Noriega Varela,Xosé Filgueira,Ricardo Carballo Calero,Uxío Novoneyra,Luis Pimentel,Xohana Torres,Xesús Alonso Montero,Agustín Fernández Paz, Inés de Castro.

Religiosos
Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro
 (Pazo de Casdemiro, Pereiro de Aguiar, provincia de Orense 8 de octubre de 1676 – Oviedo, 26 de septiembre de 1764) fue un ensayista y polígrafo español. Junto con el valenciano Gregorio Mayans constituye la figura más destacada de la primera Ilustración española.
Benito Feijoo
Nació en el seno de una familia hidalga del muy antiguo linaje de Feijoo, en el pazo de Casdemiro, parroquia de Santa María de Melias, a las riberas del río Miño y un poco más abajo de su unión con su afluente, el Sil. Sus padres fueron don Antonio Feijoo Montenegro y Sanjurjo y doña María de Puga Sandoval Novoa y Feijoo. Cursó sus estudios primarios en el Real Colegio de San Esteban de Ribas de Sil. En 1688, a los catorce años, ingresó en la Orden Benedictina en el monasterio de San Julián de Samos, cuando era su abad fray Anselmo de la Peña, quien sería después general de su congregación en España y Arzobispo de Otranto (Reino de Nápoles).
Convertirse en monje benedictino le supuso voto de pobreza y, por tanto, renunciar a sus derechos como mayorazgo de su casa. Desde entonces se consagró al estudio, llegando a ser nombrado "maestro general" en su orden, y dio clases en distintos lugares de Galicia, de León y de Salamanca, en cuya Universidad estudió también. Ganó por oposición una cátedra de Teología en la Universidad de Oviedo y allí residió desde 1709 hasta el fin de sus días, consagrado al estudio, a la enseñanza, a la composición y defensa de sus obras (que levantaron gran polvareda en cuanto a detractores y seguidores desde que en 1726 salió el primer tomo de su Teatro Crítico) y a sostener un caudaloso epistolario, bien con otros eruditos y científicos de su propia orden, como fray Martín Sarmiento, o con sabios y escritores de toda España, Europa y América. Sus obras principales, el Teatro crítico universal y las Cartas eruditas y curiosas, fueron probablemente las obras más impresas y leídas en la España del siglo XVIII, de suerte que bien pudo desechar todo argumento de autoridad y proclamar con orgullo:
«Yo, ciudadano libre de la República de las Letras, ni esclavo de Aristóteles ni aliado de sus enemigos, escucharé siempre con preferencia a toda autoridad privada lo que me dictaren la experiencia y la razón».
En los últimos años de su vida fue atacado por la sordera y una extrema debilidad en las piernas obligaba a traerlo a los oficios del coro en silla de ruedas; falleció en su colegio de San Vicente de Oviedo el 26 de septiembre de 1764, a los ochenta y siete años, once meses y dieciocho días, y está enterrado en la iglesia de Santa María de la Corte (Oviedo).
La Sociedad Económica de Sevilla lo incluyó entre sus socios numerarios; Fernando VI le dio el título de consejero real en prenda de su estima y Carlos III le regaló por la misma razón un ejemplar de Las antigüedades de Herculano. El papa Benedicto XIV y el cardenal Quirini hicieron de él grandes elogios y fue por muchos escritores y sabios respetado y agasajado.
Se considera a Feijoo el introductor del género ensayístico en la literatura española, así como uno de los más famosos miembros (junto con Mayans) de la que es considerada la Primera Ilustración Española (desde 1737 hasta poco después de la muerte de Fernando VI), tras una primera etapa de pre-ilustración representada por los novatores: un grupo constituido fundamentalmente por médicos y cuyas obras se reimprimieron sin pausa a lo largo de todo el siglo XVIII.

Martín Sarmiento o Padre Sarmiento
, en el siglo Pedro José García Balboa, fue un escritor y erudito benedictino español perteneciente a la Ilustración. Nacido el 9 de marzo de 1695 y muerto en Madrid, el 7 de diciembre de 1772.
Algún autor defendió su origen pontevedrés (Álvarez Giménez, 1884), pero de acuerdo con la mayoría (Álvarez, 2002; Allegue, 1993; Avalle, 1773; Costa, 2002; Filgueira, 1994; López Peláez, 1895; Monteagudo, 2002; Pardo de Guevara, 2002; Pensado, 1973; Reguera, 2006; Santos, 2002) habría nacido en la localidad berciana de Villafranca del Bierzo, en la actual provincia de León, Castilla y León. Recientemente un investigador ha postulado que Sarmiento sería originario de San Juan de Cerdedo (provincia de Pontevedra, Galicia).
Martin Sarmiento
A los cuatro meses de edad se traslada con su familia a Pontevedra, donde pasará su infancia y parte de la juventud. El 3 de mayo de 1710, con 15 años de edad, marcha a Madrid para tomar el hábito en el Monasterio de San Martín de esta ciudad ingresando de este modo en la Orden Benedictina. Al poco cambió su nombre de pila, Pedro, por Martín, y algún tiempo después tomó el segundo apellido de su madre. Realizó estudios de Artes y de Filosofía en el monasterio que su orden tenía en Irache. Después acudió a la Universidad de Salamanca, con el fin de estudiar Teología.
Acabados sus estudios pasó a ser profesor en varios monasterios de la orden benedictina, como San Pedro de Eslonza (León), Celorio (Asturias) y en Oviedo en mayo de 1723, para instalarse en el mismo convento en el que residía el padre Benito Jerónimo Feijoo. Sarmiento, que admiraba profundamente a Feijoo, considerado un sabio en toda Europa, pasó a formar parte del grupo de personas con quien intimaba. En junio de 1725, con 30 años, Sarmiento vuelve a Galicia. Tras una breve estancia en Pontevedra, se despide de su madre y se asienta definitivamente en Madrid, estancia sólo interrumpida entre febrero de 1726 y mayo de 1727 cuando se traslada a Toledo a catalogar los libros de la catedral, y por las raras visitas que hace a Galicia (desde su marcha en 1710 sólo volvió en tres ocasiones).
A los 35 años reapareció en él un gran interés por la lengua, pues estaba convencido de que la gente desconocía muchos significados de las palabras que usaba. Sentía una gran curiosidad por las lenguas en general, especialmente por las románicas, pero sobre todo por el castellano y el gallego. Sarmiento pensaba que el gallego se debería enseñar en las escuelas y que los curas deberían conocerlo para poder confesar a sus feligreses.
En 1745 vuelve a Galicia. En este viaje va anotando en un cuaderno los nombres de los lugares por los que va pasando. Le gustaba investigar la etimología de las palabras gallegas que escuchaba. Escribió un libro en gallego titulado Coloquio de veinticatro galegos rústicos, gracias al cual conocemos el gallego que se hablaba en su época. Son 1.200 coplas puestas en boca de un grupo de gallegos que regresan de Madrid y cuentan cómo fue la muerte del rey Felipe V y describen los festejos de la subida al trono de Fernando VI.
Sarmiento no sólo estaba interesado en la lingüística, sino en otras disciplinas como la botánica y la medicina; tenía conocimiento detallado de los nombres de las plantas y sus propiedades salutíferas. Era un hombre muy preocupado por la mejora del nivel técnico y económico de su país, muy en la línea del pensamiento de la Ilustración. Su gran erudición en los más diversos campos hizo que le fuera encargado el programa iconográfico que habría de decorar el Palacio Real de Madrid, entonces en construcción. Diseñó Sarmiento para el palacio una ambiciosa alegoría de la historia de la monarquía española, que por su complejidad sólo fue ejecutada en parte.
Combatió, con Feijoo, la superstición y la ignorancia, proponiendo la fundación de bibliotecas en los pueblos. Él mismo llegó a poseer una de las más importantes en la España de su tiempo. Al contrario que su maestro Feijoo, Sarmiento entendió que era necesario conocer, recuperar y salvaguardar las tradiciones y la cultura popular. En eso fue un gran precursor y contribuyó decisivamente a la investigación y recuperación de la cultura gallega.
Murió en el convento de San Martín de Madrid el 7 de diciembre de 1772, a los 77 años.
Publicó en defensa de su compañero de orden y amigo el padre Feijoo, dos volúmenes de una Demostración críticoapologética del Theatro Crítico Universal en 1732. El resto de sus numerosas obras, fruto de una gran capacidad de trabajo, quedaron, sin embargo, inéditas. Su amigo el duque de Medina-Sidonia recogió en diecisiete tomos las obras manuscritas del benedictino y en 1775 se inició la publicación de sus Obras póstumas, si bien no se pasó del tomo primero, que integran las Memorias para la Historia de la poesía y poetas españoles, libro curioso y lleno de intuiciones. En 1787 se publicó en Madrid la Disertación sobre las virtudes maravillosas y uso de la planta llamada carqueixa. Otros opúsculos del padre Sarmiento han ido apareciendo de forma esporádica sueltos en distintas épocas o en revistas, pero la mayor parte de su obra continúa inédita.
A instancias de Sarmiento se creó el Real Jardín Botánico de Madrid. Desde 1743 había venido reclamando la creación de bibliotecas públicas y jardines botánicos en diversas ciudades españolas, al estilo de los que surgen en la Europa de la época, así como la constitución de Academias y la dotación de cátedras universitarias de Historia Natural, Agricultura y Botánica.
Fray Martín Sarmiento fue un hombre adelantado a su tiempo. Aparte de sus trabajos relacionados con la botánica y las ciencias naturales, realizó una labor muy importante de análisis de la lengua gallega. Se le dedicó el Día de las Letras Gallegas en 2002.
En 1944 se fundó el Instituto Padre Sarmiento de Estudos Galegos, con el propósito de ser una continuación del Seminario de Estudos Galegos. En este instituto se realizan actualmente exposiciones, publicaciones y labores de investigación en las ramas de Humanidades y Ciencias Sociales.
 
Leopoldo Eijo Garay
 (Vigo, Pontevedra, 11 de abril de 1878 - Madrid, 31 de julio de 1963) fue un obispo español, escritor y una destacada personalidad de la cultura de mediados del siglo XX.
Eijo Garay
Nacido en Vigo, se traslada a los cinco años con su madre, Generosa Eijo, humilde criada, de Vigo a Sevilla, ciudad donde ingresa en el seminario. Es ordenado sacerdote el 27 de diciembre de 1900.
En 1914 es promovido a ordinario de la diócesis de Tuy, siendo ordenado obispo el 8 de noviembre de ese mismo año por el cardenal Martín Herrera, arzobispo de Santiago de Compostela. A partir de entonces sigue una carrera vertiginosa, pues el 22 de marzo de 1917 es nombrado séptimo obispo de Vitoria, sucediendo a Prudencio Melo y Alcalde, que acababa de ser nombrado obispo de Madrid-Alcalá.
Ese mismo año publica su obra El primer origen de la vida según el Hexámeron y según la ciencia. Desde Vitoria da el salto definitivo a la capital de España, el 14 de diciembre de 1922, sucediendo nuevamente al obispo Melo, nombrado arzobispo de Valencia. El 26 de junio de 1923 toma posesión como obispo de Madrid-Alcalá, también el séptimo de los mismos. En este cargo se mantuvo durante cuarenta años, siendo el suyo el pontificado más largo que ha tenido un obispo español contemporáneo. Desde allí fue testigo privilegiado de los convulsos años de la dictadura de Primo de Rivera, la II República, la Guerra Civil, y la consolidación del régimen fraquista en el poder.
Paralelamente a su carrera eclesiástica se desarrolla su vida cultural y de escritor: obras suyas son Santo Tomás y la mística, El concepto de la materia universal en los textos medievales (1940), Esbozo apologético de la poesía clásica eucarística española, y Directrices sociales (1948), consolidándose así como uno de los intelectuales más destacados de la cultura del momento. De hecho ya hacía años que había ingresado en la Real Academia Española, concretamente en 1927, siendo su discurso inaugural La oratoria sagrada en España, y ocupando el asiento "U mayúscula" hasta su muerte. Durante la II República ingresó también, el 10 de enero de 1932, en la Academia de Ciencias Morales y Políticas (medalla n.º 6); su discurso inaugural, el 9 de junio de 1935, había versado sobre La persona jurídica. Su concepto filosófico y derechos fundamentales que debe respetar en ella el Estado. También fue miembro de la Real Academia Galega.
Eijo Garay tuvo un papel de especial importancia en la vida del Opus Dei y de su fundador, Josemaría Escrivá de Balaguer. El fundador del Opus Dei había llegado a la diócesis de Madrid-Alcalá en 1927, para cursar el doctorado. Desde su llegada a la capital, Escrivá fue poniendo al obispado al corriente de su trabajo sacerdotal y de los primeros pasos del Opus Dei: primero a través del Vicario don Juan Francisco Morán y, desde 1935, por medio de los obispos Marcelino Olaechea y Cruz Laplana y Laguna. Cuando llegó a Burgos, se puso en contacto con Eijo por medio de la correspondencia, para informarle de su situación y pedirle consejo sobre algunos asuntos de su tarea pastoral. Acabada la Guerra civil, pudieron encontrarse por fin, y hablar directamente sobre el Opus Dei y sus proyectos de expansión. Esta primera entrevista fue el 2 de septiembre de 1939.
Ante las incomprensiones que el Opus Dei recibió de algunos jesuitas, en Madrid y en otras ciudades españolas, como Barcelona o Valencia, el obispo de Madrid-Alcalá siempre salió en su defensa. De hecho, el 19 de marzo de 1941 fechó la primera aprobación jurídica que recibió el Opus Dei, como Pía Unión, y a partir de junio del mismo año mantuvo una interesante correspondencia con el abad coadjutor de Montserrat, Aurelio María Escarré, explicando la naturaleza del Opus Dei y el origen de las maledicencias. Como muestra de su afecto por el Opus Dei, Eijo ordenó a los tres primeros sacerdotes de la Obra (aparte del propio Escrivá), el 25 de junio de 1944: eran Álvaro del Portillo -primer sucesor en 1975 de Escrivá-, José María Hernández Garnica, y José Luis Múzquiz, así como a otras promociones sacerdotales del esta institución, en la década de los años 60.
El 21 de julio de 1946 el papa Pío XII le nombra Patriarca de las Indias Occidentales, sede meramente titular, pero que da prestigio al obispo de la capital de España en pleno auge de un régimen que se dedicaba a renovar la idea de Imperio Español. Fue durante este tiempo cuando más pudo destacar su gran altura intelectual. Muere el 31 de agosto de 1963. Desde entonces el patriarcado de las Indias Occidentales ha permanecido vacante, hasta la fecha, aunque sin que haya sido nunca formalmente suprimido.
Eijo y Garay fue además el último obispo de Madrid. Al año siguiente de su fallecimiento, el 24 de marzo de 1964, la diócesis de Madrid-Alcalá fue desgajada de la provincia eclesiástica de Toledo y elevada al rango de archidiócesis inmediatamente sujeta a Roma, es decir, sin diócesis sufragáneas y sin constituir provincia eclesiástica.
Fue designado por Francisco Franco Consejero nacional de F.E.T. y de las J.O.N.S. y entre 1943 y 1946 procurador a Cortes.

Otros religiosos destacados son:
Antonio María Rouco Varela Diego Gelmírez,Pelayo (mártir),Antonio de Sotomayor

Pintores
 José Otero Abeledo
Laxeiro

(Lalín, 1908 - Vigo, 21 de julio de 1996), conocido como Laxeiro, fue un pintor español. Su obra manifiesta un distanciamiento del naturalismo regionalista de la época a través de la fusión entre modernidad y tradición, y junto con Luis Seoane, Manuel Colmeiro, Carlos Maside y otros, forma el grupo de "Los renovadores" dentro de la vanguardia artística gallega.
El grueso de su carrera artística lo desarrolló en Buenos Aires,siendo su experto en la misma el pintor y erudito Roberto Mackintosh.
Entre sus galardones cabe destacar la Medalla de la Bienal de Pontevedra, la Medalla Castelao de la Junta de Galicia y la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Vigo.

Maruja Mallo
(Vivero, Lugo, 5 de enero de 1902- Madrid, 6 de febrero de 1995), fue una pintora surrealista española.
Maruja Mallo está considerada como artista de la generación de 1927 y una artista de la denominada vanguardia interior española.
Maruja Mallo

Fue la cuarta hija de los catorce que tuvo el matrimonio formado por Justo Gómez Mallo (funcionario del Cuerpo de Aduanas) y María del Pilar González Lorenzo (de ascendencia gallega) y hermana mayor del escultor Cristino Mallo (nacido en Tuy en 1905). Ambos hermanos utilizaron el segundo apellido de su padre. El nombre real de Maruja Mallo era Ana María Gómez González.
Debido al trabajo de su padre la familia se trasladaba con frecuencia, es por ello por lo que poco después del nacimiento de su hermano, la familia se trasladó a Avilés, donde permanecen desde 1913 hasta 1922. De esta manera, Maruja comenzó su formación en la Escuela de Artes y Oficios y en estudios particulares. Allí trabó amistad con el pintor avilesino Luis Bayón, quien años más tarde también acabaría en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y después tomaría rumbo a París.
En 1922, con 20 años, y aprovechando el traslado de la familia a Madrid, entra a estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando donde estudió hasta 1926, como también hizo su hermano Cristino desde 1923, mientras asistían también a la Academia Libre de Julio Moisés. Es en Madrid donde se relaciona con artistas, escritores y cineastas como Salvador Dalí, Concha Méndez, Gregorio Prieto, Federico García Lorca, Margarita Manso, Luis Buñuel, María Zambrano o Rafael Alberti, con el que mantiene una relación hasta que aquel conoce a María Teresa León. En 1927, año en que muere su madre, toma parte activa en la primera Escuela de Vallecas, una propuesta 'plástico-poética' del escultor Alberto y el pintor Benjamín Palencia.
Durante esa década de 1920 trabaja asimismo para numerosas publicaciones literarias como La Gaceta Literaria, El Almanaque Literario o la Revista de Occidente y realiza portadas de varios libros. Ortega y Gasset conoce sus cuadros en 1928 y le organiza su primera exposición en los salones de la Revista de Occidente, la cual obtuvo un gran éxito. Exhibió diez óleos que representaban poblados llenos de sol, toreros y manolas, así como estampas coloreadas de maquinaria, deportes y cine de principios de siglo. La exposición fue todo un acontecimiento cultural en Madrid, y también punto de partida para que Maruja fuera juzgada por su obra y no por su condición femenina. En esta época la pintura de Maruja seguía la línea de la nueva objetividad o realismo mágico presentada por Franz Roh en 1925.
Colaboró intensamente con Alberti hasta 1931, quedando constancia de este trabajo conjunto los decorados del drama "Santa Casilda" (1930), testimonios en libros como "Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos" y en "Sermones y moradas". En estos años pinta la serie Cloacas y Campanarios, cercana a los planteamientos de la Escuela de Vallecas de Alberto Sánchez, Benjamín Palencia, Miguel Prieto, Souto, Rodríguez Luna y Eduardo Vicente, de la que formó parte.
En 1932 obtiene una pensión de la Junta de Ampliación de Estudios para ir a París donde conoce a René Magritte, Max Ernst, Joan Miró y Giorgio de Chirico y participa en tertulias con André Breton y Paul Éluard. Su primera exposición en París tuvo lugar en la Galería Pierre Loeb en 1932. Allí comienza su etapa surrealista. Su pintura cambió radicalmente y alcanzó la maestría, tanto que el mismo Breton le compró en 1932 el cuadro titulado Espantapájaros, obra pintada en 1929, poblada de espectros, que hoy es considerada una de las grandes obras del surrealismo. Surge una amistad entre Maruja y André Breton, quien le proporcionará la amistad de Jean Cassou, y le pondrá en contacto con Picasso, Joan Miró, Aragon, Jean Arp, René Magritte y el grupo Abstracción-Création, del que formaba parte Joaquín Torres García.
Regresó a Madrid en 1933 y participó activamente en la Sociedad de Artistas Ibéricos. Para entonces había adquirido tal notoriedad que el gobierno francés compró uno de sus cuadros para exponerlo en el Museo Nacional de Arte Moderno. Inicia una etapa en la que destaca el interés por el orden geométrico e interno de la naturaleza.
En ese mismo año, Maruja Mallo, comprometida con la República, desarrolló una triple dedicación docente como profesora de Dibujo en el Instituto de Arévalo (donde ganó la cátedra de dibujo), en el Instituto Escuela de Madrid y en la Escuela de Cerámica de Madrid, para la que diseña una serie de platos, que no existen actualmente, y para la realización de los cuales había estado estudiando matemáticas y geometría, con la finalidad de utilizar esos conocimientos en la cerámica.
Frecuenta a Miguel Hernández (con quien mantiene una relación amorosa. Además, juntos planearon el drama Los hijos de la piedra, inspirado en los sucesos de Casa Viejas y Asturias; y a la influencia de Mallo se deben las cuatro composiciones que el poeta desgajó de El rayo que no cesa, bajo el nombre de Imagen de tu huella, 18 de los 30 poemas de esa obra); y a los pintores Luis Castellanos y Benjamín Palencia y al escultor Alberto Sánchez.
En 1934 vuelve a tratar a Pablo Neruda, a quien ya había conocido en Paris.
Durante 1935 prepara la escenografía y los figurines de la ópera de Rodolfo Halffter Clavileño, que no llegó a estrenarse.
A partir de 1936, comienza su etapa constructiva, mientras sigue exponiendo con los pintores surrealistas en Londres y Barcelona. Participa como docente en las Misiones Pedagógicas, que la acercan a su tierra natal, Galicia, donde a los pocos meses le sorprende la Guerra Civil.
En mayo de 1936 tiene lugar su tercera exposición individual organizada por ADLAN en el Centro de Estudios e Información de la Construcción en la Carrera de San Jerónimo de Madrid con la serie de 16 cuadros de Cloacas y Campanarios, la serie de 12 obras de Arquitecturas minerales y vegetales, y 16 dibujos de Construcciones rurales, que publicaría en 1949 la Librería Clan, con prólogo de Jean Cassou. Realizó por entonces con Ángel Planells una exposición de surrealismo internacional en las New Burlington Galleries de Londres.
Al estallar el conflicto bélico del 36, Maruja Mallo huye a Portugal, donde la recibe Gabriela Mistral, quien en aquel momento era embajadora de Chile en Portugal. Toda su obra cerámica de esta época es destruida en la guerra. Poco tiempo después, su amiga Gabriela Mistral, le ayudó a trasladarse a Buenos Aires, recibiendo una invitación de la Asociación de Amigos del Arte, a dar una serie de conferencias sobre la temática popular en la plástica española, "Proceso histórico de la forma en las artes plásticas", en Montevideo y luego en Buenos Aires, iniciando así su exilio en Argentina que desde 1937, duraría 25 años. Allí siguió pintando, dando clases y cultivando amistades, entre ellas, Pablo Neruda.
En Argentina recibe un rápido reconocimiento, colabora en la famosa revista de vanguardia Sur, en la que también participaba Borges. Es una etapa de su vida en la que se dedica a viajar, vive entre Uruguay y Buenos Aires, y a diseñar, pintar, en definitiva a crear y crear. También se suceden exposiciones en París, Brasil y Nueva York. Su primera obra allí continúa la vía iniciada con Sorpresa del trigo con obras como Arquitectura humana, Canto de espigas y Mensaje del mar. Pinta La Serie Marina, armonías lunares en colores plata y gris. Otra influencia de esta época es el sol la cual queda reflejada en La Serie Terrestre, armonías solares, en ocres y dorados. En la serie de Las Máscaras, Mallo se inspiró directamente en los cultos sincréticos de las Américas.
Se encuentra en este momento con su amigo Alfonso Reyes, embajador de México en Argentina, con quien permanecerá hasta 1938, año en que él regresa a México. El 2 de agosto de 1938 se estrena la Cantata en la tumba de Federico García Lorca, de Alfonso Reyes, con música de Jaime Pahissa y escenografía de Maruja Mallo.
En 1939 viaja a Santiago de Chile, donde es invitada para pronunciar un ciclo de conferencias. Aprovecha su estancia en este país para visitar Valparaíso y conoce las playas de Chile. De su paso por Buenos Aires, el Museo del Dibujo y la Ilustración, atesora en su colección dos témperas sobre papel, representando animales mitad real y mitad fantásticos.
A los 37 años publicó el libro Lo popular en la plástica española a través de mi obra (1939), y empezó a pintar especialmente retratos de mujeres, cuyo estilo es precursor del arte pop estadounidense. En 1940 viaja nuevamente a Montevideo y visita las playas atlánticas de Punta del Este y Punta Ballena.
En 1942 se publica el libro Maruja Mallo, con un texto previo de Ramón Gómez de la Serna y donde se reproducen textos de la autora. Entre 1945 y 1957, Maruja Mallo tuvo un periodo oscuro; sus apariciones públicas y sus exposiciones también eran más raras. En 1945, viaja a Chile y se traslada a Viña del Mar y la Isla de Pascua, junto a su amigo Pablo Neruda, buscando inspiración para realizar el encargo de un mural en un cine Los Ángeles de Buenos Aires, que se inauguraría en octubre de ese mismo año. En cuanto se instaura el peronismo en Argentina, Maruja deja el país y se traslada a Nueva York, para regresar a España en 1965, tras veinticinco años de exilio. El 11 de octubre de 1948 realiza una exposición en la galería Carroll Carstairs de Nueva York. En marzo de 1950 expone en la Galerie Silvagni de París y, en 1959, en la galería Bonino de Buenos Aires.
En 1961 regresa a España y se instala en Madrid, donde, en el mes de octubre, realiza una exposición en la galería Mediterráneo. La que fuera una de las grandes figuras del surrealismo de preguerra es casi una desconocida en su tierra y su vida pública desaparece. Pero no le importó, se instaló en la calle Núñez de Balboa de Madrid, y casi como un símbolo dibuja de nuevo la portada de la Revista de Occidente.
En 1979 comenzó su última etapa pictórica con Los Moradores del vacío. Tenía ya 77 años, pero aún conservaba esa frescura y vitalidad que la acompañaría durante toda su vida. En la década de 1980 le ofrecieron varias exposiciones y premios, como la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes, concedida por el Ministerio de Cultura en 1982, y el Premio de Artes Plásticas de Madrid.
En 1990 recibe la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid y en 1991 la Medalla de Galicia. En 1992, con motivo de su 90 cumpleaños, se celebra una exposición en la galería Guillermo de Osma de Madrid, que muestra, por primera vez, series de los cuadros pintados en su época de exilio en América. En 1993 tiene lugar una gran exposición antológica en Santiago de Compostela que inaugura el nuevo Centro Gallego de Arte Contemporáneo. Más tarde, la exposición es trasladada al Museo de Bellas Artes de Buenos Aires. El 6 de febrero de 1995 muere en Madrid a los 93 años.

Otros pintores destacados son:
Colmeiro,Luis Seoane,Fernando Álvarez de Sotomayor,Eugenio Granell,José López Guntín,Antonio Quesada Porto.

Y los dibujantes
Miguelanxo Prado,Das Pastoras

Escultores

Gregorio Fernández
 
Gregorio Fernandez
 

Gregorio Fernández es una de las personalidades más relevantes de la escultura barroca española y, en concreto, de la Escuela de Valladolid.
Nació en Sarria (Lugo) en 1576 y se trasladó a Valladolid en 1605 debido a que allí se había establecido la corte. Completó su formación con Rincón y comenzó a atender importantes encargos provenientes de una clientela adinerada, como por ejemplo, Felipe III, el Duque de Lerma, los Condes de Fuensaldaña o las principales órdenes monásticas.
En Valladolid, también estudió las obras de Juan de Juni y de Pompeo Leoni. De este último adquirió una elegancia estilizada y académica, como se aprecia en su estilo inicial y de Juni, tomó las imágenes religiosas de gran dramatismo, aunque Gregorio Fernández incorporó un mayor naturalismo en sus obras.
Su producción refleja un cambio estilístico. Parte de un refinado manierismo y va evolucionando hacia el naturalismo barroco. Adecua sus trabajos a los ideales contrarreformistas que imperaban en la época y que consideran al realismo como el lenguaje plástico más idóneo. Las figuras se policroman con colores sobrios para evitar la distracción del fiel. Las actitudes son calmadas pero de intenso dramatismo y se emplean postizos como ojos de cristal, dientes de marfil, etc., para reforzar ese acercamiento a lo real.
Obra de Gregorio Fernandez
Gregorio Fernández fue uno de los grandes maestros de la escultura religiosa en madera policromada. Su realismo se aprecia en el estudio anatómico que realiza de los cuerpos, plasma la tensión de los músculos, la blandura de la carne o la suavidad de la piel. Las actitudes son calmadas, recayendo la carga expresiva en el rostro y las manos. Emplea ropajes con pliegues muy marcados que favorecen los contrastes lumínicos entre luces y sombras y postizos para aumentar la sensación de autenticidad.
Realizó numerosos retablos, pasos procesionales y, también, imágenes aisladas. Sus pasos procesionales son escenas narrativas con figuras a tamaño natural. Tengo sed y Camino del Calvario son ejemplos de su primera etapa, mientras que el Descendimiento, de 1623, refleja ya la madurez de su estilo.
Destaca el de La Piedad con los dos Ladrones, ejecutado en 1616 para la cofradía de Ntra. Sra. de las Angustias de Valladolid. El grupo central, en el que se encuentra la Virgen y Jesús, está compuesto en diagonal. La Virgen eleva el brazo derecho en señal de dolor, mientras con su mano izquierda sostiene al Hijo, que se apoya en su regazo. Ambos están tratados con belleza y elegancia, mientras que los dos ladrones suponen un magnífico estudio anatómico. Dimas, el bueno, tiene una actitud serena y su rostro, tranquilo, se dirige hacia el grupo central. Gestas, el malo, con el cuerpo más crispado, el pelo agitado y un rostro desagradable, tiene la cabeza vuelta hacia el espectador.
Para el retablo mayor de las Huelgas Reales de Valladolid llevó a cabo el altorrelieve de Cristo desclavándose para abrazar a san Bernardo. Está interpretado de manera natural, pero con gran intensidad emocional.
Obra de Gregorio Fernandez
Una de sus obras maestras es el relieve del Bautismo de Cristo del antiguo convento del Carmen Descalzo, en Valladolid. Los dos protagonistas están tratados como si fueran figuras exentas, haciendo hincapié en la anatomía de los cuerpos y en los quebrados pliegues para conseguir mayor volumen.

Con sus imágenes aisladas logró crear tipos iconográficos que alcanzarán gran éxito durante barroco español y que él mismo repetirá originando series. Entre las dedicadas al tema pasional sobresalen el Cristo de la Flagelación, el Ecce Homo, el Crucificado o Cristo yacente. Son representados siempre muertos, con los pies cruzados.
El Cristo Yacente representa a Cristo muerto sobre un sudario y refleja de forma muy naturalista el cuerpo de Cristo agotado por el dolor y el sufrimiento y un rostro demacrado. La policromía es sobria. Añade postizos, como por ejemplo, dientes de marfil, heridas de corcho, ojos de cristal, uñas de asta.
Sus Inmaculadas están representadas con el cuerpo cilíndrico, las manos juntas, el manto trapezoidal, cabeza con corona y aureola de rayos metálicos.
Los modelos de Gregorio Fernández tuvieron gran repercusión tanto en Valladolid como en todo el norte de España a lo largo del siglo XVII. Promovió, además un importante taller y contó con numerosos seguidores.

Francisco Asorey González

 (Cambados, Pontevedra, 4 de marzo de 1889 - Santiago de Compostela, La Coruña, 2 de julio de 1961), comúnmente citado como Asorey, fue un escultor español, considerado por algunos críticos como una de las figuras más relevantes de la renovación del arte escultórico español del siglo XX. De niño ya había destacado en la realización de Cristos y santos de madera.
Nacido en Cambados, a la orilla de la ría de Arosa, Asorey estudió en el colegio de los Salesianos en Sarriá (actualmente un barrio de la ciudad de Barcelona) y posteriormente en el de Baracaldo (Vizcaya), donde fue profesor de dibujo de 1906 a 1909. En Baracaldo también tuvo un importante taller de imaginería. Con su obra Viuda del Pescador, fruto de este taller, Asorey obtuvo la segunda medalla de la Exposición Regional Gallega celebrada en Santiago de Compostela en el año 1909.Pasó luego a Madrid, donde realizó sus primeros encargos de importancia; a disgusto con el ambiente artístico de la capital se trasladó a Santiago de Compostela en 1918, habiendo obtenido plaza como escultor anatómico de la facultad de medicina, donde vivió hasta su muerte. En 1919 se casó y comenzó a enviar sus obras a las Exposiciones Nacionales, obteniendo gran éxito de crítica.

Otro escultor  destacado es Antonio Failde.
Arquitectos

Antonio Palacios Ramilo
(n. Porriño, Pontevedra; el 8 de enero de 1876 - f. El Plantío, Madrid; el 27 de octubre 1945) fue un arquitecto y urbanista español.
Antonio Palacios

Durante su carrera realizó diversas obras en la ciudad de Madrid, así como en algunos puntos de Galicia, y de menor importancia en otras localidades españolas. A pesar de residir permanentemente en Madrid, y de realizar en esta ciudad algunas de sus obras más conocidas, siempre mantuvo un vínculo cultural y profesional con su entorno gallego natal. La producción arquitectónica de Palacios alcanza su punto álgido en el periodo que va entre 1910 y 1926. Ejerció también como profesor de dibujo en la Escuela Superior de Artes e Industrias, y de la asignatura proyectos de detalles arquitectónicos en la Escuela de Arquitectura de Madrid durante los cursos de 1914-1915 y 1915-1916.
Fue el arquitecto encargado del diseño de interiores de las primeras estaciones del Metro de Madrid, organizó los accesos y la estética de las primeras líneas, así como de su popular logotipo en forma de rombo. En la actualidad, debido a las constantes remodelaciones del metro madrileño, apenas existen rasgos de su diseño, excepto en el diseño de algunas entradas en el centro de la ciudad. La colaboración con el ingeniero Joaquín Otamendi Machimbarrena (compañero de estudios) en las dos primeras décadas del siglo XX dio como fruto numerosos proyectos arquitectónicos en Madrid, llegando a ser uno de los arquitectos más representativos en la transformación de la ciudad a metrópoli moderna. Redactó igualmente diversas propuestas urbanísticas para la remodelación de la capital, así como de las ciudades importantes en Galicia.
Ayuntamient de Porriño
Su estilo arquitectónico inicial se adhiere al Sezessionsstil vienés, y poco a poco evoluciona hacia un regionalismo arquitectónico, aunque sin abandonar raíces hispanas caracterizadas por los estilos plateresco y manuelino. Posee además fuertes influencias expresionistas. Preocupado siempre en sus obras por el tratamiento pétreo de sus fachadas, muestra ser desde los inicios un gran conocedor de la estereotomía en la piedra. Muchas de sus obras han sobrevivido al paso del tiempo gracias a rehabilitaciones arquitectónicas, cambiando sus funciones originales y acogiendo sedes de organismos privados y del Estado, como sucede en tres de sus más representativos edificios de Madrid; el Palacio de Comunicaciones (sede del Ayuntamiento de Madrid), el Hospital de Jornaleros de Maudes (Consejería de Transporte de la Comunidad de Madrid) y la Casa de las Cariátides (sede de la central del Instituto Cervantes).
Durante su vida estuvo dedicado por completo a su obra, y se distinguen tres etapas influenciadas por situaciones personales. La primera corresponde a su estrecha colaboración con Otamendi, y va desde 1900 a 1917. A partir de 1917 Palacios trabaja en sus diseños arquitectónicos y urbanísticos en solitario y acentúa su tendencia monumentalista que ya apuntaba en su etapa anterior. Desde 1936 hasta su muerte pasa un periodo de aislamiento en el que realiza diseños de carácter puramente visionario. Su obra fue popular hasta 1926, en que erige el Edificio del Círculo de Bellas Artes de Madrid; tras este auge su fama fue desdendiendo paulatinamente. Parece sufir un desencanto por las obras monumentales, así como las obras públicas. Finalmente muere en una humilde casa diseñada por él mismo, ubicada en El Plantío en Moncloa-Aravaca (Madrid).
Otros arquitectos importantes son:
 Alejandro de la Sota,César Portela,Manuel Gallego Jorreto

Cantantes


Andrés Lapique do Barro
(Ferrol, La Coruña, 1 de octubre de 1947 - Madrid, 22 de diciembre de 1989) fue un cantautor español en gallego.
Nació en el seno de una familia vinculada a la Armada Española, pero él decidió dedicarse a la música.
Andrés Do Barro
Andrés do Barro tuvo el mérito de ser uno de los primeros cantantes que usaron el gallego durante la dictadura del general Francisco Franco, llegando a conseguir un número uno en gallego en 1970 con su canción "Corpiño xeitoso". Hasta ahora nadie ha conseguido colocar otro número uno en una lengua cooficial española.
Fue protagonista de la película La red de mi canción, rodada en español a las órdenes de Mariano Ozores y con Concha Velasco, donde fue doblado por un actor de doblaje profesional, pero donde sus canciones aparecían en gallego y con su propia voz.
Falleció víctima de un cáncer hepático a los 42 años de edad.

José “Pucho” Boedo
(La Coruña, Galicia, España; 1928 - 26 de enero de 1986) fue un cantante español considerado un mito de la música gallega y uno de los integrantes del grupo musical Los Tamara.
Pucho Boedo

Pucho Boedo nació en el lugar de la Fortaleza (hoy perteneciente al "Polígono da Grela-Bens") de La Coruña, en 1928. Siendo todavía muy pequeño, sus padres se fueron a vivir al lugar de A Silva, en la misma ciudad. Era hijo de Xosé Boedo, miembro de la CNT, asesinado en el 36, cuando Pucho tenía nueve años. Un año después su hermano José Antonio Boedo Núñez era también fusilado. Otro hermano, Manuel Boedo, con sólo dieciséis años, consiguió huir. Con el tiempo se reencontrarían los dos hermanos.
A finales de los cuarenta empezó a cantar en Radio Juventud, en La Terraza del Relleno coruñés. Ganó un concurso y fue fichado por la orquesta Los Trovadores, de Alfonso Saavedra. Todos quedaron emocionados con su voz. Se hizo profesional, al principio con este grupo, y después con Los Satélites, actuando en verano en el Quiosko Alfonso, con gran éxito. Con ellos viajó a Venezuela, la primera vez que una orquesta gallega cruzaba el Atlántico. Al regresar de su vuelta por América, Los Satélites traerían al campo de la fiesta (la verbena) el poder de la música tropical, veinte años antes de que en Nueva York se inventase la palabra salsa. Pucho, mientras tanto, se quedó en Venezuela.
Volvió para juntarse de nuevo con Los Trovadores, que tocaban en Madrid, en Pasapoga, en invierno y, durante los veranos por toda Galicia, donde tuvo como compañeros entre otros a Pucho Portela y, posteriormente a Lorenzo Valverde. Con ellos, grabó los primeros discos. Pero sería a partir de su incorporación a Los Tamara, llamado por Prudencio Romo, cuando se haría popular y llegaría a ser, como se dice en el documental en su honra: “El crooner del fin del mundo”. Cantó boleros, rancheras, jotas, tangos, canción italiana y merengues. Actuó en el Olympia de París, compartiendo escenario con Charles Aznavour y Jacques Brel. En Suiza, entre las comunidades de emigrantes, su voz protagonizó el renacimiento de la canción en gallego, una lengua prohibida por la dictadura franquista. Le puso música a los versos de Curros Enríquez, Celso Emilio Ferreiro, Eduardo Pondal y Rosalía de Castro.
Dejó Los Tamara en 1976 por padecer de problemas renales, vivió una temporada en Palma de Mallorca y no volvería a cantar hasta 1982, cuando comenzó su carrera como solista.

Xesús Vaamonde Polo
 más conocido como Suso Vaamonde (Ponte Caldelas, 20 de diciembre de 1950 - Vigo, 16 de febrero de 2000) fue un cantautor gallego.
Suso Vaamonde

Compositor desde los dieciséis años, comenzó a darse a conocer en la antigua Asociación Cultural de Vigo. De esta forma, entró desde joven en contacto con la movida roquera en Vigo, lo que lo llevó a formar parte de los grupos musicales Os Copens y Marco Balorento, este último hacia 1966, y con el que gana su primer premio en un festival organizado por una emisora de radio de la ciudad. De ahí pasa al movimiento Voces Ceibes a principios de la década de 1970, dejando un poco de lado su labor de letrista para, acompañado de su inseparable guitarra, poner voz y música a los poemas gallegos.
Tanto aquí como en su posterior carrera en solitario, su trabajo de cantautor giró sobre un triple pensamiento: defensa de un pueblo, de una tierra y de una lengua. Así, en junio de 1979, dio en la pontevedresa plaza de la Ferreiría en un recital antinuclear. Allí, dejándose llevar por el fervor del directo, decidió añadir una estrofa más al popular "Uah!", que rezaba así:
Cando me falan de España
sempre teño unha disputa
que se España é miña nai
eu son un fillo de puta.
Cuándo me hablan de España
siempre tengo una disputa
que si España es mi madre
yo soy un hijo de puta.
Estas manifestaciones fueron consideradas "injurias a la Patria con publicidad" y fue condenado en noviembre de 1980 a seis años y un día de prisión. Suso Vaamonde optó por exiliarse, viajando por Londres y Alemania, estableciéndose finalmente en la capital venezolana, Caracas. En estos cuatro años fuera de Galicia recibió apoyos desde muchos países, pero especialmente de Portugal, a través de artistas que le prestaron su solidaridad: Zeca Afonso, José Mário Blanco, Fausto, Adriano Correia de Oliveira..., personalidades de la canción con las que Suso Vaamonde compartió muchas veces escenario.
En 1984 decidió volver y entregarse, esperando que el nuevo gobierno socialista revisase las condenas derivadas de viejos rencores e injusticias del régimen anterior. Después de 46 días en la cárcel de Orense, lo que le llevó a ser considerado el primer preso político de la restablecida democracia española,un indulto lo liberó definitivamente: es posible que en ello influyera la propia petición de revisión de condena que Suso Vaamonde había hecho al entonces presidente Felipe González. Sin embargo, fue su antiguo compañero de Voces Ceibes, Xaime Barreiro Gil (Chuspe), quien mayor presión hizo en su condición de senador socialista. Una vez indultado, ofreció un recital en la cárcel orensana donde había estado recluido.
De esta etapa es necesario resaltar que, pese sus fuertes convicciones nacionalistas de izquierdas, Suso Vaamonde, como cantautor, no estaba ligado sigla política alguna (ningún partido denunció la condena que sufrió). Posteriormente a estos duros años, comenzó una gira por todos los escenarios de fuera y dentro de España dónde hubiera algo que reivindicar.
En los últimos años, su trabajo se centró en la producción de diferentes artistas y grupos musicales, a través de su propio sello discográfico, Trebón. Con esta creación consiguió un importante objetivo: lanzar nuevos valores y ayudar a la creación musical gallega en diferentes estilos (corales, bandas de música, rock,...), si bien esto ya lo había hecho siempre, empujando a la formación de grupos tan afamados como A Roda (en el que coincidió con su hermano Luis).
El 12 de noviembre de 1999 recibió un homenaje en Salvaterra de Miño, en un acto celebrado por la Sociedade Cultural e Recreativa do Condado, en agradecemento y reconocimiento a su labor y trayectoria.
Ese verano se le había detectado un cáncer. Poco después dio su último recital, en honor a su amigo y entonces alcalde de Moraña, José Eiras, que se jubilaba como maestro.
Al homenaje asistieron unas 3.000 personas. Allí se encontraban una gran cantidad de artistas gallegos: A Quenlla, Muxicas, Bieito Romero (Luar na Lubre), Emilio Cao, Uxía Senlle, Tino Baz, Saraibas, As Cantareiras do Berbés, María Manuela, A Roda, Treixadura... El acto acto comenzó a las 22 horas y a las 5 de la madrugada aun había artistas tocando. Aquel día Suso Vaamonde también quiso subir al escenario y agradecer aquella celebración, pero no pudo cantar.
La «persona más representativa en la historia de la música de nuestro país», en palabras del poeta Manuel María, murió el 16 de febrero de 2000, en la Clínica Fátima de Vigo. Su muerte tuvo en medios de comunicación una repercusión de la que, sin embargo, habían carecido sus canciones. El funeral se llevó a cabo en la Iglesia de los Jesuítas, dónde había estudiado desde los once años: funeral destacable porque incluso en esta triste ceremonia sonaron sus canciones en voces de compañeros y de su hermano Luis.
El 19 de febrero de 2000 se llevó a cabo un homenaje junto al río Oitavén, dónde se esparcieron sus cenizas, tal y como él había pedido. Allí se reunieron representantes de la vida cultural y política gallegas, además de gente del pueblo. Allí interpretaron canciones que Suso Vaamonde popularizara, grupos como A Quenlla, A Roda, Pilocha o Tino Baz, y recitaron poemas diferentes escritores presentes, como Méndez Ferrín o Bernardino Graña. También se leyeron escritos redactados especialmente para este homenaje, por poetas como Álvarez Cáccamo y Manuel María.

Otros cantantes  destacados son:
Luz Casal,Teo Cardalda,María Monsonís,Yosi Domínguez,Julián Hernández,Carlos Jean,Antón Reixa,Germán Coppini,Víctor Abundancia,Rosa Cedrón,Alberto Comesaña,Luis Emilio Batallán,Uxía Senlle,Ana Kiro,Xil Ríos,Juan Pardo,Iván Ferreiro,Marta Sánchez.


También son de destacar músicos como:
Anxo Lorenzo,Carlos Núñez Muñoz,Cristina Pato,Susana Seivane,Emilio Cao.

Compositores


Reveriano Soutullo Otero
(Puenteareas, Pontevedra, 11 de julio de 1880 - Vigo, 29 de octubre de 1932) fue un compositor español de zarzuelas y pasodobles.
Reveriano Soutullo

Nacido en Redondela, durante una visita de su madre a casa de un familiar, en 1880, aunque algunos libros dicen que fue en 1884 en Ponteareas.
Su padre dirigía la banda de Redondela, por lo que Reveriano tuvo la música cerca desde pequeño. A los 19 años, fue a estudiar al conservatorio de Madrid y mientras, se ganó la vida tocando el cornetín. Sufrió una infección en el oído que lo dejó medio sordo. En Madrid hizo la prueba de acceso y entró directamente en el primer curso de armonía. Estudió tres años de armonía y composición, asignatura en la que le dieron el premio extraordinario. En el conservatorio de Madrid le dieron clase profesores famosos como Arín y Fontanilla.
Entre 1906 y 1907 volvió a Vigo, donde le dieron una beca para estudiar música en el extranjero. Gracias a ello entró en contacto con músicos italianos o alemanes; pero los músicos que más le marcaron los encontró en París: Debussy y Ravel.
Volvió a Madrid donde empezó a componer zarzuela. Compuso varias zarzuelas famosas, entre ellas, Amores de aldea.
Entre 1919 y 1931 forma un famoso tándem con Juan Vert, con quien compuso grandes éxitos como: La leyenda del beso, El último romántico, La del Soto del Parral, La caída de la tarde, La Venus de Chamberí, El regalo de boda. Juan Vert murió en 1931 a causa de un infarto.
Reveriano Soutullo abrió, asociado con Manrique Villanueva, una editorial musical en 1910, con la que ganó bastante dinero.
Murió en 1932 a causa de una complicación en el postoperatorio de una operación de oído. Fueron famosas obras suyas como Puenteareas, Suite Vigo, y una fracción de La leyenda del beso fue utilizada por Mocedades en la canción Amor de hombre.

Pascual Veiga
(Mondoñedo, 9 de abril de 1842 - Madrid, 12 de julio de 1906), fue un compositor y músico precoz, autor de la popular Alborada y de la música del Himno de Galicia, y figura fundamental del Rexurdimento Gallego.
Pascual Veiga

En su ciudad natal toma un primer contacto con la música, como niño de coro. Se presenta a las oposiciones para organista de la Catedral de Mondoñedo y de la Colegiada de Covadonga, que no gana por no tener la edad requerida. Fue organista de la Iglesia de Santo Domingo de Betanzos y de la Colegiada de La Coruña, además de profesor del Conservatorio Nacional de Madrid. Fundó y dirigió varios orfeones, recibiendo numerosos premios. Durante esta época compone la que sería una de sus obras más emblemáticas, la Alborada de Veiga, que sería estrenada en Pontevedra, en el año 1880, despertando gran admiración en Galicia, y convulsión entre el galleguismo de la diáspora. Dos años después funda El Nuevo Orfeón, más tarde conocido como Orfeón El Eco, y que pervive hasta nuestros días. En el año 1889, funda el Orfeón Coruñes nº 4, y durante la Exposición Universal de París (1889), gana con él la medalla de oro y las Palmas Académicas. En 1896 se va a vivir a Madrid, donde dirige el Orfeón del Centro Gallego y el Orfeón Matritense, y trabaja como profesor del Conservatorio nacional.
Entre sus obras destacan trabajos tan importantes en la cultura gallega como Alborada Gallega, también conocida como Alborada de Veiga, La escala y la música de Os Pinos (Himno Gallego), fruto de la correspondencia mantenida entre Eduardo Pondal, autor de la letra, y el propio Veiga.
Muere en Madrid el 12 de julio de 1906; seis meses más tarde, y gracias a unas gestiones de Fontenla Leal en Cuba, el Himno Gallego se estrenaría el 20 de diciembre de 1907 en el Gran Teatro de La Habana.
Con motivo del centenario de este evento, y de la muerte del autor, se celebró en el año 2007 un congreso sobre su figura, en Santiago de Compostela. En ese congreso, se intentó recuperar la memoria del músico y de su obra, ya que la inmensa popularidad del Himno y la Alborada, eclipsaron el resto de sus composiciones, e incluso al propio autor; se hicieron revelaciones inéditas sobre su vida, y el musicólogo Fernando López-Acuña, discutió que el estreno del himno se hubiera celebrado en la fecha en que se suele fijar, datándola 10 años antes, basándose para sustentar tal afirmación en referencias en medios de comunicación y partituras existentes desde 1896, dato que sin embargo fue discutido por otros disertantes, que negaron que las partituras referidas por López-Acuña fueran las del actual himno. El 22 de diciembre del 2007 tuvo lugar la inauguración de un busto dedicado a su memoria, y en su ciudad natal está ubicado asimismo un auditorio con su nombre.
Sus restos reposan en el cementerio antiguo de Mondoñedo, bajo un monumento y sepulcro sufragado por los Gallegos de la emigración. En él se puede leer textualmente «Homenage a Pascual Veiga, autor de la Alborada», y debajo una mención a la diáspora gallega en Buenos Aires, que sufragó el monumento.
Los dos temas más célebres de Pascual Veiga, el Himno Gallego y la Alborada, han sido objeto de infinidad de versiones en todos los estilos musicales; una de las más populares fue la versión de la Alborada Gallega que grabó el grupo español Los Relámpagos, en la década de los sesenta
En su ciudad natal toma un primer contacto con la música, como niño de coro. Se presenta a las oposiciones para organista de la Catedral de Mondoñedo y de la Colegiada de Covadonga, que no gana por no tener la edad requerida. Fue organista de la Iglesia de Santo Domingo de Betanzos y de la Colegiada de La Coruña, además de profesor del Conservatorio Nacional de Madrid. Fundó y dirigió varios orfeones, recibiendo numerosos premios. Durante esta época compone la que sería una de sus obras más emblemáticas, la Alborada de Veiga, que sería estrenada en Pontevedra, en el año 1880, despertando gran admiración en Galicia, y convulsión entre el galleguismo de la diáspora. Dos años después funda El Nuevo Orfeón, más tarde conocido como Orfeón El Eco, y que pervive hasta nuestros días. En el año 1889, funda el Orfeón Coruñes nº 4, y durante la Exposición Universal de París (1889), gana con él la medalla de oro y las Palmas Académicas. En 1896 se va a vivir a Madrid, donde dirige el Orfeón del Centro Gallego y el Orfeón Matritense, y trabaja como profesor del Conservatorio nacional.
Entre sus obras destacan trabajos tan importantes en la cultura gallega como Alborada Gallega, también conocida como Alborada de Veiga, La escala y la música de Os Pinos (Himno Gallego), fruto de la correspondencia mantenida entre Eduardo Pondal, autor de la letra, y el propio Veiga.
Muere en Madrid el 12 de julio de 1906; seis meses más tarde, y gracias a unas gestiones de Fontenla Leal en Cuba, el Himno Gallego se estrenaría el 20 de diciembre de 1907 en el Gran Teatro de La Habana.
Con motivo del centenario de este evento, y de la muerte del autor, se celebró en el año 2007 un congreso sobre su figura, en Santiago de Compostela. En ese congreso, se intentó recuperar la memoria del músico y de su obra, ya que la inmensa popularidad del Himno y la Alborada, eclipsaron el resto de sus composiciones, e incluso al propio autor; se hicieron revelaciones inéditas sobre su vida, y el musicólogo Fernando López-Acuña, discutió que el estreno del himno se hubiera celebrado en la fecha en que se suele fijar, datándola 10 años antes, basándose para sustentar tal afirmación en referencias en medios de comunicación y partituras existentes desde 1896, dato que sin embargo fue discutido por otros disertantes, que negaron que las partituras referidas por López-Acuña fueran las del actual himno. El 22 de diciembre del 2007 tuvo lugar la inauguración de un busto dedicado a su memoria, y en su ciudad natal está ubicado asimismo un auditorio con su nombre.
Sus restos reposan en el cementerio antiguo de Mondoñedo, bajo un monumento y sepulcro sufragado por los Gallegos de la emigración. En él se puede leer textualmente «Homenage a Pascual Veiga, autor de la Alborada», y debajo una mención a la diáspora gallega en Buenos Aires, que sufragó el monumento.
Los dos temas más célebres de Pascual Veiga, el Himno Gallego y la Alborada, han sido objeto de infinidad de versiones en todos los estilos musicales; una de las más populares fue la versión de la Alborada Gallega que grabó el grupo español Los Relámpagos, en la década de los sesenta

Bailarines
Agustina Otero Iglesias
 Más conocida como Carolina Otero o La Bella Otero (Valga, Pontevedra, Galicia, España, 4 de noviembre de 1868 - Niza, Francia, 10 de abril de 1965) fue una bailarina, cantante, actriz y cortesana de origen español afincada en Francia y uno de los personajes más destacados de la Belle Époque francesa en los círculos artísticos y la vida galante de París.
La Bella Otero

Hija de una madre soltera muy pobre (Carmen Otero Iglesias), apenas tuvo acceso a una educación académica, tras padecer una agresión sexual a los diez años, huyó de casa unos meses después y no volvió nunca más a su pueblo natal, Valga. Tras la fuga decidió cambiar su nombre de pila Agustina por el de Carolina. Trabajó en una compañía de cómicos ambulantes portugueses. Al dejar la compañía se vio obligada a ejercer oficios muy humildes para salir adelante, como bailar en locales de la más diversa índole, e incluso llegar a ejercer la prostitución.
En 1888 conoció en Barcelona a un banquero que la quiso promocionar como bailarina en Francia y la llevó a Marsella. En cualquier caso casi en seguida empezó a promocionarse a sí misma hasta llegar a ser una bailarina conocida en toda Francia como La Bella Otero. En la promoción enfatizaba su origen español (muy exótico en Francia por entonces) y se presentaba artísticamente como andaluza y de origen gitano. La construcción del personaje artístico de Otero está tan llena de mitos que incluso han perdurado hasta nuestros días y aún hay biógrafos que sitúan su nacimiento en Cádiz, hija de una gitana. Actuó en Nueva York en 1890 y realizó giras por todo el mundo como bailarina exótica y actriz, consiguiendo fama internacional. Argentina, Cuba y Rusia fueron algunos de los países que visitó y actuó más veces. En este último llegó a conocer a Rasputín. Otero actuó durante muchos años en París en el Folies Bergère, donde era la estrella y en el Cirque de Eté. Se puede decir que fue la primera artista española conocida internacionalmente. Otero no era una bailarina profesional y su arte era más instintivo que técnico. Sus danzas eran una mezcla de estilos flamenco, fandangos o danzas exóticas. También era una cantante competente y tenía calidad como actriz. Representó Carmen de Bizet y piezas teatrales como Nuit de Nöel.
Otero, a pesar de sus éxitos profesionales, había conseguido ascender en el mundo artístico prostituyéndose y haciéndose amante de hombres influyentes. No era una práctica extraña que las artistas ejercieran de cortesanas para aumentar sus ingresos. En la Belle Époque era habitual y los hombres que podían pagar las astronómicas sumas que costaban estas cortesanas conseguían prestigio. Otero era una de las más famosas y cotizadas de la alta sociedad parisina. Fue amante de Guillermo II de Alemania, Nicolás II de Rusia, Leopoldo II de Bélgica, Alfonso XIII de España, Eduardo VII del Reino Unido y Aristide Briand (con quien tuvo una relación entrañable hasta la muerte del político), entre otros. Otero llegó a reunir una fabulosa fortuna que, debido a la ludopatía que padecía, fue dilapidando en los casinos de Montecarlo y Niza.
Retirada de los escenarios en 1910, se estableció en Niza, donde vivió hasta su muerte en 1965 totalmente arruinada y sola. Vivía de una pensión que le pasaba el Casino de Montecarlo en agradecimiento por los millones de francos que en él dejara. Nunca se casó. De su vida se han escrito varias biografías y se han hecho películas y series para la televisión. Debido a que Otero inventó parte de su pasado para obviar hechos como su violación o sus orígenes extremadamente humildes, muchas biografías, películas u otros trabajos en torno a su persona tienen datos inexactos y hechos que nunca sucedieron de verdad.

Productores cinematográficos

Cesáreo González
Impulsor en los años cincuenta y sesenta de una verdadera industria cinematográfica en nuestro país, fue un productor a la americana, capaz de lanzar un potente "star system" nacional que exportó con  éxito a México, Brasil y Argentina.
Cesareo Gonzalez

 
Su propia biografía, como la de otros emigrantes que regresaron para convertirse en empresarios en su tierra, es una peripecia de prolongado metraje. Vigués nacido en 1903 e hijo de orensanos, como casi no podía ser de otra manera. De padres originarios de Nogueira de Ramuín, la localidad natal de otro gran personaje casi coetáneo, también de exitosa vida empresarial por una diferente vía pero en paralelo, Eduardo Barreiros.

En 1915, a la edad de doce años, Césareo González fue enviado a Cuba para acompañar a un familiar dedicado a la venta ambulante. Como un criado infantil y lazarillo. No existen muchos datos a partir de su juventud, solo retazos, entre ellos uno que se repite: terminó por convertirse en jugador de póker semiprofesional, frecuentador de los hoteles y casinos de aquella Habana poblada de gángsters que en invierno bajaban al calor del Caribe desde Estados Unidos.

En un año indeterminado se trasladó - quizás tuvo que huir - a México, donde un tío tenía una panadería y él se casó con su prima, dedicándose a los negocios familiares. Que luego vende y en 1931, dieciséis después de haber tomado el barco de la emigración, con 28 años y un considerable capital regresa a Vigo para abrir la sala de fiestas Savoy, en la calle del Príncipe. También consigue la distribución de vehículos Citroën y se afilia a Falange como miembro de primera hornada, todo un "camisa vieja".


Sus actividades en los años de la contienda civil las ignoramos, aunque no debió alejarse mucho de Vigo, puesto que en 1938 encargó al arquitecto Francisco Castro Represas el edificio racionalista de cuatro plantas que hoy lleva su nombre en la Plaza de Portugal.

Finalizada la guerra, en 1940 inicia su excepcional carrera cinematográfica como productor. Más listo que el hambre, se puede decir con mucha propiedad.

EL PODERÍO DE SUEVIA FILMS
Las películas de Cesáreo González siempre anteponían al título, como prólogo y mediante el rótulo "Suevia Films presenta", una imagen de la Ría de Vigo tomada desde A Guía sobre la que ondeaba, en blanco y negro o en sus colores, la bandera de la ciudad.

Entre 1941 y 1967 produjo más de ciento treinta películas, cinco por año, a las que hay que sumar coproducciones con países latinoamericanos, especialmente México, Brasil y Argentina, protagonizadas por las estrellas "hollywoodenses" que él inventó y lanzó:  Paquita Rico, Sara Montiel, Lola Flores, Carmen Sevilla. Acompañadas por actores como Vicente Parra, Fernando Rey o Paco Rabal. Y los astros mexicanos Jorge Negrete y María Félix.

Pero también fue el productor que hizo posible parte de la filmografía de Bardem ("Calle Mayor" y "Muerte de un ciclista") y de Berlanga ("Vivan los novios")

A partir de su primera película, "Polizón a bordo", que decidió financiar en 1940, cuando aun residía en Vigo dedicado a otros negocios, Cesáreo González supo levantar una potente industria cinematográfica en aquella España cutre, tan precaria en tantas cosas pero con muchas ganas de cine folclórico como forma de evasión. Todo un emporio basado en un sistema de "star system" a la manera americana.

LAS BODAS DE PLATA DE LA PRODUCTORA SE CELEBRARON EN VIGO


En 1953, Cesáreo González inauguró el Gran Hotel - remodelación del Hotel Moderno, que había adquirido unos años antes - en el magnífico edificio modernista del arquitecto Pacewicz, en el arranque de Policarpo Sanz. Y lo hizo a lo grande, con la presencia de su elenco de estrellas, lo que se celebró como un gran acontecimiento en una ciudad de algo más de cien mil habitantes.

Aunque todavía de mayor impacto fue doce años después, en 1965, la celebración de los veinticinco años de Suevia Films, en el mismo Gran Hotel y de nuevo con el protagonismo de actrices y actores, con proyecciones de sus películas en todos los cines de la ciudad. Cuentan las crónicas que Paquita Rico se arrancó a bailar por muiñeiras; y que Lola Flores expresó que quería probar "pescaito", probablemente de alguna especie más sabrosa que  "El Pescaílla".

Una celebración y una fiesta a la que acudió y de la que disfrutó Manuel Fraga Iribarne, a la sazón ministro de Información y Turismo del Régimen y, como es bien sabido, buen aficionado por entonces a las señoras con tablas.

Cesáreo González, que tanto quiso a su ciudad, falleció en Madrid dos años después, en 1967, a la edad de sesenta y tres. Con él desapareció el imperio cinematográfico de Suevia Films, dando paso a otros productores que siguieron su estela.

En Vigo lleva su nombre una calle en Las Traviesas, la que bordea por el sur el complejo deportivo municipal, que pocos conocen a quién está dedicada.


También es de destacar como productor cinematográfico a Julio Fernández

Cineastas

Luciano Manuel Piñeiro Martínez
Es un director español nacido en Forcarei (Pontevedra) el 12 de octubre de 1954 y fallecido en Vigo (Pontevedra) el 21 de marzo de 1995.
Chano Piñeiro

Principal impulsor del cine en Galicia y en idioma gallego y director autodidacta que comenzó realizando sus primeros trabajos en Super-8 por su cuenta a lo largo de toda la década de los 70. Graba su primer cortometraje en 35 mm., Mamasunción, en 1984, convirtiéndose en un icono del cine costumbrista en Galicia y ganando multitud de premios y menciones a nivel internacional, en el retrato de una anciana que espera pacientemente la carta de su hijo emigrado.
Realizó su primera y única película de largometraje, Sempre Xonxa en 1989, siendo la primera producción de cine en largometraje totalmente en gallego y realizada íntegramente en Galicia.
Fallece con 40 años, convertido en un pionero y un símbolo de las nuevas generaciones del audiovisual gallego.
Filmografía:
  • O camiño das estrelas (1993). Dirección.
  • Sempre Xonxa (1989). Dirección, Guionista,
  • Esperanza. (1986). Dirección, Guionista.
  • Mamasunción. (1984). Dirección.
  • Eu, o tolo. (1978). Dirección.
  • Os paxaros morren no aire. (1977) Dirección.
  •  
    Ramón Torrado
    (La Coruña, 5 de abril de 1905 - † 1990) fue un director de cine español.

    Hermano del dramaturgo Adolfo Torrado. Tras dedicarse durante un tiempo a las artes plásticas, se instala en Madrid en 1939. Ya en la capital, toma contacto con el mundo del cine, en el que comienza a trabajar como adaptador Manolenka (1939), obra escrita por su hermano, a la que seguiría, un año más tarde El famoso Carballeira.
    Su début como director tiene lugar, por medio de Suavia Films, de Cesáreo González, con el corto Tres maletas y un lío (1942) y la película Campeones (1942), en la que intervenían estrellas del fútbol como Zamora, Quincoces, Polo y Gorostiza). En las siguientes tres décadas siguió rodando hasta alcanzar la cincuentena de títulos.
    Algunos de ellos figuran entre los más taquilleros de su época, especialmente Botón de ancla (1948), protagonizada por Antonio Casal, Fernando Fernán Gómez y Jorge Mistral.

    Son de destacar también los siguientes directores:
    Rodrigo Cortés,Carlos Velo,Amando de Ossorio,Xavier Villaverde,Antonio Román
    Manuel Mur Oti,Juan Pinzás.

    Actores

    Fernando Casado Arambillet
     (La Coruña, 20 de septiembre de 1917 – Madrid, 9 de marzo de 1994), conocido artísticamente como Fernando Rey, fue un actor español de amplia trayectoria reconocida internacionalmente.
    Fernando Rey estudió arquitectura pero el comienzo de la Guerra Civil Española truncó sus estudios. Era hijo del oficial de Artillería Fernando Casado Veiga, republicano y ayudante de Azaña, que nada tuvo que ver con el coronel del mismo apellido, Segismundo Casado.
    Fernando Rey

    Comienzos

    En 1936 comenzó su carrera como actor haciendo de figurante, apareciendo en ocasiones en los créditos. Fue entonces cuando eligió su nombre artístico. Mantuvo su nombre pero adoptó el segundo apellido de su madre Sara Arambillet Rey. Durante la guerra civil luchó del lado republicano. Su padre, ya coronel, fue nombrado al final de la guerra Inspector General del Arma de Artillería. Al acabar la Guerra Fernando y su padre son hechos prisioneros por los nacionales. A Fernando lo internan en el campo de detención improvisado en Valencia, en el estadio de Mestalla. Mientras que su padre permaneció encarcelado durante años, el joven Fernando consiguió escapar de Mestalla, subir a un tren de mercancías y llegar a Madrid.
    Hacia 1940 se inició como actor de doblaje, después de leer un anuncio en el que se buscaba una nueva voz para un actor igualmente nuevo, Tyrone Power. Su voz, considerada intensa y personal, fue también una de las primeras con las que contó Laurence Olivier en español, quien llegó a felicitarle por su doblaje en Hamlet (1948).
    En 1944 tuvo su primer papel hablado, el Duque de Alba en la película Eugenia de Montijo, de José López Rubio, protagonizada por Amparo Rivelles. En 1948 dio vida a Felipe el Hermoso en la película Locura de amor, dirigida por Juan de Orduña y junto a Aurora Bautista y una debutante Sara Montiel.
    Este fue el comienzo de una prolífica carrera en cine, radio, teatro y televisión. También actuó como doblador en la televisión española y llegó a ser el narrador de importantes películas como Bienvenido, Mister Marshall, de Luis García Berlanga (1953); Marcelino pan y vino, de Ladislao Vajda (1955) e incluso del Don Quijote que dirigió Orson Welles en 1969. De hecho, participó en cuatro versiones diferentes de El Quijote en diferentes papeles.

    Con Luis Buñuel

    En 1960 se casó con la actriz argentina Mabel Karr, con quien tuvo en 1961 a su único hijo, Fernando Casado Campolongo.
    Sus trabajos con Luis Buñuel en los 60 y los 70 le hicieron internacionalmente famoso; fue el «primer actor internacional español». Intervino en Viridiana (1961) y protagonizó Tristana (1970) y El discreto encanto de la burguesía (1972), película surrealista que recibió el Óscar a la mejor película de habla no inglesa de ese año.
    El último éxito del tándem Rey-Buñuel fue Ese oscuro objeto del deseo (1977), candidata a otro Óscar a la mejor película extranjera y al Globo de Oro en la misma categoría, aunque no ganó ninguno de los dos. La voz de Fernando Rey fue doblada por Michel Piccoli. Desde entonces no dejaría de sumarse a proyectos cinematográficos rodados en Italia, Francia, Reino Unido o Estados Unidos.

    Carrera internacional

    Interpretó al villano Alain Charnier en The French Connection (1971), de William Friedkin. Inicialmente, Friedkin quería a Francisco Rabal como Charnier, pero no conocía su nombre, sólo sabía que era un actor español. Rey fue contratado antes de que Friedkin lo viera. No hablaba francés, pero Friedkin supo que Rabal no hablaba francés ni inglés, por lo que decidió mantener a Fernando Rey. Esta película, protagonizada por Gene Hackman, ganó cinco Premios Óscar. Posteriormente se rodó una secuela de notable calidad, French Connection II, que algunos creen comparable o casi superior a su predecesora. La dirigió John Frankenheimer y volvió a contar con Gene Hackman y el actor español.
    Se barajó el nombre de Fernando Rey para un papel secundario en El Padrino II, que finalmente no interpretó, pero en 1977 encarnó al Rey Gaspar en la serie Jesús de Nazareth, que dirigió y produjo Franco Zeffirelli con un reparto estelar: Laurence Olivier, James Mason, Anne Bancroft, Claudia Cardinale...
    Encarnó al padre de Geraldine Chaplin en Elisa, vida mía, de Carlos Saura. También participó en Siete bellezas, de Lina Wertmuller (película que fue nominada a cuatro Óscars); en El gran atasco, de Luigi Comencini y en Quinteto, de Robert Altman.

    Últimos años

    En Bearn o La sala de las muñecas (Jaime Chávarri, 1983) interpretó a un aristócrata en decadencia y compartió cartel con Amparo Soler Leal y Ángela Molina. Destacó igualmente en Padre Nuestro y Diario de invierno, ambas de Francisco Regueiro, así como en Mi general (Jaime de Armiñán, 1987), donde coincidió con Fernando Fernán Gómez, José Luis López Vázquez y Héctor Alterio, entre otros. Fueron más breves sus cometidos en El bosque animado (José Luis Cuerda, 1987), El aire de un crimen (Antonio Isasi-Isasmendi, 1988) y 1492: La conquista del paraíso (Ridley Scott, 1992).
    Uno de sus últimos grandes papeles fue El Quijote de Miguel de Cervantes, adaptación dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón para Televisión Española, que alcanzó notable éxito y supuso a su edad un encomiable esfuerzo moral, mental y físico. Su última aparición cinematográfica, en la película de Jaime de Armiñán Al otro lado del túnel, resultó premonitoria.
    Murió en Madrid de cáncer a la edad de 76 años.

    Honores y galardones

    Durante los 80 y los 90, Fernando Rey fue premiado en el Festival de Cine de San Sebastián y en el de Cannes, y obtuvo la Medalla de Oro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, además de un Premio Goya al mejor actor. Fue presidente de dicha academia desde 1992 hasta su muerte, dos años después.

    María Victoria Casares Pérez
     (La Coruña, Galicia, 21 de noviembre de 1922 - Alloue, Francia, 22 de noviembre de 1996) fue una actriz española de teatro y cine que triunfó en el exilio en Francia, donde residía por ser hija de Santiago Casares Quiroga, que había sido Ministro y Jefe de Gobierno de la República bajo la presidencia de Manuel Azaña.
    Maria Casares

    Considerada francesa por los franceses que escriben su nombre Maria Casarès, integró junto a Edwige Feuillère y Madeleine Renaud el grupo de trágicas francesas más notable de su generación.
    En 1939, poco antes del final de la Guerra Civil, acompañó a su padre al exilio en Francia. Estudió interpretación en el Conservatorio de París, en el que había conseguido entrar en 1941 a pesar de sus dificultades con el idioma. El primer papel profesional que obtuvo fue en La Celestina.
    En octubre de 1943 representó con gran éxito la obra de Georges Neveux El viaje de Teseo. Al año siguiente conoció a Albert Camus, con quien mantuvo una relación sentimental hasta la muerte de éste en 1960. Protagonizó varias obras escritas por Camus, como El malentendido, El estado de sitio y Los justos y representó obras de Sartre, Jean Anouilh, Jean Cocteau, Genet y Claudel, convirtiéndose en musa del existencialismo francés.
    En 1949, entra en la Comédie Française y cinco años más tarde en el Teatro Nacional Popular (TNP), compañía pública con una fuerte preocupación social. Participó en la creación y potenciamento del Festival de Aviñón. María Casares interpretó a Lady Macbeth, María Tudor, Ana Petrova, etc. en obras de Shakespeare, Victor Hugo y Antón Chéjov, Ibsen, Eurípides, entre muchos otros.
    En el cine se inició en el clásico de Marcel Carné, Les enfants du paradis y poco después, en 1944, protagoniza Las damas del Bosque de Boloña de Robert Bresson.
    Jean Cocteau la dirigió en Orpheo (1950) y se hizo muy popular, si bien en España fue silenciada.
    Hizo memorables trabajos junto a Gerard Philipe, Jean Vilar y Jean Louis Barrault.
    En 1975 adquirió la nacionalidad francesa. En 1976 volvió a España para representar El adefesio de Rafael Alberti en Madrid y Barcelona.
    En 1989 consiguió el Premio Moliére a la mejor actriz de teatro y fue nominada a los César. Recibió del gobierno francés el Premio Nacional de Teatro, y en España, la Medalla al Mérito de Bellas Artes. Obtuvo el Premio Segismundo de la Asociación de Directores de España.
    También se le concedió el título de hija predilecta de La Coruña y la medalla Castelao.
    En 1980 publicó un libro de memorias, Residente privilegiada, título que alude a su estatus en la tarjeta de residencia original emitida por Francia.
    Fue condecorada con la Legión de honor francesa.
    En 1996, María Casares aceptó que los premios de teatro de Galicia llevaran su nombre, pero la muerte le impidió asistir a su primera edición.
    En 1978 se casó con el actor alsaciano "Daddy" Schlesser.

    También son de destacar los siguientes:
    Miguel de Lira,Cristina Castaño,Luis Bar Boo,Eduardo Fajardo,Mario Casas,Tamar Novas,Luis Tosar,Celso Bugallo,Manuel Manquiña,Antonio Casal,Nancho Novo,Sergio Pazos,Teté Delgado,Mabel Rivera,María Castro,Marta Larralde,María Pujalte,Martiño Rivas,Javier Veiga,Xan das Bolas,Antonio Durán "Morris",Ernesto Chao,Javier Gutiérrez,María Bouzas,Iago García,Xosé Barato

    Diseñadores de Moda
    Son muchos los gallegos que se dedican al mundo de la moda pero quizás los mas destacados sean:

    Adolfo Domínguez,Roberto Verino,Purificación García,Kina Fernández,Antonio Pernas

    Periodistas
    Luis Mariñas Lage
     (La Coruña, 7 de agosto de 1947 – Madrid, 27 de diciembre de 2010) fue un periodista español y gallego.

    Luis Mariñas

    Televisión Española (1969-1990)

    Comenzó su trayectoria profesional en 1969, en Televisión Española, donde permaneció durante los siguientes veinte años. Trabajó en el centro territorial de TVE en Galicia, del que llegó a ser director entre 1973 y 1976, después de Luis Salguero Prieto, que estuvo al frente entre 1971 y 1973.
    Con 19 años comenzó a trabajar en los estudios de Prado del Rey de TVE, en Madrid, en los tiempos de Victoriano Fernández Asís, Jesús Álvarez y Miguel de la Quadra-Salcedo.
    Por entonces participó en la fundación de una de las primeras revistas de información general de gran tirada que se tituló Personas.
    Fue colaborador asiduo de RNE.
    Trabajó en el centro territorial de TVE en Galicia, del que llegó a ser director entre 1973 y 1976 y donde puso en marcha el programa Panorama de Galicia, primer programa regional informativo de la historia de la televisión. Fue también el primero en utilizar el gallego en un programa informativo.
    En 1977, de nuevo en Madrid, dirigió dos programas: 19 provincias y el Informativo 1, destinados a las comunidades que por aquel entonces no disponían de centro regional.
    Después, con Iñaki Gabilondo como director de informativos de TVE, fue jefe del área nacional.
    En 1981 fue nombrado responsable del área nacional de los informativos de TVE. En 1982, fue nombrado director de la primera edición de Telediario y entre 1983 y 1984 lo fue de la segunda, que se emitía a las 21:00.
    En marzo de 1982, fue nombrado director y presentador de la primera edición del Telediario, con lo que se convirtió en el segundo profesional más joven —el primero fue Lalo Azcona— que compatibilizó ambas funciones en la cadena pública. En aquellos tiempos, sin televisiones privadas, las audiencias medias eran de 16 millones de personas.
    Por entonces realizó el primer programa desde Torre España, cuando todavía estaba en fase inaugural.
    En 1985 abandonó TVE y fue nombrado asesor del Ministro para las Relaciones con las Cortes y la Secretaría del Gobierno, Virgilio Zapatero.
    Durante casi cuatro años dirigió los cursos de comunicación y nuevas tecnologías de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
    En 1987 comenzó a hacerse más popular cuando se le asignó, de nuevo, la dirección y además la presentación de la primera edición Telediario, con Pilar Miró de directora general, de ámbito nacional, labor en la que permaneció hasta 1990.

    Telecinco (1990-1999)

    Ese mismo año, 1990, fue contratado por Valerio Lazarov, entonces al frente de la recién nacida cadena de TV Telecinco para que pusiese en marcha los informativos de la emisora. De ese modo, el 3 de mayo de 1990, se emitía Entre hoy y mañana, un pequeño espacio de noticias de apenas quince minutos, que con el paso de los años iría prolongando su duración hasta convertirse en el actual Informativos Telecinco. Como curiosidad, algunos de los espacios de éste programa, fueron presentados por Julio Fernández, aunque Mariñas conservaba el puesto de editor.
    También dirigió y presentó otros programas de debate y entrevistas, como Mesa de redacción (1993) y Hora límite (1995). El 31 de mayo de 1993 moderó el segundo debate televisado entre Felipe González y José María Aznar para las elecciones generales que se celebrarían seis días más tarde.
    Meses después ya estaba en antena la primera edición de Las Noticias y, posteriormente, la segunda edición que logró romper, en ocasiones, el habitual liderazgo de los Telediarios de TVE.
    Llegó a presentar, también por primera vez, un informativo desde otro continente. El 12 de octubre lo hizo para Telecinco desde la plaza de Times Square en Nueva York.
    En Telecinco puso en marcha otros programas que también presentó como La hora de la verdad, Hora límite, y Mesa de redacción.
    Presentó y dirigió, además, numerosas noches electorales, tanto en TVE como en Telecinco.

    Televisión Española (1999-2004)

    En 1998, fue relevado de su cargo en Telecinco y abandonó la cadena para regresar, el 18 de enero de 1999, a Televisión Española, donde, durante seis temporadas, hasta 2004, presentó y dirigió el espacio informativo matinal Los desayunos de TVE.
    Entre su trabajos más destacados figura, asimismo, la entrevista en Bagdad con el entonces presidente de Irak, Sadam Hussein, poco antes de la primera guerra del Golfo.
    También entrevistó a Gorbachov después de la desintegración de la URSS.
    Colaboró en varios periódicos —Diario 16, La Voz de Galicia, Diario Digital, Metro— y fue contertulio de La Linterna de la Cope con Luis Herrero.

    Telemadrid (2004-2007)

    En 2004 pasó a la cadena autonómica madrileña Telemadrid, para hacerse cargo de Telenoticias 2. En 2005 dejó esa labor para conducir el programa divulgativo Años luz en la misma cadena.

    Canal Sur (2007-2008)

    En febrero de 2007 pasó a la cadena autonómica andaluza Canal Sur, para hacerse cargo del programa Vista pública, el cual presentó durante año y medio.

    Fallecimiento

    Falleció el 27 de diciembre de 2010 a los 63 años.

    Manuel Martín Ferrand
     (La Coruña, 11 de diciembre de 1940 — Madrid, 30 de agosto de 2013) fue un periodista español.
    Manuel Martin Ferrand

    Diplomado en Periodismo con el número uno de su promoción, sus inicios profesionales fueron en la prensa escrita, debutando en El Diario de Cádiz. Posteriormente, escribió durante un corto periodo en el diario Pueblo y más adelante pasó al mundo de la radio colaborando con Radio Popular de Madrid.
    En 1960 ingresó en Televisión Española como redactor de los servicios informativos. A lo largo de la décadas de los sesenta y setenta, presenta y dirige numerosos programas en la cadena pública como Imágenes para saber (1966), Nosotros con Alfredo Amestoy (1968), Con acento (1968), Siempre en domingo (1971), 24 horas (1971-1972), Sábado Cine (1976-1977) y Hora 15 (1977-1979).
    Paralelamente trabajó en la Cadena SER, emisora en la que participó en la creación de Matinal SER (1964), Hora 25, histórico programa informativo de la radio española del que fue su primer director en 1972, Hora 13, Hora 20, La Respuesta y otros más.
    Dirigió dos periódicos: Diario de Barcelona (1973 - 1974) y Nuevo Diario (1975 - 1976).
    Fundó una empresa de asesoría en medios y documentación de actualidad.
    Colaboró en el Grupo Zeta como asesor del presidente, Antonio Asensio y como articulista en El Periódico, la revista mensual Bazar y el semanario Interviú.
    Tras abandonar televisión, en 1981 se incorporó a la Cadena Ser y un año más tarde fundó la cadena Antena 3 de Radio, de la que se convirtió en director general y consejero de administración y que en pocos años consigue el liderazgo de audiencia.
    En 1989 fue nombrado director general de Antena 3 Televisión y permaneció al frente de ambos medios hasta su dimisión en julio de 1992 cuando el grupo accionarial mayoritario del empresario Javier Godó vendió su participación a Prisa.
    En los siguientes años pasó a colaborar con la Cadena COPE, en el programa La linterna y luego en La Mañana de Cope, hasta 2002 cuando abandonó la emisora.
    Luego escribió una columna diaria en Estrella Digital (hasta 2009) y en ABC (desde 1996 hasta pocas semanas antes de su fallecimiento). Desde 2002 colaboró en el programa Protagonistas primero en Onda Cero y luego en Punto Radio y desde 2010 fue columnista del diario Republica.com.
    El 30 de agosto de 2013 falleció en la Clínica de La Concepción de Madrid, a los 72 años de edad.
    Otros periodistas destacados son:
    Pilar Cernuda,María Antonia Iglesias,Cristina Saavedra,,Jesús Mariñas,Chelo García-Cortés,María Patiño,Julia Otero,Fernando Ónega,Antón Losada,María Rey,Pepe Domingo Castaño,Josemi Rodríguez-Sieiro,Ricardo Outeiriño,Xabier Fortes,Alberte González Patiño,Fernando González «Gonzo»

    Médicos
    Juan Rof Carballo
    (Lugo, 11 de junio de 1905 – Madrid, 12 de octubre de 1994) fue un médico y ensayista español, padre de la medicina psicosomática y miembro de la Real Academia Española, encuadrado dentro de la llamada Generación del 36.
    Juan Rof Carballo

    Doctor en Medicina, cursó estudios en Santiago de Compostela (donde participa en el Seminario de Estudos Galegos, colabora con las revistas Ronsel y A Nosa Terra y se relaciona con las más destacadas personalidades de la medicina y la cultura gallega, como Juan José López Ibor, Domingo García-Sabell, José Otero Espasandín, Jesús Bal y Gay, Carlos Maside, Rafael Dieste, Vicente Risco, Otero Pedrayo o Castelao), Barcelona y Madrid antes de proseguir su formación en el extranjero, concretamente en Viena, a donde llegaría en 1932 gracias a una beca de la Junta para la Ampliación de Estudios (JAE).
    Tras unos estudios en Colonia —junto al físico Hans Eppinger— y Praga, regresa a España en 1933 para doctorarse -lo hace con una tesis sobre los ácidos grasos insaturados, obteniendo Premio Extraordinario con la máxima calificación- y trabajar junto a Carlos Jiménez Díaz en Madrid. Su trayectoria formativa se caracterizó por un continuo cambio de ciudad de residencia debido a su decisión de formarse siempre junto a los mejores maestros en los ámbitos en los que estaba interesado (antes de su marcha al extranjero sería discípulo de Roberto Novoa Santos en Santiago —de cuya mano se inició en la patología general—, de August Pi i Sunyer en Barcelona y de Gustavo Pittaluga Fattorini en Madrid).
    El estallido de la Guerra Civil Española en 1936 le sorprenderá en Berlín, y no regresará a España hasta el fin de la contienda. Durante ese período trabaja en Viena —junto a Carl Sternberg—, Copenhague y París —en el Hospital de la Pitié-Salpêtrière—. Tras su regreso a España vuelve a trabajar junto a Jiménez Díaz, fundando ambos lo que más tarde sería la Clínica de la Concepción, y obtiene una beca de la Fundación Rockefeller para estudiar junto a Francisco Grande Covián (destacado discípulo de Juan Negrín antes de la guerra, en cuyo laboratorio tuvo como compañero a Severo Ochoa) el déficit nutricional en los niños de la posguerra en Vallecas. Permanecería con Jiménez Díaz hasta 1948, año en que Rof Carballo decide abandonar la colaboración debido a diversas discrepancias.
    Fruto de esos años son sus numerosos trabajos clínicos, así como un Formulario clínico que, en su momento, rellenó una laguna importante en la profesión médica nacional. Sin embargo, a partir de 1945 comienza a interesarse fuertemente por la antropología médica, lo que marcará su trayectoria en adelante, convirtiéndole en una autoridad mundial en las dimensiones psicológicas de las relaciones interpersonales. Sería, asimismo, el principal introductor en España —tras abrir el camino Ortega y Gasset años antes— del psicoanálisis de Freud —a quien Rof conoció en sus años en Viena— y su estudio crítico, combinado y en comparativa con las teorías de Carl Gustav Jung y su discípulo Erich Neumann.
    En 1949 publica su famosa obra Patología psicosomática (primer tratado integral publicado sobre el tema; sería publicado en todo el mundo y brindó un amplio reconocimiento internacional a su autor), y a partir de 1950 empieza a colaborar estrechamente con Gregorio Marañón, quien le definía como un «francotirador del espíritu».
    Con Cerebro interno y mundo emocional (1952) y Urdimbre afectiva y enfermedad (1964) se cierra la trilogía fundamental de Juan Rof Carballo en cuanto a la medicina psicosomática.
    Entre sus ensayos destacan títulos como Entre el silencio y la palabra (1957), Violencia y ternura (1967), Signos en el horizonte (1972), El hombre como encuentro (1973) o Los duendes del Prado (1990). Su principal obra escrita en gallego es Mito e realidade da terra nai (1957; reeditada en 1989).
    A pesar del respeto que le mostraban sus contemporáneos intelectuales —Ortega y Gasset calificó su obra Patología psicosomática de «volumen catedralicio»—, tan sólo en los últimos años de su vida comenzaría a ver parte del reconocimiento que su personalidad y su obra merecen, cuando fue nombrado en primer lugar miembro de la Real Academia Nacional de Medicina y, en 1984, miembro de la Real Academia Española. Su candidatura a la RAE fue apadrinada por Julián Marías, Joaquín Calvo Sotelo y Manuel Díez-Alegría. Además de su nombramiento como Hijo Predilecto de Lugo (distinción solamente otorgada a otras tres personalidades más de la ciudad), en 1972 sería elegido «lucense del año» (al igual que lo había sido su padre algunos años antes) y en 1986 galardonado por la Junta de Galicia con la Medalla Castelao. Rof Carballo obtendría un año más tarde el Premio Centenario Gregorio Marañón, otorgado por la Fundación Hombre. En 1991 fue nombrado miembro de una nueva institución, la Real Academia de Doctores. También fue fundador y presidente del Instituto de Medicina Psicosomática, presidente del Instituto de Ciencias del Hombre y miembro de la Junta Directiva del Capítulo Español del Club de Roma.
    En el ámbito académico, fue profesor ayudante universitario durante ocho años (1928–1936) en la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Madrid —actual Universidad Complutense— (hasta que renunció a la docencia tras serle denegada la cátedra en varias ocasiones debido a sus distancias con el régimen franquista), jefe del Laboratorio de Investigaciones Clínicas en la mencionada facultad (1926–1936) e impartió numerosas conferencias a lo largo de su vida, tanto en centros y clínicas especializadas como en el ámbito universitario. Destacaron sus cursos de patología psicosomática en Uruguay, Brasil, Argentina y otros países de Latinoamérica, donde su prestigio le valió ser nombrado miembro de honor de la Asociación Médica Argentina, de la Asociación Argentina de Antropología Médica y de la Sociedad de Neurología de Montevideo.
    Su mayor legado consiste en una nueva concepción de las relaciones entre médico y paciente (para Rof, la medicina psicosomática «nace de la falta de prisa del médico»), aportando nuevos métodos —más próximos a la psicología que a la medicina en sí— en el trato a los enfermos, lo que le llevó a ser considerado no exactamente como un doctor, sino más bien como una especie de «curador», como lo definía Domingo García-Sabell. Para Francisco Umbral, estaba «entre Freud de la calle Ayala y curandero galaico».
    Celestino Fernández de la Vega explicaba de la siguiente manera, en un artículo publicado en 1969, una de las concepciones claves en la obra rofiana: «Muchos ámbitos de la biología, de la medicina y de la antropología ha explorado Juan Rof Carballo para tomar conciencia de que, por razones psicobiológicas, el hombre es constitutivamente un diálogo con sus antepasados, un diálogo con el mundo histórico que lo recibe y un diálogo con el prójimo que le permitirá conocerse y reconocerse dentro de la sociedad». Rof fue también defensor convencido, al igual que su amigo Xavier Zubiri, del clave e indisoluble vínculo entre alma y cuerpo.
    Colaborador habitual del diario ABC, la «tercera» de Rof Carballo llegó a gozar de un gran reconocimiento. También escribía con frecuencia en las más prestigiosas revistas culturales de la época, como Cuadernos para el Diálogo —dirigida por Joaquín Ruiz-Giménez— o Revista de Occidente —fundada por José Ortega y Gasset y que continuó publicándose bajo la dirección de sus descendientes—. Admirador de Proust, Rilke, Mozart o Vermeer, la literatura y el arte han estado siempre muy presentes en los escritos de Rof Carballo. Dentro de la literatura gallega, fue uno de los principales representantes del llamado «grupo Galaxia», que dio lugar a la editorial Galaxia en 1951; su gran preferencia en este ámbito era Rosalía de Castro, a quien dedicó un capítulo de la obra colectiva Siete ensayos sobre Rosalía (1952) bajo el título «Rosalía, ánima galaica».
    Falleció en Madrid el 11 de octubre de 1994. A su muerte, el presidente de la Real Academia Española, Pedro Laín Entralgo, escribía en ABC: «Un trozo importante de mi vida se va con él. Y también una valiosa fracción de la vida española. (...) Dolor de amigo y pena de español me ha traído su muerte». Fernando Lázaro Carreter, por su parte, le recordaba así: «Rof Carballo fue una persona que me honró con su amistad. Era un hombre de estricta formación germánica y poseía una actividad técnica muy competente».
    Tras su fallecimiento su sillón en la RAE, el «L», sería ocupado a partir de entonces por el futuro Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, quien en su discurso de ingreso en la institución recordaba a Rof como «científico y pensador, amante de la filosofía y la literatura, políglota, ensayista y merecedor de respeto y admiración por sus cuatro costados (...) olfato de lector zahorí al analizar a los grandes autores de nuestro tiempo, como Proust y Rilke, a quienes dedicó un efusivo ensayo en la lengua de su tierra natal, Galicia, que, sin duda, manejaba con la misma destreza que el español. Don Juan Rof Carballo fue un mantenedor de esa noble tradición de los médicos humanistas, tan arraigada en Occidente y a la que debe tanto la cultura de Europa y la de España en particular».
    En junio de 2005, con motivo del centenario de su nacimiento, fue descubierta por su hermana Carmen Rof Carballo una placa conmemorativa en su casa natal de Lugo. Una calle de dicha ciudad, así como una plaza de Madrid, llevan hoy su nombre.
    Su trayectoria fue el tema de la tesis doctoral llevada a cabo por Luis Jódar Martín-Montalvo, bajo el título Pensamiento y obra de Juan Rof Carballo, y defendida en 1992 en la Universidad Complutense de Madrid. En la actualidad su obra es objeto de diversos estudios y su popularidad póstuma sigue aumentando a un ritmo veloz.
    Hijo de uno de los más importantes veterinarios del siglo XX en España, Juan Rof Codina —catalán afincado en Galicia durante la mayor parte de su vida—. Su hermana Concepción será Catedrática de Historia de la Farmacia en la Universidad de Barcelona y miembro de la Real Academia de Farmacia de Cataluña, mientras que la más pequeña, Carmen, fundará y presidirá en la provincia de Lugo la asociación Acción Católica, principal movimiento religioso existente en España durante el franquismo sin estar vinculado al régimen. Su sobrino Jesús Sancho Rof, hijo de la otra de sus tres hermanas —María—, será ministro en diversas carteras en los gobiernos de UCD durante las presidencias de Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo-Sotelo.

    Eduardo Martínez Alonso (Lalo)
    (Vigo, 1903 - Madrid, 1972) fue un médico español conocido por su labor humanitaria durante la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial.
    Eduardo Martínez Alonso

    Hijo de una familia burguesa de Vigo, su abuelo era Antonio Alonso Santodomingo, industrial conservero fundador de la empresa "Palacio de Oriente", su padre era cónsul general de Uruguay. Su padre estuvo destinado inicialmente en Glasgow, donde Eduardo se traslada con ocho años (1912) y posteriormente en Liverpool en el año 1918. En Liverpool es en donde Eduardo cursó estudios de Medicina en la Universidad de Liverpool.
    Una vez finalizados sus estudios, Eduardo Martínez Alonso se traslada a Madrid, donde a través de contactos de su familia entra a trabajar en el hospital de la Cruz Roja. Allí prospera, monta una consulta propia y se convierte en el médico de las embajadas del Reino Unido y los Estados Unidos. También contrae matrimonio por primera vez con una mujer británica, que posteriormente lo abandona y marcha al Reino Unido.

    Periodo de Guerras

    su profesión de médico le permitió trabajar como médico de campaña durante los años de la Guerra Civil Española en la Cruz Roja, consiguiendo participar indistintamente en los dos bandos, una vez finalizada la guerra regresa a su profesión de médico ejerciendo dicha profesión en Vigo y Madrid.
    Durante la actividad de su padre en los años de la Guerra Civil española, su hija Patricia declaró:
    "En el desbarajuste posbélico, la mejor seña de identidad era la clasificación social, y él encajaba fácilmente en esa España conservadora y extremadamente clasista de la posguerra. Porque Lalo era un señorito. Mal que bien, se podría definir como un burgués que ejercía la medicina en Madrid sin vínculos dudosos con las izquierdas o la Segunda República"
    En Madrid comienza a frecuentar el salón de té "Embassy" en el Paseo de la Castellana, dicho salón no era más que una tapadera de los servicios de inteligencia británicos que en aquellos años operaban en España; en dicho salón Eduardo tenía reuniones frecuentes con su amigo Alan Hillgarth (agregado naval y encargado por Winston Churchill de coordinar el servicio secreto británico en España).
    En el año 1939 se ofrece como voluntario para colaborar con Gran Bretaña, pero el agregado militar de la embajada británica en Madrid le pide que permanezca en España y partir de entonces ejerce como médico de la embajada británica en Madrid.
    Sus primeras labores como agente del servicio secreto británico fue la liberación de 365 presos polacos en el Campo de concentración de Miranda de Ebro; debido a su condición de médico Eduardo acudía los fines de semana al campo para comprobar el estado de salud de los internos extranjeros retenidos en dicho campo (en esas visitas les llevaba ropa, comida, tabaco, etc.); y la estrategia que Eduardo utilizaba para liberarlos era la emisión de informes médicos falsos alegando que los reclusos habían contraído afecciones graves, y redactaba una carta recomendando a las autoridades españolas su evacuación, por razones humanitarias o para evitar contagios.
    En el año 1942 le informa a su entonces novia (Ramona de Vicente) que tenía ocultos a dos refugiados judíos para que pudieran pasar la frontera con Portugal; una vez casados tuvieron que pasar su luna de miel en Lisboa, ya que la Gestapo estaba tras la pista de Eduardo, el siguiente destino fue Londres en donde el Ministerio de la Guerra Británico recluta a Eduardo para entrenarlo y es a partir de entonces cuando colabora desde Londres con las redes clandestinas.
    Durante los años de la segunda guerra mundial estas redes clandestinas operan sacando refugiados a través de Gibraltar y Galicia, para ello Eduardo pone a su disposición su piso de Vigo y su casa de Redondela; en dichos inmuebles los refugiados se ocultaban esperando el momento de poder pasar la frontera portuguesa a través de Río Miño pasando la frontera por Tuy (Provincia de Pontevedra), realizando dichas operaciones en colaboración con la guardia Portuguesa. Otra de las vías de escape de los refugiados eran los marineros gallegos que en sus embarcaciones llevaban a los refugiados a salvo hasta los buques de la marina real británica.
    Se estima que las redes de escape utilizadas en la frontera gallega con Portugal sirvieron para salvar la vida a aproximadamente 30.000 personas perseguidas por el Tercer Reich.
    Según manifestó su hija Patricia, las rutas de escape eran variadas:
    "a veces, mi padre se llevaba a alguno de estos refugiados a su piso de soltero de Madrid. Pero sobre todo a La Portela, la casa que la familia tenía en Redondela (Pontevedra) con acceso directo a la playa. Mi abuela le comentaba a mi padre: “estos amigos, que callados son”. Y él le explicaba que, como venían de la guerra, estaban muy afectados”. Horas después, los amigos silenciosos habían desaparecido"
    Además Patricia también indicó que la cooperación entre las personas y su mutua confianza era fundamental para realizar de forma satisfactoria las rutas de escape:
    "confiaban en el compañero, en el amigo, en el “o me ayudas tú o no tengo otra solución”. Y funcionó con mi padre, con los contrabandistas que recogían a sus refugiados y los llevaban hasta sus domas, y hasta con la cocinera de La Portela, a la que mi padre le explicó que eran personas a las que iban a matar"

    Después de la Guerra

    Una vez finalizado el conflicto bélico Eduardo y su mujer regresan a Madrid en donde trabajó para la Cruz Roja hasta su fallecimiento en el año 1972.
    En 1947 Eduardo Martínez Alonso fue condecorado con la "Medalla al Valor del gobierno británico" (King George Medal for Courage) y en 1958 nombrado Miembro de los "caballeros de la Cruz de oro del mérito" por el gobierno polaco en el exilio.
    En 1947 la Federación de Comunidades Judías de España nombró a Eduardo Martínez "benefactor de los judíos que se salvaron durante el Holocausto"; una vez conocida la noticia, Ted Pahle declaró:
    "Un médico que ayudó a curar al mundo lo mejor que pudo, a pesar del gran peligro que corría. Sencillamente: un héroe…. Lleno de valor y coraje"
    En 2010 el doctor Mordechai Kremer de la Universidad de Jerusalén por indicación del biógrafo de Eduardo Martínez junto con la hija del mismo Patricia Martínez, solicitaron al Yad Vashem de Jerusalén el reconocimiento a Eduardo Martínez como Justo entre las Naciones en reconocimiento a su labor humanitaria y al salvamento de judíos durante el holocausto.
    En 2011 la Asociación Gallega de Amistad con Israel (A.G.A.I.) solicitó al ayuntamiento de Vigo y a su alcalde Abel Caballero que le conceda el nombre de una calle o una plaza a Eduardo Martínez Alonso

    Genaro Borrás Sanjurjo
     (Vigo, 26 de diciembre de 1945 - Vigo, 15 de mayo de 2008) fue un médico gallego especializado en medicina deportiva y conocido por ser el médico de la selección española de fútbol y del Real Club Celta de Vigo.
    
    Genaro Borras
    
    Nacido en Vigo el 26 de diciembre de 1945, se licenció en medicina en la Universidad de Santiago de Compostela y además también se especializó en traumatología y cirugía ortopédica en la Universidad Complutense de Madrid, aunque fue principalmente conocido por su dedicación a la medicina deportiva.
    En 1981 se convirtió en el jefe médico del Real Club Celta de Vigo (cargo que desempeñó hasta el año 2006), debido a que estaba considerado uno de los mayores especialistas de España en medicina deportiva en la especialidad de traumatología y cirugía ortopédica; en el año 1991 pasó a ser el médico de la selección española de fútbol (en donde coincidió con los siguientes seleccionadores: Vicente Miera, Javier Clemente, José Antonio Camacho, Iñaki Sáez y Luis Aragonés).
    Con la selección española de fútbol participó en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 (en donde la selección española consiguió la medalla de oro), así como los mundiales de Francia 1998, Corea del Sur / Japón 2002, Alemania 2006 y las eurocopas de Inglaterra 1996, Bélgica / Países Bajos 2000 y Portugal 2004.
    Durante la guerra de Yugoslavia atendió personalmente a diversos refugiados de dicha guerra en su consulta privada de Vigo. Dejó su puesto en el club vigués en el año 2005.
    Además también fue el fundador de la Asociación Española de Médicos de Fútbol.
    El doctor Borrás falleció a consecuencia de un cáncer en mayo de 2008, durante su multitudinario funeral en Vigo; acudieron numerosas personalidades del mundo del deporte y la política como: Miguel Angel Lotina, Iker Casillas, Raúl González Blanco, Míchel Salgado, Goran Đorović, Angel María Villar, Abel Caballero, Carlos Mouriño, Alfonso del Corral, Patxi Salinas, Carmela Silva, Lázaro Albarracín, Luis Uranga, Álvaro Pino, Luis Aragonés, Corina Porro, Alberto Núñez Feijóo o Vlado Gudelj, entre muchos otros.
  • Vigués Distinguido (distinción otorgada por el Ayuntamiento de Vigo).
  • Medalla de Plata de la Real Orden del Mérito Deportivo (Abril de 2009).
  • Distinción al Mérito Deportivo de Galicia otorgada por la Xunta de Galicia (Mayo de 2011).
  • Trofeo Memorial Genaro Borrás


  • Científicos
    Antonio Casares Rodríguez
     (Monforte de Lemos, 28 de abril de 1812 - Santiago de Compostela, 12 de abril de 1888) fue un químico gallego.
    Antonio Casares Rodriguez

    Desenvolvió su intensa vida científica y académica en Galicia. Fue el primer titular de la Cátedra de Química en la Universidad de Santiago. La ocupó a raíz de su creación por el plan de estudios de 1845, hasta su muerte en 1888. Realizó investigación aplicada a la industria, a la agricultura y a la medicina y estudio de los métodos de análisis, del que es uno de los iniciadores en España. Además, fue uno de los iniciadores de la espectroscopia peninsular. En 1866 aparece su Tratado práctico de análisis químico de las aguas minerales y potables.
    Otros científicos a destacar son:
    Luis Hueso,Luis Liz Marzán,Miguel López,Rubén Nogueiras,Jorge Mira,José Luis Mascareñas,David Posada,José Rivas Rey,Felix Vidal

     Politicos

     Eugenio Montero Ríos,
    compostelano y luego vinculado a la ciudad de Pontevedra, donde se conserva su palacio de temporada de estilo modernista-afrancesado, un impresionante inmueble rodeado de un frondoso jardín que llegó a convertirse en una verdadera meca de la política española, sede incluso de tertulias y reuniones del Gobierno.

    Montero Ríos fue presidente del Gobierno durante el reinado de Alfonso XIII, en el convulso turnismo entre liberales y conservadores que produjo constantes cambios al frente del Consejo de Ministros. Republicano, de izquierdas y liberal, apenas gobernó seis meses (junio-diciembre de 1905), abandonando su cargo por un enfrentamiento que mantuvo con el rey.
    Ministro también de Gracia y Justicia durante la etapa de Amadeo I, así como de Fomento durante la Regencia de María Cristina -firmó el Tratado de París con Estados Unidos en 1898-, Montero Ríos pertenecía a una amplia familia en base a la que estableció una red caciquil y clientelar, con dos de sus yernos como protagonistas de la política de la época.

    José Canalejas
    José Canalejas Méndez (Ferrol, 31 de julio de 1854-Madrid, 12 de noviembre de 1912) fue un abogado y político regeneracionista y liberal español. Siendo presidente del Consejo de Ministros, murió asesinado en un atentado terrorista, siguiendo la estela de Juan Prim en 1870 y de Antonio Cánovas del Castillo en 1897, aunque no sería el último.

    Fue ministro de Fomento, de Gracia y Justicia, de Hacienda y ministro de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas durante la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena y presidente del Consejo de Ministros y nuevamente ministro de Fomento y ministro de Gracia y Justicia durante el reinado de Alfonso XIII. Fue elegido presidente del Congreso de los Diputados de España durante la Legislatura de 1906-1907.
    Nació en Ferrol, provincia de la Coruña, el 31 de julio de 1854. Era hijo del ingeniero de los ferrocarriles y director del periódico El Eco Ferrolano José Canalejas y Casas y de María del Amparo Méndez Romero. Cursó sus primeros estudios en el Colegio de Santoja. Niño prodigio, a los diez años tradujo del francés y publicó una pequeña obra titulada Luis o el joven emigrado. A la edad de once años era ya corresponsal político de prensa con el pseudónimo de El cantor de Mugardos. Se trasladó con su familia a Madrid donde cursó el bachillerato en el Instituto de San Isidro y obtuvo las licenciaturas de Derecho en 1871 y de Filosofía en 1872 en la Universidad Central de Madrid y el grado de doctor en ambas facultades. En 1873 era auxiliar de cátedra, pero fracasó en dos oposiciones a cátedra, por lo que abandonó la enseñanza. Ingresó en la compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Ciudad Real y a Badajoz, donde alcanzó el cargo de secretario general y defendió como abogado a la compañía en pleitos con otras empresas ferroviarias españolas.

    Carrera política

     
    Simpatizante del Partido Demócrata Progresista, de ideas republicanas, cuando se produjo la Restauración borbónica abandonó estas ideas para incorporarse al Partido Liberal de Sagasta, dirigido a la sazón por Cristino Martos y con el que participó en las elecciones de 1881 siendo elegido diputado por Soria. En los sucesivos procesos electorales continuó obteniendo acta de diputado por la citada circunscripción de Soria (1884), y por las de Cádiz (1886) y Alicante (1891-1907), renunciando en alguna ocasión a otros escaños conseguidos por Madrid y Ciudad Real y llegando a presidir la propia Cámara entre 1906 y 1907.
    Durante la Regencia, siempre en gobiernos presididos por Sagasta, fue ministro de Fomento entre el 14 de junio y el 11 de diciembre de 1888, ministro de Gracia y Justicia entre el 11 de diciembre de 1888 y el 21 de enero de 1890, ministro de Hacienda entre el 17 de diciembre de 1894 y el 23 de marzo de 1895 y, ministro de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas entre el 19 de marzo y el 17 de mayo de 1902, departamento desde el que impulsaría la creación del Instituto del Trabajo. Posteriormente, durante el reinado de Alfonso XIII, sería nuevamente ministro de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas entre el 17 y el 31 de mayo de 1902 también con Sagasta y ministro de Gracia y Justicia entre el 29 de junio de 1911 y el 12 de marzo de 1912 en un gabinete que él mismo presidió.
    Colaborador de La Democracia, fundó en 1890 el influyente diario Heraldo de Madrid.
    En 1897, preocupado por la situación en Cuba, viajó a la isla para tener información de primera mano del problema. Interesado en el conflicto, se alistó como un voluntario más a las listas del ejército y vistió el traje de rayadillo de la época. A sus 43 años, y después de haber sido ministro, luchó como un soldado más y obtuvo la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo.
     
    Una vez conocida la dramática situación de la Provincia de Cuba, volvió a España y presentó sus impresiones a Sagasta, el cual hizo caso omiso a sus recomendaciones. Un año después (1898) la provincia de Cuba fue invadida por los EE. UU. junto a las Islas Filipinas y Puerto Rico (que dependía administrativamente de Cuba en ese momento), en respuesta a la explosión del buque norteamericano Maine que se encontraba de "reconocimiento en la bahía de Cuba" (explosión de la cual se culpó a España, sin que nunca se probara su autoría). Una vez terminada y perdida la guerra, en 1902 fundó su propio partido, el Liberal-Demócrata, destacándose como cabeza de una corriente izquierdista que defendía ideas democráticas y de separación de la Iglesia y el Estado.

    Vida intelectual

    Su paso por la política vino acompañado también por una dilatada vida intelectual. Ya con diez años tradujo del francés la novela Luis, el joven emigrado trabajando también como profesor de Literatura. En 1875 publicó en dos tomos Apuntes para un curso de literatura latina. Tres años más tarde publicó el libro Derecho parlamentario comparado. En 1910 publicó el libro Estudios sobre las Regalías de la Corona de España. Además colaboró en prensa y dio muchas conferencias. Gran orador, presidió también la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y la Asociación de Escritores y Artistas Españoles durante el periodo de 1909 a 1912. Fue también el primer presidente de la Federación Gimnástica Española, actual Real Federación Española de Gimnasia, puesto que ocupó desde 1898 hasta 1900.
    José Canalejas recibió numerosas condecoraciones como las grandes cruces al Mérito Naval, Mérito Militar, Orden Civil de la Beneficencia y Carlos III; las medallas de la coronación del Rey, de Cuba, de Alburquerque y Villaviciosa; el Collar de la Torre y la Espada de Portugal; la Cruz de San Mauricio de Italia, la del León de Bélgica, la de San Carlos de Mónaco y la Nacional de Bolivia.

    Presidente del Gobierno

    Tras unificar transitoriamente las diversas corrientes que pugnaban en el interior del liberalismo, fue presidente del Consejo de Ministros entre el 9 de febrero de 1910 y el 12 de noviembre de 1912, periodo en el que habría de presidir hasta tres gobiernos desde los que impulsó un programa de reformas: abolió la Contribución de Consumos, estableció el servicio militar obligatorio y limitó la instalación de órdenes religiosas (Ley del candado). Visitó Marruecos con el rey Alfonso XIII en 1911 y ordenó la ocupación de Larache, Arcila y Alcazarquivir en respuesta a la ocupación francesa de Fez. Las negociaciones que inició con los franceses conducirían, poco después de su muerte, al establecimiento de un protectorado conjunto en Marruecos.
    Suprimió el impuesto de consumos, mejoró la legislación social e intentó resolver la cuestión catalana con un proyecto de Mancomunidad preparado con la colaboración de Enric Prat de la Riba. En materia de orden público, hubo de emplear la fuerza para reprimir el intento de sublevación republicana de 1911 (motín en la fragata Numancia y sucesos de Cullera) y la huelga ferroviaria de 1912.

    Asesinato

    No pudo llegar a realizar las esperadas reformas políticas que hubieran transformado el régimen existente en una verdadera democracia, acabando con el caciquismo y el fraude electoral. Falleció en la mañana del 12 de noviembre de 1912, asesinado por el anarquista Manuel Pardiñas Serrano cuando miraba el escaparate de la desaparecida librería San Martín en la Puerta del Sol  (actual número 6), a escasos metros de la esquina con la calle de Carretas. Desde entonces se abrió una larga pugna por el liderazgo del Partido Liberal, que desencadenaría su fin.
    Manuel Pardiñas
    A su funeral asistieron numerosas personas, tales como Álvaro Figueroa y Torres Mendieta, conde de Romanones, y Manuel García Prieto, marqués de Alhucemas, liberales en su mayoría. José Canalejas se encuentra enterrado en el Panteón de Hombres Ilustres, junto a la Basílica de Nuestra Señora de Atocha.
    Se realizó en 1912 un cortometraje semidocumental sobre su asesinato y entierro titulado Asesinato y entierro de don José Canalejas, dirigido por Enrique Blanco y Adelardo Fernández Arias, que fue la primera película interpretada por el actor José Isbert con 26 años en el papel de Manuel Pardiñas Serrano.




    Manuel Portela Valladares

    Manuel Portela Valladares (Pontevedra, 31 de enero de 1867 - Bandol, Francia, 29 de abril de 1952) fue un político español de ideología liberal y centrista. Fue ministro durante el reinado de Alfonso XIII y llegó a ser Presidente del Gobierno durante la Segunda República Española.
    Hijo de Juan Portela Dios y Teresa Valladares Rial, quedó huérfano de padre con sólo diez años. Fue acogido por su tía, Juana Portela Dios, mujer del impresor José Vilas García. Este matrimonio disfrutaba de una situación económica desahogada, lo que le permitió estudiar en el colegio de jesuitas de Camposancos en La Guardia, para posteriormente seguir la carrera de Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela.

    Se graduó en 1889 en la universidad compostelana. Hasta 1899 residió en la ciudad de Pontevedra, donde trabajó como redactor del Diario de Pontevedra, ejerció de juez municipal y fue decano del Colegio de Abogados. En 1898, con solo 31 años, consiguió plaza como registrador de la propiedad en Madrid.
    Instalado en Madrid, entró en el mundo de la política de la mano de Montero Ríos siendo elegido diputado a Cortes en 1905 por el distrito lucense de Fonsagrada, a pesar de no contar con el apoyo de las redes clientelares locales. Sin embargo, situación que lograría revertir durante su primer mandato y que le permitió consolidarse como diputado por este distrito. De este modo, mantendría su acta por Fonsagrada hasta el cierre de las Cortes tras el golpe de Primo de Rivera en septiembre de 1923. En 1909 fundó la Liga Agraria de Acción Gallega junto al que sería su líder, Basilio Álvarez, a quien le unió una gran amistad, y el periodista Alfredo Vicenti.
    Hombre de confianza de José Canalejas, fue nombrado en 1910 gobernador civil de Barcelona y dos años más tarde fiscal del Tribunal Supremo. La muerte de Canalejas lo dejó momentáneamente huérfano en el difícil panorama de luchas internas del Partido Liberal. Su estrategia fue centrarse en su papel de diputado de Fonsagrada y consolidar su situación en Barcelona, ciudad a la que trasladó su residencia. Así, en 1913 contrajo matrimonio con la aristócrata catalana Clotilde Puig y de Abaria, que le dio el título de conde de Brias y le proporcionó una importante fortuna. En la ciudad catalana desarrollaría, además, su vida masónica más activa, con el nombre simbólico de Voluntad. Perteneció a las logias Fénix y Liberación y promovió la formación de la Gran Logia del Nordeste, de la que sería Gran Maestre. En 1923 volvería a ocupar el gobierno civil de Barcelona y tras su cese ejerció como ministro de Fomento del último gabinete liberal de García Prieto anterior a la dictadura de Primo de Rivera.
    En 1924 fundó en Vigo El Pueblo Gallego, periódico democrático que abrió las puertas a intelectuales republicanos y galleguistas e hizo campaña a favor de una regeneración de la vida política española.
    En 1930, Portela Valladares fue uno de los firmantes del llamado Pacto de Barrantes, en el que participaron los más destacados líderes republicanos y galleguistas del momento en Galicia, como Ramón Otero Pedrayo y Castelao, con quien compartía la necesidad de autonomía para Galicia y a quien lo uniría una mutua relación de amistad y confianza. Portela promovió la reunión de Barrantes como respuesta al Pacto de Lestrove, que consolidó como cabeza del republicanismo gallego al coruñés Santiago Casares Quiroga, en un intento de mantener una posición de liderazgo en la política gallega de cara a la etapa que se avecinaba. Sin embargo, la tibieza del manifiesto respecto a la forma de gobierno que habría que adoptar en ella, dejó a Portela y a los galleguistas rezagados respecto a los firmantes de Lestrove.
    Durante la República fue desde 1931 a 1933 parlamentario por Lugo y en 1936 salió elegido por la provincia de Pontevedra.
    En 1935, bajo el gobierno derechista de Alejandro Lerroux, fue gobernador general de Cataluña (enero-marzo de 1935) hasta su nombramiento como ministro de la Gobernación en el mes de abril, cargo en el que se mantendría hasta septiembre. A finales de año, el presidente de la República Alcalá Zamora le encomendó la presidencia del Gobierno. El gobierno centrista que presidió ejerció sus funciones hasta la toma de posesión en febrero de 1936 del gobierno resultante de las elecciones generales, para las que organizó el Partido del Centro Democrático. Las elecciones fueron, precisamente, el principal cometido de este gobierno. Su misión era, por una parte, conseguir que entrase en el Parlamento una minoría de diputados de centro lo suficientemente amplia como para atemperar la polarización creciente del régimen, ejerciendo de contrapeso a los enfrentamientos de derecha e izquierda. Y por otra, garantizar que se produjese un relevo en el gobierno, con el temor de que un gobierno del bloque de derechas encaminase la república hacia un régimen autoritario, en la senda de la Austria de Dollfuss. A pesar de las presiones golpistas de los grupos derechistas, reconoció la victoria del Frente Popular y entregó el poder a los vencedores legítimos el 19 de febrero.
    Tras estallar ese mismo año la Guerra Civil, Portela Valladares permaneció leal a la República, siendo fiel a su ideología liberal y reformista, aunque previamente vivió un período de indecisión. La sublevación del 18 de julio. La situación de revolución que asoló a dicha ciudad tras el fracaso del golpe puso en peligro su vida, amenazado por elementos anarquistas por su posición económica y su ideología moderada, a pesar de su participación en la República. Por esa razón se vio obligado a huir a Francia. Los primeros meses los pasaría en Niza, refugio de exiliados de la retaguardia republicana, por lo que en un primer momento las noticias que recibía de España se limitaban a los desmanes cometidos en esta zona. Ajeno a lo que sucedía en la retaguardia nacional y presionado por su esposa, monárquica y antirrepublicana, se planteó el contacto con Franco para garantizar su regreso a España sin peligro de su vida. Sin embargo, su condición de liberal, su actuación en las elecciones de 1936 y su relación con la masonería lo convertían en persona non grata para los golpistas, que ordenaron la incautación de sus bienes en zona nacional, como su diario, El Pueblo Gallego, que pasó a manos de Falange. Los problemas económicos y la diferencia de posiciones políticas provocó la separación del matrimonio Portela-Puig. Después de abandonarlo, la condesa regresó a España a la zona nacional, donde renegó públicamente de Portela Valladares, consolidando su imagen de masón traidor a la patria. Tras su separación, Portela trasladó su residencia a París, donde entró en contacto con los republicanos a España. El gobierno republicano de Juan Negrín solicitó sus servicios, intentando asegurar su asistencia a las Cortes de Valencia. El apoyo de políticos moderados y de talante democrático reconocido internacionalmente se antojaba necesario para el gobierno, en un intento de deshacerse de su imagen de radicalidad y desorden que difundían los rebeldes para garantizar el descrédito de los republicanos y justificar su golpe de estado. Portela participó en las cortes de Valencia reunidas en octubre de 1937 y se encargó de presidir el trust que financiaba el SERE (Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles). El compromiso público de Portela con el gobierno republicano y su asistencia a las Cortes de Valencia provocó una campaña de descrédito de su persona por parte de la prensa franquista, cuyos mayores golpes de efecto fueron las declaraciones en su contra de su esposa y la publicación de la carta que antes de su separación había escrito Portela para tantear sus posibilidades de regreso. Esta campaña consolidó la imagen del Portela traidor a la patria para el bando franquista y debilitó su posición pública en el bando republicano, a pesar de lo cual se mantuvo políticamente activo y en contacto con aquellos republicanos ocn los que había trabajado a lo largo de su vida.
    Finalizada la contienda en 1939, se vio obligado a salir de nuevo para Francia. Intentó trasladarse a América Latina, donde se refugiaron la mayoría de sus amigos, pero su condición de liberal y las presiones de la España franquista impidieron que consiguiera el visado. Perseguido por la Francia de Vichy, se vio obligado a trasladarse de París al sur del país, donde vivió la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial bajo arresto domiciliario. Además, fue apresado por la Gestapo y permaneció una semana detenido en condiciones pésimas en el Castillo de If, en Marsella. Aunque el régimen franquista instalado en España solicitó su extradición, esta no fue concedida, lo que probablemente le salvó la vida.
    Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, recuperó el contacto con sus compañeros en el exilio americano. Participó con Castelao en el Consejo de Galicia y se rumoreó su nombre para ocupar el cargo de ministro sin cartera representante de los galleguistas en el gobierno Giral de 1946. Pero la oposición de los galleguistas de interior, que desconfiaban de él tras la campaña de descrédito organizada por la publicística franquista, vetó tal posibilidad. Desde entonces y hasta su muerte se dedicó a poner en orden sus papeles, escribiendo sus memorias y sus previsiones y consejos con la esperanza de una democracia futura para España. Mantuvo el contacto personal y postal con los dirigentes republicanos, así como su influencia entre sus partidarios y compañeros políticos. Falleció en el exilio en Bandol, cerca de Marsella, en 1952.

    Santiago Casares Quiroga
    Santiago Casares Quiroga (La Coruña, España, 1884 - París, Francia, 1950) fue un abogado y político español de ideología republicana y galleguista que, tras gestionar diversos ministerios durante la Segunda República, desempeñó el cargo de Presidente del Gobierno entre mayo y julio de 1936.

    Líder y fundador de la Organización Republicana Gallega Autónoma (ORGA), participó en el Pacto de San Sebastián (1930), una plataforma integrada por los principales partidos de la oposición a la dictadura de Primo de Rivera para propiciar la caída de la monarquía de Alfonso XIII mediante un movimiento insurreccional que proclamaría la República, en representación de la Federación Republicana Gallega. Esta era una plataforma republicana formada por la ORGA junto con otras fuerzas republicanas gallegas como el Partido Radical, los federales, los radical-socialistas. En diciembre de ese año, fue enviado a Jaca como delegado del Comité Revolucionario Nacional (CRN) en la clandestinidad para evitar que el capitán Fermín Galán Rodríguez —encargado de sublevar la guarnición de la localidad pirenaica dentro del plan general— se anticipase a la fecha acordada por el CRN dando con ello al traste con el plan del Comité. Casares Quiroga llegó de madrugada a Jaca, pero adujo estar cansado para no informar a Galán hasta el día siguiente, con lo que la sublevación tuvo lugar en Jaca al alba, con éxito efímero. A consecuencia de ello, Casares Quiroga fue encarcelado.
    Con la proclamación de la República fue nombrado Ministro de Marina en el gobierno provisional y más tarde de Gobernación. Elegido diputado en las Cortes Constituyentes por la ORGA, siguió siendo Ministro de Gobernación durante el bienio socialista-republicano (1931-1933) presidido por Manuel Azaña, del que Casares era amigo personal.
    Elegido diputado de nuevo en 1933, en 1934 une su partido (renombrado Partido Republicano Gallego en 1932) con el de Azaña y otras fuerzas para crear Izquierda Republicana, partido que se integraría en el Frente Popular. Casares Quiroga renovó su acta de diputado en las elecciones de febrero de 1936 y fue nombrado Ministro de Obras Públicas. Tras el acceso de Azaña a la presidencia de la República, Casares Quiroga fue nombrado presidente del Consejo de Ministros y ministro de la Guerra (mayo de 1936). Como presidente, organizó el referéndum sobre el Estatuto de Autonomía de Galicia (el tercero propuesto durante la República tras los de Cataluña y el País Vasco), el cual fue aprobado el 28 de junio de 1936. Según se recoge en la Causa General, y declaró Aniceto Castro Piñeiro, guardia de asalto que participó en la detención, secuestro y asesinato de Leopoldo Calvo Sotelo, fue, junto con José Alonso Mallol, uno de los miembros del gobierno que dio la orden de cometre el crimen. Seguía siendo presidente del Consejo de Ministros cuando se produjo la sublevación militar del 17 de julio de 1936, que desembocaría en la Guerra Civil Española. Incapaz de darle la importancia que merecía ni de hacer frente a la sublevación, dimitió y fue sustituido por Martínez Barrio, al frente de un gobierno que no llegó a tomar posesión, y por José Giral definitivamente. La historiografía ha afirmado mayoritariamente que se negó a entregar las armas a las organizaciones obreras. Las memorias de su hija María Casares afirman que no fue así.
    No ocupó ningún cargo más durante la Guerra Civil, de modo que marchó a Francia junto con Azaña y Martínez Barrio tras la caída de Cataluña. Murió en el exilio en [1950.


    Pablo Iglesias Posse
    Pablo Iglesias Posse (Ferrol, La Coruña, 18 de octubre de 1850-Madrid, 9 de diciembre de 1925) fue un político marxista español, fundador del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y de la Unión General de Trabajadores (UGT). Considerado el padre del socialismo en España, la figura de Pablo Iglesias es reivindicada y mantenida por la Fundación Pablo Iglesias.

    Hijo de Pedro Iglesias y de Juana Posse, después de la muerte de su padre, Pablo, su hermano menor, Manuel (que más tarde moriría de tuberculosis), y su madre se marcharon a Madrid. El viaje lo hicieron a pie su madre y él, mientras que su hermano pequeño fue enviado con antelación. Al llegar a Madrid, donde esperaban acogerse a la ayuda de un familiar, el hermano de su madre que trabajaba en esa ciudad, se encontraron que éste había fallecido y estaban desamparados. Se instalaron en una buhardilla en el número 8 de la calle de la Morería. Apenas un año después de su llegada a Madrid, Pablo fue internado en el Real Hospicio General de Pobres del Ave María y Santo Rey Don Fernando. Este hecho afectaría fuertemente a su salud y le condicionaría para el resto de su vida, sufriendo gran número de achaques heredados de las duras condiciones de su infancia. Allí aprendió el oficio de tipógrafo, al comenzar a colaborar desde 1861 en la elaboración del periódico matutino La Iberia, que circulaba desde el año 1854. Allí también entabló relación con Augusto Burgos, redactor y colaborador en revistas como Revista Mensual de Agricultura, El Fomento, Miscelánea o el Boletín de Agricultura, Industria y Comercio. Burgos incluso propuso la adopción de Pablo Iglesias, pero la fuerte relación del joven con su madre lo impidió.
    En la Navidad de 1862, el joven Pablo se escapó a ver a su madre a la pequeña buhardilla de la calle Morería, lo que le supuso fuertes castigos, ya que la elaboración de la revista en el hospicio impedía abandonar el centro durante esos días a los muchachos que trabajaban como tipógrafos y aprendices. Este episodio en su vida, fue clave para el devenir del líder obrero. Apenas un año después, el 23 de mayo de 1863, fue dado de baja en el registro del hospicio tras escaparse una vez que adquirió la habilidad necesaria para mantener a su familia. Acabando sus estudios primarios y de tipografía, entró a trabajar en una imprenta a la vez que asistía a clases nocturnas de francés pagadas por él mismo.

    Comenzó a trabajar en una imprenta situada entre Ancha de San Bernardo y la Calle del Álamo, frente a la universidad. En esta imprenta se llevaba a cabo el Diario Universal, aparecido el 2 de enero de 1863. Pasando por otras pequeñas imprentas madrileñas. Donde tras años de trabajo consigue desarrollar un círculo de compañeros que quedará definitivamente cerrado tras el ingreso de Pablo Iglesias en la sección de tipógrafos de la Federación Madrileña de la Internacional.
    Durante el Sexenio Revolucionario (1868-1874). Comienza su formación de tipo autodidacta. La precariedad constante en la que vivía junto a su familia debido al pequeño salario de aprendiz de tipógrafo, no le permitían acudir a las constantes tertulias como si lo hacían tipógrafos asentados. Aun así, comenzó a asistir a las charlas académicas impartidas en los locales del Colegio Internacional o el de San Carlos, donde escuchó a Francisco Giner de los Ríos o a Miguel Echegaray y Raimundo Fernández Villaverde. No obstante, Joan Serrallonga ha admitido que no será esta la verdadera formación del joven tipógrafo, sino que irá llegando progresivamente a lo largo de las relaciones y lecturas que entablará a lo largo de las últimas tres décadas del s.XIX.
    La asistencia de Pablo Iglesias a las clases impulsadas por el ministro Manuel Ruiz Zorrilla en los locales pertenecientes al Ministerio de Fomento, dotarían a Pablo Iglesias de las herramientas necesarias para la articulación de sus pensamientos. Si bien es cierto, no se llevaba a cabo una enseñanza reglada, se abordaban gran diversidad de temas y grados de comprensión, incluyendo los elementos más básicos del lenguaje francés.
    Uno de los hitos en la vida de Pablo Iglesias llegará el día 26 de junio 1870, momento en el cual los tipógrafos madrileños le elegirán junto a otros dos compañeros, como delegado al consejo local de la AIT. Apenas un año después, aparecerá el primer escrito de su autoría en el boletín Solidaridad titulado «La Guerra». Un alegato al pacifismo que ha pasado a la historia del socialismo español no sólo por ser el primer texto publicado por Pablo Iglesias, sino por ser uno de los primeros artículos críticos con la idea de la guerra y las repercusiones que con ellas sufría el Estado y la Clase Trabajadora. En 1874 fue elegido a la presidencia de la Asociación General del Arte de Imprimir.
    Serán estos años de persecución y violencia, como la acaecida contra la reunión de los internacionalistas, encontrándose en ella Pablo Iglesias, el día 2 de mayo en el Café Internacional. Este suceso, orquestado y tolerado por el Ministerio de Gobernación, hizo comprender a las sociedades obreras, que la postura sería muy dura contra ellos. Será durante estos años cuando aparezca el periódico semanal La Emancipación, que servirá como nexo a los grupos obreros madrileños, editado en sus primeros momentos desde Lisboa, debido a la represión que se estaba desarrollando contra la Internacional.
    El ascenso al poder de Sagasta en 1881 será clave para el endurecimiento del control sobre las organizaciones obreras pertenecientes a la Internacional, sólo defendidas en las Cortes por Pi i Margall. Pero el movimiento de las tesis obreristas se hará imparable con el establecimiento de Paul Lafargue, teórico revolucionario marxista y médico, casado con la hija de Karl Marx, Laura Marx. A partir de este momento. Pablo Iglesias iniciará correspondencia con Friedrich Engels. Serán los años que fragüen el ideal del Partido Socialista Obrero.
    Tras su ingreso en la Federación Madrileña de la AIT, comenzó a sufrir persecuciones y despidos por parte de distintas imprentas hasta que en 1874 consiguió acceder a la presidencia de la Asociación General del Arte de Imprimir. Desde este puesto comenzó a preparar desde la clandestinidad un nuevo partido político de corte obrero-socialista, que culminó el 2 de mayo de 1879 con la fundación del PSOE en la taberna Casa Labra situada en la calle Tetuán, a la que asistieron veinticinco compañeros: dieciséis tipógrafos, cuatro médicos, un doctor, dos joyeros, un marmolista y un zapatero.
    Llevó una vida de gran austeridad, identificado con la pobreza de la clase trabajadora de aquellos años. Durante un tiempo, llegó a vivir en la redacción de El Socialista, órgano de expresión del partido obrero y que sirvió para articular el socialismo español en los años de surgimiento. Con frecuencia este fue su único salario. Su única afición era la zarzuela, que al parecer cantaba con arte. No se casó, aunque sí tuvo una pareja femenina, cuyo hijo fue para él como un hijo propio.
    En 1885, tras abandonar la presidencia de la Asociación General del Arte de Imprimir consiguió el máximo puesto en la Federación Tipográfica Española. El 12 de mayo de 1886 sale a la luz el primer número de El Socialista, revista de corte obrero-sindicalista fundada por él mismo y que se continúa editando en la actualidad. En 1888 fundó la Unión General de Trabajadores, accediendo a su presidencia en 1889. Este mismo año acudió al Congreso fundacional de la Segunda Internacional como representante portavoz del PSOE.
     
    En 1890 encabezó la primera manifestación del 1 de mayo en España, en que se exigía la jornada laboral de 8 horas y el cese del empleo de niños en actividades laborales. También en ese año celebró el II Congreso del PSOE, en que se decidió participar en las elecciones como partido republicano de corte obrero-socialista. De hecho en las elecciones de 1905 Pablo Iglesias, Largo Caballero y García Ormaechea salieron elegidos concejales por Madrid. Ejercería de concejal en el Ayuntamiento de Madrid en dos períodos (1906-1910 y 1914-1918).
    En 1908 fundó la Casa del Pueblo de Madrid. En 1909 estuvo detenido dieciocho días en relación con los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona, al firmar un manifiesto convocando a la huelga general.
    En 1910 el PSOE consiguió su primer diputado de la historia en el Parlamento Español, cuyo sillón ocupó Iglesias y en sucesivas elecciones, en coalición con los republicanos, fue incrementándose el número de representantes. En 1919 cesó parcialmente de sus obligaciones políticas a causa de una pulmonía y una salud cada vez más resentida.
    En 1920 y 1921 el PSOE sufrió la escisión de dos grupos partidarios de adherirse a la Internacional Comunista (III Internacional) convocada por Lenin. Estos grupos (Partido Comunista Español y Partido Comunista Obrero Español, descontentos con la moderación del PSOE), acabaron fundando el Partido Comunista de España.
    El 9 de diciembre de 1925 falleció en Madrid y su cadáver fue embalsamado y expuesto en la capilla de la Casa del Pueblo de Madrid. 150 000 ciudadanos acudieron a su funeral.
    El 7 de febrero de 1979 fue desenterrado en los jardines de Cecilio Rodríguez, en el parque del Retiro de Madrid, la cabeza de Pablo Iglesias hecha por el escultor Emiliano Barral, que formaba parte del conjunto monumental que la ciudad de Madrid erigió al líder socialista en las inmediaciones de la Moncloa. El monumento fue destruido en 1939, tras la victoria franquista, y sus restos usados para construir parte de la tapia del Retiro. Dos miembros de la cuadrilla de demolición, sobre la dirección de José Pradal (arquitecto de los jardines de Madrid), evitaron que se destruyese la cabeza de Iglesias y la ocultaron finalmente bajo el suelo de uno de los jardines del parque madrileño. Quedó un plano del lugar, que conservaría la familia de Gabriel Pradal durante años. En 1979, la familia Pradal, a través de Máximo Rodríguez, entregó el plano al secretario general del PSOE y se procedió a desenterrar la escultura escondida, que luego pasó a ser expuesta permanentemente en la sede del partido en la Calle Ferraz de Madrid.

    Manuel Fraga
    (Villalba, Lugo, 1922 - Madrid, 2012) Político conservador español cuya dilatadísima trayectoria se inició bajo el franquismo y prosiguió durante la transición y la democracia. Ministro de Información y Turismo con Franco, fue uno de los ponentes de la Constitución de 1978 y el fundador de Alianza Popular, más tarde convertida en el Partido Popular. Presidió la comunidad autónoma de Galicia durante quince años (1990-2005).

    Manuel Fraga Iribarne nació el 23 de noviembre de 1922 en Villalba, provincia de Lugo, entonces una de las zonas más atrasadas de España. Su padre, Manuel Fraga Bello, de una familia numerosa de modestos campesinos, hombre conservador y sin estudios, se decidió a emigrar a Cuba después de hipotecar la escasa tierra.
    En América fue de los que triunfaron: puso un negocio, reunió ahorros y aprendió a leer. Allí conoció a María Iribarne Duboix, una vasco-francesa de profundas convicciones católicas, moralista y sacrificada, que le dio doce hijos. El mayor, Manuel, pasó de los dos a los cuatro años en Cuba, hasta que la familia, en 1928, regresó a Galicia para que los niños se educaran en España. Bajo la dictadura de Primo de Rivera, el padre fue nombrado alcalde de Villalba.
    La niñez de Fraga transcurre dócilmente en una sociedad muy sólida, regida por un orden indiscutido al que se halla perfectamente adaptado: disciplina en la casa y autoridad en el pueblo, solidez religiosa y tradición conservadora. En la modesta escuela local cumple el primer ciclo de una enseñanza memorística y sin explicaciones. En 1931, con el comienzo de la república, empieza el bachillerato en el Instituto da Guarda de A Coruña, pero al segundo año lo continúa en el mismo Villalba.
    Desencadenada la Guerra Civil, fue internado con su hermano José en un colegio de Lugo. Allí vio por primera vez a Franco, de quien, según cuenta en su Memoria breve de una vida pública, le «impresionó el aspecto, la voz y la forma de hablar», y, al igual que muchos jóvenes de la zona nacional, se sintió plenamente identificado con el lema «mitad monjes, mitad soldados».
    Tan profundo era el sentimiento católico de su juventud, que al finalizar los estudios dedicó el verano de 1936 a realizar ejercicios espirituales en el monasterio benedictino de Samos, donde consideró seriamente la posibilidad de hacerse cura. Esta arraigada religiosidad, ajena a toda duda, nunca habría de abandonarlo, y le llevaría aun en su vejez a pronunciar frases como ésta, referida al infierno: «Creo en todo lo que manda la Santa Madre Iglesia, de modo que no discuto ninguno de sus dogmas».
    Ingresó en la Universidad de Santiago en 1939, coincidiendo con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, que no le llevó a apostar por el triunfo de Alemania pese al ambiente que le rodeaba. Tras permanecer un año en una residencia de estudiantes de los jesuitas, cuando terminó el curso convenció a sus padres para que lo enviaran a Madrid a continuar la carrera. El salto a la capital supuso enfrentarse por primera vez a la dura realidad de los vencidos, al hambre de la posguerra -él mismo vivía en pensiones y llegó a adelgazar nueve kilos-.
    Fraga era entonces un brillante universitario, persuadido de que lo que el país necesitaba era fundamentalmente formación religiosa. Así pues, acudía a la Congregación de los Luises y visitaba los suburbios con fines benéficos y apostólicos, llegando a apadrinar a un niño de siete años. En esa época pasó dos veranos en el campamento de milicias universitarias de Robledo, experiencia que, según sus palabras, le «vino muy bien en todos los aspectos y reforzó mi sentido del orden y de la disciplina».
    Paralelamente a la carrera, gracias a una beca de investigación concedida por el decano de la Facultad de Derecho, el canonista Eloy Montero, pudo abocarse a la traducción de cuatro tomos de la obra del jesuita Luis de Molina, al que habría de dedicar su tesis doctoral. Tractor Thompson, como lo bautizaron los compañeros por su empuje y tenacidad destemplada, terminó la carrera a los veintiún años con premio extraordinario, y en el curso de 1944 hizo a la vez la licenciatura y el doctorado, mientras comenzaba a dar clases como encargado de curso de teoría de la sociedad y del Estado.
    Ese año conoció a una compañera de la facultad, que en 1948 se convertiría en su mujer: la rubia y espigada María del Carmen Estévez, hija de un militar, que habría de abandonar los estudios para dedicarse al cuidado de sus cinco hijos: María del Carmen, José Manuel, Maribel, Ignacio y Adriana.
    Finalizada la guerra, se abre para Fraga, en plena juventud, un período decisivo para su futuro político. En 1945 accede a la función pública por el camino tradicional de las oposiciones, siguiendo el consejo de su maestro Fernando María Castiella. Con el número uno gana el cargo de letrado de las Cortes, lo que le permite entrar en contacto con la clase política del franquismo. Pero a la vez ingresa -también con el ya inevitable número uno- en la Escuela Diplomática.
    Tres años más tarde gana las oposiciones a la cátedra de derecho político de la Universidad de Valencia, y en 1953 obtiene el cargo de titular en Madrid. Su trabajo docente se ve apoyado por numerosas publicaciones, entre las que destacan La reforma del Congreso de los Estados Unidos y La crisis del Estado.
    Ministro franquista
    En plena era del franquismo duro, desde el sector católico, Joaquín Ruiz-Giménez inicia una cierta labor de apertura a partir del Ministerio de Educación, y para ello llama a profesores vinculados al Movimiento desde posiciones más independientes: Joaquín Pérez Villanueva y Manuel Fraga, que en ese momento ocupa el cargo de secretario general del Instituto de Cultura Hispánica y es nombrado secretario del Consejo Nacional de Educación. El equipo, que se proponía elevar el nivel intelectual en un intento de superar el fascismo, se vio muy pronto atacado, en nombre del franquismo de cruzada, por los falangistas.
    El enfrentamiento significó en 1955 la caída de Ruiz-Giménez y la consiguiente renuncia de Fraga, quien no por ello pasó a una discreta oposición, como otros del grupo, sino que prefirió buscar nuevas oportunidades dentro del sistema haciéndose falangista. Las oportunidades aparecieron al ser nombrado subdirector del Instituto de Estudios Políticos, en el que se dedicó a dar una serie de cursos y conferencias sobre la posibilidad de una reforma política «progresiva y prudente» que preparase vías posibilitadoras de normalización del país.
    Su ingreso en la política habría de venir de la mano del secretario general del Movimiento, José Solís, quien en 1957 le ofreció la Delegación Nacional de Asociaciones. Allí organizó Fraga el I Congreso de la Familia Española, que habría de posibilitar la introducción de procuradores familiares en las Cortes.
    La huelga minera de 1962 y el amplio movimiento de solidaridad que ésta generó le confirmaron que era necesario reorientar el franquismo para afrontar una nueva etapa, la del fin de la «hegemonía azul». Inmediatamente después de que la oposición democrática formulara el llamado «contubernio de Munich», el régimen responde el 12 de julio de 1962 con la creación de un nuevo gobierno, en el que aparece como gran novedad y promesa de aperturismo político -pese a la gran dosis de autoritarismo que le atribuyen muchos observadores- la figura de Manuel Fraga en el cargo de ministro de Información y Turismo.
    Las vigiladas concesiones que está dispuesto a dar el régimen se plasmarían en la Ley de Prensa, que Franco le ha encargado como tarea principal y que Fraga presenta a las Cortes en 1966: una controvertida ley que suprime la censura previa de la prensa, pero que significativamente excluye a los libros, la radio y la televisión. A sus cuarenta años, Fraga ha llegado al gobierno para convertirse en el «ministro-estrella», por su huracanada vitalidad, y por sus frecuentes apariciones en televisión -cuyo control está en sus manos-. Fraga es el hábil relaciones públicas, gran aficionado a la caza y a la gastronomía que se baña en Palomares con el embajador de Estados Unidos para hacer creer que, pese a las bombas caídas en la playa, no hay riesgo de radiactividad. Fraga es el ministro que, en pleno auge del desarrollismo, potencia el turismo hasta situar a España en la primacía europea.
    Pero lo peligroso para la estabilidad de su cargo es el enfrentamiento con Laureano López Rodó y otros miembros del Opus Dei: «Cuando me negué a que un grupo monopolizase el poder político del país». El escándalo Matesa termina por agudizar las tensiones y paradójicamente acaba con quien ha exigido las cuentas claras: el ministro de Información.
    Tras su cese, en octubre de 1969, Fraga vuelve a la cátedra y, gracias al ofrecimiento de un amigo, se convierte en director general de la fábrica de Cervezas El Águila, con dedicación parcial. Aureolado por la caída a los pies del Opus, se dedica entonces a recorrer España creando una plataforma que potencia todos sus actos: conferencias, cenáculos, presencia constante en la vida pública para pedir reformas inaplazables, desde una posición centrista y liberal que no deja de asombrar a muchos de quienes habían padecido su gestión como ministro.
    La transición
    Posteriormente fue nombrado embajador de España en Londres (1973-75), cargo que contribuyó a consolidar su admiración por el conservadurismo británico y por su modelo de monarquía parlamentaria. Al mismo tiempo centra su inagotable actividad en la creación del Grupo de Orientación Democrática, S. A. (GODSA). Escribe además numerosos artículos de prensa que publica ABC, y recibe a la oposición democrática que prepara el posfranquismo. Desde la capital británica, se destaca pues como el heredero del régimen capaz de restablecer la democracia con la complicidad de la derecha española. Así, cuando regresa de Inglaterra dos días antes de la muerte de Franco, confiesa sin ambages que aceptaría formar parte de un gobierno del príncipe Juan Carlos.
    Tras la muerte de Franco desempeñó un papel importante en la época de la transición a la democracia. En el primer gobierno de la Monarquía, presidido por Arias Navarro, Fraga ocupó la esencial cartera de Gobernación, que conllevaba una vicepresidencia del Gobierno (1975-76). En los siete meses que duró el gobierno, le tocó «luchar y sufrir más que en los largos siete años como ministro». Manifestaciones, huelgas y la formidable presión de la calle planteaban un estado de convulsión nada fácil de solucionar para un hombre de su talante, que llega a encarcelar a varios miembros de la Platajunta por considerarlos comunistas.
    De esa época es la famosa frase que le atribuyó Ramón Tamames y que él siempre ha negado: «La calle es mía». Pese al deterioro de su imagen, Fraga continúa prodigando sus gestos despóticos, insiste en la exclusión del Partido Comunista de España (PCE) y plantea un proyecto de «reforma desde dentro» -con una Cámara Alta de tipo orgánico- que es duramente atacado por ser un híbrido de franquismo y democracia. Pero son dos sucesos ocurridos mientras él se encuentra fuera del país los que lo herirán de muerte política: el duelo masivo de Vitoria después de la muerte de cinco personas a manos de la policía y la tragedia de Montejurra, en que grupos carlistas de la ultraderecha siembran el terror y la muerte con la participación de conocidos fascistas italianos.
    Apartado del gobierno por el nombramiento de Adolfo Suárez y desgastado como hombre de centro, tras pasarse un mes intentando formar partido con Areilza y Pío Cabanillas, Fraga dio un giro espectacular, abandonando sus pretensiones centristas para ponerse al frente de la derecha pura. Se reúnen entonces los así llamados «siete magníficos»: Gonzalo Fernández de la Mora, Licinio de la Fuente, Laureano López Rodó, Federico Silva Muñoz, Cruz Martínez Esteruelas y Enrique Thomas de Carranza, quienes con Fraga a la cabeza formarán Alianza Popular (AP).
    Alianza Popular
    Mas, a pesar de la generosa financiación que la gran banca pone a su disposición, el desastre que sufre la nueva agrupación política en las elecciones de 1977 -16 escaños frente a 165 de la Unión de Centro Democrático (UCD)- no tiene paliativos, y en pocas semanas dimite la mitad del ejecutivo. Las elecciones de 1977 le convirtieron en diputado, portavoz parlamentario y miembro de la ponencia que redactó la Constitución de 1978.
    En 1979 Fraga da otro viraje táctico, nuevamente hacia el centro, y reúne bajo el nombre de Coalición Democrática a liberales como Areilza y Senillosa, socialdemócratas como Enrico de la Peña, democristianos como Alfonso Osorio y franquistas como Vallina y Lapuerta. Pero el desastre vuelve a repetirse, quedando reducida la representación a sólo nueve diputados. Moralmente hundido, el político gallego decide dimitir y se marcha a su retiro de Perbes. Allí fueron a buscarle su «delfín» Jorge Verstrynge y otros jóvenes cachorros de la derecha y le convencieron de que volviera a la lucha política.
    El líder conservador regresa una vez más a la arena política, y en los primeros comicios autonómicos de Galicia -pese a que AP no ha aceptado aún el hecho irreversible de las nacionalidades-, Fraga se hace unas fotos de inconfundible perfil celta que llevan el sugestivo título de «Galego coma ti». Por primera vez los aliancistas sobrepasan los votos de la UCD.
    El hundimiento de la UCD permitió que, a partir de las elecciones de 1982, Fraga se convirtiera en líder de la oposición al gobierno socialista de Felipe González. Fraga arremolina a su alrededor a la derecha sociológica y puede presentar como un triunfo el pase a sus filas de destacados centristas como Herrero de Miñón y Ricardo de la Cierva. Pero, a pesar del liderazgo carismático indiscutido del que gozaba en su partido, sus resultados electorales no mejoraron en 1986, avalando la tesis de que Fraga impedía a los populares alcanzar una mayoría de gobierno por su pasado franquista y su imagen de hombre autoritario; en consecuencia, cedió la dirección del partido al joven Hernández Mancha en 1986 y renunció al protagonismo en la política nacional, ejerciendo como diputado en el Parlamento Europeo (1987-89).
    Cuando en 1989 se repitieron los malos resultados electorales, Fraga volvió para presidir la refundación del que se llamaría en lo sucesivo Partido Popular: un proyecto inspirado en la democracia cristiana, a cuyo frente situó a José María Aznar.
    Aunque mantuvo un cierto liderazgo moral sobre la derecha española, desde 1990 Fraga se retiró a su Galicia natal, encabezando la acción del partido en aquella región, donde gozaba de una gran popularidad. En 1990 vivió uno de los momentos más felices de su dilatada carrera al ganar por primera vez en unas elecciones democráticas la presidencia de la Xunta de Galicia. Profeta en su tierra, venció sucesivamente en todas la elecciones autonómicas a las que se presentó y gobernó Galicia con su personalísimo estilo durante 15 años, hasta su retirada en 2005.
     
    Explorador y aventurero
    Ildefonso Graña Cortizo
    (Amiudal, Avión, 5 de marzo de 1878 - Iquitos, Perú, 1934), fue un explorador y aventurero español, más conocido como Alfonso Graña. Fue proclamado "Rey de los Jíbaros", con el nombre de "Alfonso I de la Amazonia". Fue rey (apu) de las tribus jíbaras, aguaruna y huambisa en los ríos Nieva y Santiago del Alto Marañón.
     

    Emigración

    La pobreza y las enfermedades castigaban secularmente las comarcas de la montaña gallega, lo que motivó a finales del siglo XIX una emigración masiva a América. Graña, como otros muchos de la zona, embarcó con destino a (Brasil) y un tiempo después en 1910, se trasladó a Iquitos (Perú) donde trabaja como cauchero y buscador de oro. Tras la crisis mundial del caucho, en 1922, se internó en lo más profundo de la selva acompañado de un vecino y amigo de Galicia.

    En la selva

    Allí se encontraron con una tribu de indios jíbaros. Presumiblemente su amigo es asesinado, pero a Alfonso Graña le respetaron la vida porque se encaprichó de él la hija del apu (jefe). Cuando murió el jefe, Alfonso Graña se convirtió en su sucesor con el nombre de «Alfonso I rey de la Amazonia». Tuvo dos hijos con la hija del jefe de los jíbaros, de los cuales, la niña (que era la mayor) murió muy joven, hacia los 10 años.
    Durante varios años se pierde su rastro, hasta que un día aparece en Iquitos con remeros indios y dos balsas cargadas con productos de la selva. Allí visita a otro gallego, Cesáreo Mosquera, propietario de la célebre librería «Amigos del País», lugar de encuentro de muchos emigrantes. Mosquera por aquellas fechas tuvo conocimiento de que el capitán Francisco Iglesias Brage, piloto de renombre, preparaba una expedición al Amazonas y le escribió para ofrecerle su apoyo y el de Graña. Iglesias Brage, muy complacido, aceptó y dio comienzo a una extensa correspondencia que comenzó en 1931 y finaliza en 1935. Durante estos años, cada vez que baja de la selva relata a Mosquera cuanto pudiera ser de interés para la expedición y éste se lo envía al capitán Iglesias Brage, que a su vez se lo facilita al periodista Víctor de la Serna, el cual le dedica varios artículos. Por causa del principio de la guerra civil española, la expedición no se llegó a realizar.
    Cuando, las empresas estadounidenses Standard Oil of Ohio y la Standard California, quisieron explorar el territorio en busca de petróleo, tuvieron que pactar con Graña, que los guió a través de la selva: …y los americanos pudieron vivir y comer
     
    En 1932 la Latin American Expedition, dirigida por Mr. Williers, se perdió en la selva; Graña salió en su auxilio aprovisionándolos de víveres. En 1933 un avión de la Fuerza Aérea del Perú se estrelló en la selva, falleciendo el piloto Subalférez Alfredo Rodríguez Ballón. Con la ayuda de sus fieles indios embalsama el cadáver, construye un ataúd con madera y chapas y, en dos balsas de más de 10 metros que el mismo había construido, traslada el féretro y dos hidroaviones desarmados hasta Iquitos, atravesando los temibles rápidos como el Pongo de Manseriche, en una epopeya sin precedentes. Por este gesto fue gratificado por las Fuerzas aéreas peruanas. En la actualidad, el Aeropuerto de Arequipa ( Perú) lleva el nombre del piloto rescatado por Graña Aeropuerto Internacional Rodríguez Ballón. Alfonso Graña falleció en la selva en 1934 a los 56 años, con la respetuosa veneración de los indios jíbaros.
    MILITARES
    Casto Méndez Núñez
    Vigo, 1 de julio de 1824 - Pontevedra, 21 de agosto de 1869  fue un marino y militar español, contraalmirante de la Real Armada Española y héroe de la Guerra Hispano-Sudamericana, distinguiéndose en el Combate del Callao (1866).

    Sus restos mortales fueron sepultados en Pontevedra. Cinco años después de su muerte se trasladaron al panteón de la familia en la capilla de El Real, en Moaña, provincia de Pontevedra, ría de Vigo, donde fueron visitados el 2 de agosto de 1877 por el rey Alfonso XII, decretándose que fueran trasladados al Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando (Cádiz), lo que se realizó el 9 de junio de 1883, conduciendo los restos la fragata Lealtad, uniéndose a los honores la Escuadra británica al mando del almirante William Dowell, que se hallaba fondeada en el puerto de Vigo.

    Biografía

    Formación

    El 23 de marzo de 1840 sentó plaza de guardiamarina en la compañía del Departamento de Ferrol.En el mismo año, se le ordenó embarcar en el bergantín Nervión. En 1842, embarcado como guardiamarina, realizó un viaje a la isla de Fernando Poo, distinguiéndose tanto por su buen hacer, que por orden superior se le rebajó en un año su permanencia en ese empleo, por lo que en 16 de enero de 1846 se le ascendió al grado de alférez de navío. Trasbordado al bergantín Volador, por los grandes méritos que atesoraba se le nombró encargado de los guardiamarinas.

    La expedición a los Estados Pontificios

    Por aquel tiempo, los disturbios producidos en Italia por los intentos de unificación y la proclamación de la República Romana habían despojado al Papa de sus bienes temporales. Narváez, por entonces Presidente del Consejo de Ministros, ordenó la formación de un ejército y despachó una expedición a Roma, habiendo acordado previamente su apoyo con las principales potencias católicas: Austria, Francia y las Dos Sicilias.
    Era la primera vez en muchos años que España afrontaba un desplazamiento de hombres y buques sin apoyo directo de la península, lo que no dejaba de ser un reto importante. La expedición estaba formada por los vapores de ruedas Isabel II, Vulcano, Lepanto, Piles, Castilla y Blasco de Garay, la fragata Cortés y las corbetas Villa de Bilbao y Mazarredo, al mando del brigadier José María de Bustillo Gómez de Barreda. Transportaban a un ejército de cinco mil hombres al mando del general Fernando Fernández de Córdova, marqués de Mendigorría.
     
    Después de una travesía un poco molesta por los malos vientos y un temporal, llegaron a Gaeta, y el Papa Pío IX pasó revista a las fuerzas, a las que bendijo. Se pusieron, pues, en marcha, tomando posiciones en Terracina, sin encontrar una resistencia seria a su paso. Al poco, y ya con el campo despejado, entró el general francés Nicolas Oudinot en Roma, al frente de treinta mil hombres, por lo que se restablecieron los Estados Pontificios y la fuerza expedicionaria española regresó a la Península desilusionada. A Méndez Núñez se le concedió, al igual que a todos los integrantes de esta expedición, la Cruz de Pío IX, concedida por el Papa, más el reconocimiento por sus distinguidos servicios, recibiendo las Gracias por Real Orden.

    Servicio en ultramar

    En 1850 se le ascendió a teniente de navío y se le otorgó el mando de la goleta Cruz, del porte de siete cañones. Con este buque realizó, por la urgencia de trasladar unos pliegos a La Habana, un viaje de dificultad extrema, pues la goleta estaba a punto de entrar en carena, pero la premura y la escasez de buques le obligó a llevarlo a cabo. En tan malas condiciones iba el buque y los tiempos fueron tan malos, que durante el viaje no pudieron encender el fuego ni un solo día, y sólo la pericia de Méndez Núñez la hizo recalar en aquel puerto sin sufrir graves averías, habiéndose convertido en un viaje muy arriesgado y agotador, tanto para el mando como para la dotación. Posteriormente, fue trasbordando de un buque a otro, todos bajo su mando, entre ellos el vapor de ruedas Narváez, la fragata de hélice Berenguela y la urca Niña.
    En el año de 1855, al terminar esta progresión de mandos y por sus dotes ya demostradas, fue llamado al Ministerio de Marina. Como su carácter era inquieto, en este puesto poco podía hacer, por lo que se dedicó a aprender procedimientos técnicos, por medio de la lectura y su estudio, llevándole a traducir del inglés un Tratado de Artillería Naval, que fue presentado a la Reina Isabel II , recibiendo por ello las Gracias por Real Orden.
     
    Este mismo año recibió la orden de presentarse en las islas Filipinas, por lo que embarcó en el vapor de ruedas Narváez y se dirigió a su nuevo destino. A su llegada se le otorgó el mando del vapor de ruedas Jorge Juan, que pertenecía a las fuerzas navales del Apostadero de Manila. En una de las derrotas, que eran rutina, en estado de vigilancia y protección de la navegación, frente a la costa de Basilán, se enfrentó a tres “barotos”, un tipo de embarcación casi insumergible, más dos “bancas” piratas joloanas, que llevaban derrota a las islas Bisayas y al mando del príncipe indígena Datto, Pau-Li-Ma. En el enfrentamiento todos los buques piratas fueron echados a pique a pesar de que el Jorge Juan sólo contaba con treinta hombres y un único cañón en colisa, por lo que era muy inferior en número y armamento a sus enemigos.
    En 1861, fue ascendido a capitán de fragata y se le otorgó el mando de la goleta Constancia y con ella anexas todas las fuerzas sutiles del Sur del archipiélago de las Filipinas.
    Se le informó que el rajá de Buayán (en Mindanao) se había hecho fuerte en la cota de Pagalungán, a orillas del Gran Río, en una fortaleza que se suponía inexpugnable; estaba rodeada de una muralla de 7 m de altura y 6 de espesor, la circundaba y protegía un foso de 15 m de anchura y estaba artillada con cañones de corto alcance, a más de muy bien guarnecida y pertrechada. A pesar de todo ello decidió atacar, mandando a aquel lugar a toda su división, formada por las goletas Constancia y Valiente y las cañoneras Arayat, Pampanga, Luzón y Toal. Ordenó el desembarco de las dos compañías del ejército que transportaban, las cuales intentaron avanzar protegidas por el fuego de las goletas, pero el terreno cenagoso impedía un avance rápido. Viendo que así lo único que se conseguía era tener bajas innecesarias, ordenó la retirada.
    Después de una noche de recuperación de fuerzas, al amanecer se volvió a atacar, siendo los jefes el teniente de navío Malcampo y el alférez de navío Pascual Cervera, que iba como segundo de la fuerza. En el desembarco fueron apoyados por los cañoneros Arayat y Pampanga, y con su apoyo artillero lograron alcanzar un terreno mucho mejor, pero a una distancia mayor de la fortaleza; asimismo, aunque con dificultad, lograron posicionar varias piezas de artillería de desembarco. Aun así la tenaz resistencia de los joloanos no permitía el acercarse más a la Cota; fue cuando Méndez Núñez decidió dar el golpe final. Ordenó sondar algunas zonas con botes y bajo el fuego enemigo, y al comunicársele la profundidad decidió tomar al abordaje la Fortaleza como si de un buque se tratara. Elegido el lugar lanzó a su goleta contra la fortaleza. Maniobrando con maestría, logró que sus hombres asaltaran la pertinaz cota, al mismo tiempo que las fuerzas desembarcadas se lanzaban sobre la muralla. Aunque en el ataque cayó herido Malcampo, con un balazo que le atravesó el pecho saliéndole la bala por la espalda, la cota cayó en manos de los españoles gracias a la decidida y arriesgada decisión de su comandante en jefe.
     
    En enero del año de 1862 se le ascendió a capitán de navío, lo que le obligó a dejar las islas Filipinas y regresar a España. Al poco de su llegada se le otorgó el mando del vapor de ruedas Isabel II, con el cual participó en diversas comisiones, que una vez más pondrían su nombre como el de los de más méritos. Cuando estalló la Guerra Federal en Venezuela, se dirigió allí y negándose a reconocer el bloqueo que practicaban los insurgentes, con arreglo al derecho internacional, penetró en Puerto Cabello y protegió los bienes y vidas de los extranjeros.
    Estaba carboneando su buque en el apostadero de Santiago de Cuba, cuando le llegaron noticias del levantamiento en Puerto Plata, en la isla de Santo Domingo. Apresuró la labor que se efectuaba en el buque y ordenó el embarco de seiscientos cincuenta hombres del ejército con una batería de artillería de montaña, y se hizo a la mar. Aprovechando que era una noche sin luna, penetró en el puerto sorteando los bajíos que en él se hallan, y logró desembarcar a sus fuerzas tan sigilosamente que éstas consiguieron llegar al único fuerte que aún quedaba en manos de los españoles, sin que los rebeldes lograran apercibirse del refuerzo llegado.
    
    El Combate del Dos de Mayo del Callao.

    A su regreso a la península, se le dio el mando de la fragata Princesa de Asturias, con la que participó en el bloqueo de Manzanillo y de Montecristi, aunque no por mucho tiempo, pues siendo bien conocido de sus superiores, se le asignó el mando en el Ministerio de Marina, como jefe de personal.
    Durante la guerra hispano-sudamericana entre Bolivia, Chile, Ecuador y Perú, por un lado, y España, por el otro (1864-1866), dirigió la escuadra española tras el suicidio del almirante Pareja a bordo de la fragata Numancia y bombardeó la ciudad y puerto de Valparaíso, habiendo dado un preaviso de cuatro días para su evacuación, lo que permitió retirarse a las unidades británicas y estadounidenses que se encontraban en el puerto. A continuación atacó las fortificaciones del puerto del Callao (2 de mayo de 1866). Sobre las 5 de la tarde, Méndez Núñez ordenó finalizar el ataque, con dos de sus cinco buques averiados y herido en su camarote. También dio orden de que "suba la gente a las jarcias y se den los tres vivas de ordenanza antes de retirarnos", al entender que había cumplido su propósito. Como consecuencia de esa campaña se divulgó de forma extraordinaria una frase que se le atribuye, con distintas formulaciones.-
    "Más vale honra sin barcos que barcos sin honra"
    Por este hecho fue ascendido a jefe de escuadra según Real Decreto de 10 de junio de 1866 rubricado por la reina Isabel II en Aranjuez y por de 27 de junio de 1866 le fue concedida la Gran Cruz de Carlos III.
    Tras la revolución de la Gloriosa fue ascendido a teniente general por Decreto de 15 de octubre de 1868. Este ascenso se reajustó según la nueva clasificación del cuadro general de la Armada aprobado por Decreto de 24 de noviembre de ese mismo año, al desaparecer el grado de teniente general de la Armada y sustituirlo por el de vicealmirante al que rehusó según consta en el Decreto del 26 de diciembre de 1868 quedando con el grado de contralmirante.
    Fue nombrado vicepresidente de la Junta Provisional de Gobierno de la Armada por Decreto del Gobierno Provisional fechado el 20 de octubre de 1868, pasando por otro Decreto de 9 de marzo de 1869 a ser vicepresidente del Almirantazgo (organismo que sustituyó a la Junta Provisional de Gobierno de la Armada) puesto que desempeñaba cuando le alcanzó la muerte a la edad de 45 años.
    Desde poco después de su fallecimiento, han existido cuatro buques de la Armada Española que han portado su nombre: una Fragata blindada, un crucero ligero, un destructor, procedente de la ayuda norteamericana, antes nombrado como USS O'Hare (DD-889) y una Fragata F-100.

    INVENTORES
        
    Antonio Sanjurjo Badía,
    inventor español, nacido en Sada, La Coruña en 1837 y fallece en 1919 en Vigo. Hijo del propietario de un taller y una relojería, su destreza en la mecánica recibe el nombre de El Habilidades.
     

    Vida

    Miembro de una familia de once hermanos, pronto se ve obligado a emigrar de su tierra natal, a los dieciséis años parte para Cuba, donde tras cinco años trabajando en la isla caribeña monta unos talleres, con el dinero que consigue ahorrar regresa a España y en Vigo monta unos nuevos talleres que pronto ganaran fama por sus innovaciones técnicas y prácticas. Tan bien le va el negocio que años después consigue fundar unos astilleros.
    En sus empresas se construyen, máquinas y calderas de vapor, siendo los primeros que lo hacen en Vigo, además construye carros Varedera, y transforma coches de vapor en máquinas de Bencina. Además de un innovador en el campo de la técnica, crea en sus fábricas una hermandad de trabajadores donde otorga a sus trabajdores un seguro de enfermedad, un sueldo vitalicio tras la jubilación y descanso los domingos.
    El 12 de agosto de 1898, en Vigo, Antonio Sanjurjo, prueba un ingenio submarino de su invención en presencia del gobernador militar de la plaza. La prueba es satisfactoria, el aparato aguanta una hora y media sumergido y después varias de 45 minutos.
    El invento debía servir para la defensa de Vigo, ante un ataque de la flota estadounidense en esa época en guerra con España, sin embargo, el mismo día que se probaba el submarino se firmaba el tratado de paz, por lo que su utilización no fue necesaria.

    El Sanjurjo

     

    Las características del invento de Antonio Sanjurjo, y llamado en su honor el Sanjurjo eran las siguientes
    • Eslora: 5,20 m
    • Puntal: 3,75 m
    • Desplazamiento: 4,25 m
    • Propulsión: Manual, moviendo una hélice a proa
    • Velocidad: 2 nudos
    • Armamento: 2 minas de contacto
    • Cota de inmersión: 20 m
    • Autonomía: 5 h
    • Dotación: 3 personas
     

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